Mientras Colombia intenta salvar el Nuevo Acuerdo de Paz con las FARC, el proceso con el ELN no arranca, debido a que esta guerrilla es incapaz de controlar a sus milicias. Pero no todo está perdido.
Publicidad
El Gobierno de Colombia y el ELN iban a iniciar negociaciones el 27 de octubre en Quito, pero el proceso quedó en suspenso ante la negativa del ELN a liberar al excongresista Odín Sánchez Montes de Oca, quien se entregó voluntariamente a esta guerrilla hace ocho meses y medio en intercambio por su hermano secuestrado, gravemente enfermo.
El presidente Juan Manuel Santos dejó en claro que las negociaciones no empezarán hasta que Sánchez no sea liberado, como había sido prometido antes de anunciar la apertura de la mesa en Ecuador.
Su hermano, el exgobernador del departamento del Chocó, Patrocinio Sánchez, pidió este 16 de noviembre en la radio colombiana FM "no olvidar que su hermano está en cautiverio por tratar de salvarle la vida”. Según la familia Sánchez, "el Frente Resistencia Cimarrón del ELN está dilatando la liberación del excongresista porque desobedecen órdenes y directrices del comando central”.
¿Veintiún heridos contra un secuestrado?
He aquí una de las diferencias entre las guerrillas del ELN y las FARC. Mientras estas últimas tienen (aún) una estructura militar vertical que garantiza, y facilita el mando, desde la jefatura a los combatientes rasos, el ELN es una organización horizontal de células más o menos sueltas y casi autónomas.
Otro grave hecho enturbia los esfuerzos de paz. En la ciudad de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, hubo este 16 de noviembre un atentado con explosivos contra un camión de la Policía Nacional, que dejó heridos a 17 agentes y 4 civiles.
Según el ministro de Defensa de Colombia, Luis Carlos Villegas, "el ELN es el probable autor del atentado”. Villegas aduce que el atentado fue cometido por una facción del ELN, "como respuesta a la dura acción de las autoridades contra las mafias del contrabando, del cual se lucra esta guerrilla en la frontera con Venezuela”.
La línea rojaentre Gobierno y ELN
El Gobierno colombiano sabe muy bien que sobre los procesos de paz siempre pende una sarta de riesgos: provocaciones, zancadillas, intromisiones e incumplimientos. Pero no toda amenaza puede tumbar el cometido de hacer la paz. La retención de Odín Sánchez es la línea roja en este caso. "Una vez sea liberado empezaremos a negociar”, ha advertido el presidente Santos.
Ahora se vislumbra una esperanza de que se suelte el nudo. Según el jefe de la delegación de paz con ELN, Juan Camilo Restrepo, en Caracol Colombia, "una comisión humanitaria, compuesta por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), prelados y guerrilleros del ELN, está lista para recibir a Odín Sánchez”.
La Iglesia Católica conformó una Comisión, dirigida por Monseñor Darío de Jesús Monsalve e integrada por obispos donde tiene presencia el ELN y que estará mediando para agilizar el inicio de la fase pública de negociaciones, acompañando permanentemente los diálogos de paz.
Por parte de Bogotá la disposición se mantiene. El último trino de Juan Camilo Restrepo lo corrobora: "El Gobierno mantiene su mejor voluntad para que podamos instalar mesa de negociación con ELN en Quito a la mayor brevedad”.
¿Por qué el ELN podrá ahora liberar a Odín Sánchez y no lo hizo antes del 27 de octubre, cuando debía instalarse la mesa de diálogo? La lógica del ELN no compagina con ninguna explicación racional. Este proceso amenaza ser tan tortuoso que amenaza con acabar con los deseos de muchos de sellar por la vía del diálogo el conflicto colombiano. El ELN siempre ha sido el mayor obstáculo para sí mismo.
ELN, rebeldes de raíz religiosa
El Ejército de Liberación Nacional fue creado en 1964 por varios sacerdotes cercanos a la Teología de la Liberación. Tras décadas de lucha revolucionaria, el grupo negociará ahora la paz con el Gobierno colombiano.
Imagen: picture-alliance/dpa
Más de 50 años de lucha
Este lunes 10 de octubre representantes del Gobierno de Colombia y de la guerrilla del ELN informaron que comenzarán en dos semanas conversaciones de paz. Si llegan a buen puerto, pondrán término a más de 50 años de lucha revolucionaria, que comenzó vinculada a varios sacerdotes relacionados con la Teología de la Liberación.
Imagen: DW/Walz
Camilo Torres, el cura guerrillero
El sacerdote Camilo Torres fue uno de los fundadores y líderes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que surgió en 1964 con la intención de luchar por los más pobres. Torres impulsó la Teología de la Liberación en Colombia y tomó las armas para alcanzar sus objetivos. Murió en 1966, combatiendo en las filas del ELN, en Patio Cemento, Santander. Su cuerpo nunca fue hallado.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Un duro golpe que se supera
La muerte de Camilo Torres fue un duro golpe para los objetivos del ELN de convertirse en un gran ejército rebelde. Sin embargo, logra recomponerse y en octubre de 1971 intenta vengar la muerte de Torres atentando contra el general Álvaro Valencia Tovar, responsable de la muerte del sacerdote. Aunque fracasan, demuestran que la voluntad de lucha del grupo no se ha quebrado.
Imagen: picture-alliance/dpa/El Tiempo
Desmantelamiento y renacer
El ELN nació inspirado en la revolución cubana y reconoció siempre una mirada "guevarista" de la lucha armada. En sus comienzos vivió numerosos quiebres y disputas internas que llevaron al grupo a contar con apenas 30 miembros en sus momentos de mayor flaqueza, a comienzos de los 80. En 1983, el sacerdote español Manuel Pérez Martínez logra revitalizar al ELN, que recobra capacidad militar.
Imagen: STR/AFP/Getty Images
Secuestros como vía de financiamiento
El ELN utilizó muchas veces los secuestros, especialmente de extranjeros, como una manera de obtener recursos para financiar su lucha contra el Estado. Uno de esos casos fue el de la alemana Reinhild Weigel y el español Asier Huegen Echeverría, secuestrados en septiembre de 2003 junto a otros siete turistas y liberados en noviembre tras arduas negociaciones.
Imagen: AP
La segunda mayor guerrilla
Con unos 2.500 combatientes, según cifras del Gobierno, el ELN es la segunda mayor guerrilla del país, tras las FARC. Sus zonas fuertes son las regiones mineras y petroleras del país, donde ha realizado atentados contra instalaciones de empresas extranjeras. Además de religiosos, también universitarios y miembros radicales del Partido Liberal se sumaron a las filas del grupo en sus inicios.
Imagen: picture-alliance/dpa
Gabino, líder histórico
El comandante del ELN es Nicolás Rodríguez Bautista, alias Gabino, quien forma parte de las filas de la guerrilla desde que tenía 12 años. Su dirección ha puesto énfasis en el nacionalismo y la protección de los recursos. Pese a sus esfuerzos, no ha podido evitar deserciones masivas, como una ocurrida en julio de 2013, cuando 30 combatientes se rindieron ante el Ejército.
Imagen: STR/AFP/Getty Images
Comienzan los diálogos
Dos veces habían intentado Colombia y la guerrilla poner término al conflicto. La primera fue a comienzos de los noventa con el entonces presidente César Gaviria (1990-94) y la segunda durante el mandato de Álvaro Uribe (2002-2010). Este 10 de octubre de 2016 el delegado del Gobierno, Mauricio Rodríguez, y el enviado del ELN, Pablo Beltrán, anunciaron en Venezuela el inicio de un tercer intento.