El presidente de Polonia, Andrzej Duda, fue reelegido para un segundo mandato. La revolución conservadora que comenzó con su elección en 2015 continuará, opina Bartosz Dudek.
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Fue una victoria estrecha, pero Andrzej Duda logró ganar las elecciones. Esto lo convierte en el segundo Presidente de Polonia después de 1989 que es reelegido para un segundo mandato de cinco años. Su contrincante liberal, el alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowski, también obtuvo un éxito notable a pesar de su derrota. Su carrera política cobrará impulso ahora más que nunca: se ha convertido en una nueva y joven cara de la Polonia liberal, con la aspiración de unir a la oposición y desafiar a los gobernantes de nuevo en las próximas elecciones parlamentarias de 2023, a más tardar.
Presión sobre los medios de comunicación críticos
El resultado de las actuales elecciones tendrá consecuencias de gran alcance. La elección de Duda permitirá a su partido conservador nacional, el PiS, continuar la revolución conservadora que comenzó en 2015 y consolidar el poder de esa colectividad. Entre otras cosas, esto podría conducir a la completa subyugación del poder judicial y socavar la separación de poderes en Polonia. La reprimenda lanzada a los medios de comunicación por la esposa de Duda, Agata Duda-Kornhauser, que incluso nombró a un periodista, da una idea de la situación en Polonia. Después de la transformación de las radioemisoras públicas en portavoces del partido, ahora le toca el turno a los medios de comunicación privados que critican al gobierno. Debido a que muchos de ellos tienen propietarios extranjeros, el líder del PiS, Jaroslaw Kaczynski, habla de la necesidad de "re-polonizar" los medios de comunicación. Así se programan más conflictos con Bruselas.
¿Más que un hijo adoptivo de Kaczynski?
Después de estas elecciones, Polonia sigue siendo un país profundamente dividido. Polonia occidental y septentrional contra Polonia meridional y oriental, ciudades contra provincia, viejos contra jóvenes: las grietas atraviesan familias, círculos de amigos, pueblos. Después de la campaña electoral fuertemente polarizada, sería tarea del ganador de las elecciones cerrar las brechas. Pero ya con la primera victoria de Duda en 2015, esta esperanza no se cumplió. Había una razón importante para ello: a pesar de algunos intentos, Duda no logró salir de la sombra de su padre político, Jaroslaw Kaczynski. Kaczynski cree que los conflictos son la fuerza motriz de los procesos políticos. Ve los acuerdos y los acercamientos al oponente, más allá de las tácticas políticas, como signo de debilidad y no son parte de su ADN.
Ahora, sin embargo, hay indicios de una mayor independencia de Duda: ya no tiene que temer por su reelección. La cuestión es solo si está dispuesto a dejar el papel de hijo adoptivo y ejercer el cargo de presidente con la fuerza de carácter necesaria. Después de la elección, Duda tiene la oportunidad de elegir.
(gg/er)
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Una conmemoración solitaria del fin de la Segunda Guerra Mundial hace 75 años
El 8 de mayo de 1945, la Alemania nazi capituló, con lo que la guerra en Europa llegó a su fin. La efemérides se celebra en muchos países.
Imagen: Reuters/H. Hanschke
Recuerdo y distanciamiento social
Un discurso ante una plaza vacía: el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, conmemoró este 8 de mayo de 2020 ante el Edificio de la Nueva Guardia de Berlín la capitulación de Alemania hace 75 años. Para evitar una aglomeración, el acto se transmitió por una pantalla.
Imagen: Reuters/H. Hanschke
Con mascarillas y distancia de seguridad
Algunos berlineses dejaron flores en el monumento conmemorativo soviétivo en Treptower Park para celebrar la rendición de los nazis hace 75 años. Tampoco aquí fue posible organizar eventos masivos, por lo que se impusieron la distancia de seguridad y el uso de mascarillas para evitar contagios del nuevo coronavirus.
Imagen: Reuters/F. Bensch
Tanques inflables contra la guerra
Por la paz: Michael Fischer-Art, un artista de Leipzig, ha montado este tanque inflable en la Pariser Platz, entre la Puerta de Brandenburgo y la avenida Unter den Linden. Su objetivo al conmemorar esta efemérides es recordar el sinsentido de la guerra.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Zinken
75 rosas rojas en la frontera
Katarzyna Goral, trabajadora municipal de la ciudad polaca de Zgorzelec, coloca una de las 75 rosas que adornan hoy la verja fronteriza que separa el puente sobre el río Neisse. La urbe alemana de Görlitze, la región oriental de Alta Lusacia, fue separada dividida en dos tras la Segunda Guerra Mundial: la parte al este del río es desde entonces la polaca Zgorzelec.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Kahnert
Soldados de ayer y hoy
Junto a una tumba de soldados anónimos en la Plaza de Lituania de la ciudad polaca de Lublin, veteranos de la Segunda Guerra Mundial y militares en ejercicio conmemoran conjuntamente con coronas de flores el fin de la guerra en Europa.
Imagen: picture alliance/dpa/PAP/W. Jargilo
Celebró su cumpleaños y el fin de la guerra
Pavel Yakovenko, de Hórlivkain (Donetsk, Ucrania), hoy bajo el control de los separatistas ucranianos, cumple hoy 93 años. Hace 75 era soldado del Ejército Rojo de la URSS. El pequeño desfile en conmemoración de la capitulación alemana lo ha organizado como algo muy personal.
Imagen: Reuters/A. Ermochenko
Banderas y veteranos
También en la ciudad francesa de Lille se celebra esta ceremonia conmemorativa de forma algo distinta a como se había planeado por el coronavirus: en una plaza casi vacía, un veterano de la Segunda Guerra Mundial hace un saludo militar ante un monumento a las víctimas de ambas guerras mundiales.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Spingler
Saludo al vecindario
In Crewe, cerca de Manchester, el veterano Bernard Morgan, de 96 años, saluda a sus vecinos desde la distancia, pues no se permiten los grandes eventos. De joven, Morgan estuvo en la Royal Air Force y no olvida el histórico teletipo: "La guerra en Alemania ha acabado". Hoy el mensaje es una pieza de museo.
Imagen: Getty Images/C. Furlong
Conmemoración solitaria
El mayor Andy Reid de los Guardas Escoceses, uno de los cuerpos de la Reina, toca la gaita mientras dos aviones Spitfire sobrevuelas los acantilados de Dover, en el Reino Unido. Esta aeronave de alas bajas fue una de las que utilizaron los aliados en sus ataques aéreos durante la Segunda Guerra Mundial.