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En busca de la reconciliación

9 de mayo de 2003

El canciller Gerhard Schröder afirmó, en el centenario de la Cámara de comercio estadounidense-germana, que Alemania adoptará una línea pragmática y constructiva en el debate de la ONU sobre las sanciones contra Irak.

Gerhard Schröder y el embajador estadounidense en Berlín: diálogo crítico.Imagen: AP

El centenario de la Cámara de Comercio estadounidense-germana sirvió de ocasión para sondear el estado de las relaciones entre Berlín y Washington. Desde ya porque la conmemoración contó con la presencia del canciller Gerhard Schröder, quien fuera en los meses pasados blanco del disgusto del presidente George Bush, por su rechazo a la intervención militar en Irak.

"Amistad vital"

La guerra ya pasó, con el desenlace conocido, y el tono de las declaraciones ha cambiado notablemente. El gobernante alemán, empeñado en restablecer la tradicional cordialidad bilateral, destacó de entrada la "vital amistad" que une a ambos países, sobre la base de las experiencias y valores compartidos.

Tales palabras, sin embargo, no difieren de lo que las autoridades germanas sostuvieron durante todo el período de tensión previo a la entrada de las tropas aliadas a Irak. Bastante más interés habrá tenido Washington en saber qué diría Schröder sobre el tema más candente del día: la propuesta de resolución estadounidense para que la ONU desista de las sanciones aplicadas una década atrás contra Bagdad. No en vano, el embajador norteamericano, Daniel Coats, -también presente en la ceremonia- había urgido a Alemania a respaldar a su país en el correspondiente debate en el Consejo de Seguridad. En declaraciones formuladas a un periódico, el diplomático puntualizó que tanto Berlín como Washington tienen interés en que la reconstrucción de Irak resulte lo más rápida posible, y subrayó que "de ningún modo debe producirse un nuevo bloqueo".

Pragmatismo

Y lo que los estadounidenses escucharon de boca del jefe de gobierno alemán de seguro no los dejó del todo inconformes. Lógicamente, Schröder justificó su postura de rechazo a la guerra, reiterando que la violencia sólo puede ser la última opción. Incluso se pronunció contra la hegemonía mundial de una superpotencia, haciendo notar que la actuación de un país, "por poderoso que sea", no puede dejar de tener repercusiones sobre sus aliados y, por lo tanto, "las consultas son siempre mejores que la confrontación". No obstante, aseguró que Alemania adoptará una actitud constructiva y pragmática en el debate de la ONU sobre las sanciones contra Irak.

También el ministro de Relaciones Exteriores germano, Joschka Fischer, señaló este martes ante el parlamento que las relaciones con Estados Unidos son para Alemania "las más importantes fuera de Europa", reconociendo que difícilmente haya un conflicto a nivel mundial que se pueda resolver sin la potencia norteamericana.

Conciliar intereses

Por su parte, la subsecretaria del Ministerio de Relaciones Exteriores, Kerstin Müller (del partido de Los Verdes), afirmó que Berlín intentará "conciliar todos los intereses" en el Consejo de Seguridad, recalcando que no pueden surgir de nuevo "los mismos frentes de conflicto". Alemania, un país que no tiene intereses económicos de primer rango en Irak y que preside el Comité de Sanciones de la ONU, puede actuar a su juicio en forma "realmente constructiva".

En la práctica se verá cómo marcha este esfuerzo de reconciliación. Para Alemania hay también bastante en juego en el aspecto económico. Al fin y al cabo, se trata del país europeo con mayores inversiones estadounidenses. Éstas se elevan a 110 mil millones de euros y de ellas dependen, directamente, unos 800 mil puestos de trabajo. Una razón más para tratar de limar cuanto antes las asperezas.

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