A fin de evitar el “Brexit”, el primer ministro Cameron lucha por conseguir reglamentaciones especiales. Como consecuencia, la solución de la crisis de refugiados pierde relevancia y es pospuesta hasta marzo.
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El principal protagonista de la cumbre de la UE llegó temprano y su mensaje a los periodistas fue escueto: “Voy a luchar por Gran Bretaña. Si consigo un buen acuerdo, lo voy a aceptar”, dijo David Cameron, el primer ministro británico.
En las negociaciones para impedir la salida de Reino Unido de la UE no siempre está claro cuándo los políticos escenifican un drama y cuándo realmente se pelean por detalles. Y es que David Cameron tendrá que regresar con la camisa desgarrada a Inglaterra para convencer a los británicos de que realmente luchó por sus intereses.
El acuerdo británico está prácticamente listo
Desde principios de año asesores de los jefes de Gobierno y de Estado de la UE, así como abogados del bloque comunitario elaboran un acuerdo que, por un lado, es compatible con el derecho europeo y, por el otro, cumple muchos de los deseos de Gran Bretaña.
- Soberanía nacional: la formulación de una “unión cada vez más estrecha” que aparece en los acuerdos de la UE será interpretada de tal forma que no todos los países tienen que participar en esta profundización de las relaciones. Al mismo tiempo, los Parlamentos nacionales podrán sacar la tarjeta roja a leyes comunitarias cuando consigan una mayoría a nivel europeo.
- Relación con la eurozona: puesto que Gran Bretaña no forma parte de la eurozona, busca proteger mejor a su principal centro financiero, la City de Londres.
- Fortalecimiento de la competitividad: menos burocracia y una mejor legislación no están a discusión, ya que todos los países miembros de la UE apoyan un fortalecimiento de la competitividad.
- Recorte de prestaciones sociales para empleados de la UE: Cameron busca suspender determinadas prestaciones sociales por hasta cuatro años en caso de que su sistema social esté sobrecargado. Sobre todo Europa del Este se opone a este punto.
La mejor amiga del primer ministro británico en esta cumbre es sin duda Angela Merkel. “Haremos todo para crear las condiciones necesarias para que Gran Bretaña siga siendo miembro de la UE”, aseguró la canciller alemana. No obstante, todavía hace falta aclarar ciertas cosas, las negociaciones serán intensas y al final deberán decidir los ciudadanos británicos, agregó.
En la crisis de refugiados, Merkel sigue apostando por un plan turco-europeo para fortalecer las fronteras exteriores, combatir el tráfico de personas, frenar el flujo de refugiados y repartirse la carga con Turquía. La mandataria germana dijo entender la decisión de Ahmet Davutoglu, primer ministro turco, de no acudir a la cumbre a causa del reciente ataque terrorista en Ankara.
No obstante, no solo los países de Europa del Este podrían desbaratar sus planes. Austria anunció que en el futuro solo acogerá a 80 refugiados por día. “Austria no puede acoger a todos los refugiados de Europa”, sostuvo el canciller austríaco, Werner Faymann.
Asimismo, desde hace semanas el Grupo de Visegrád refuerza las fronteras entre Macedonia y Grecia, argumentando que Atenas no es capaz de controlar sus fronteras. Angela Merkel teme que Grecia quede excluida informalmente del espacio de Schengen y que miles de refugiados queden varados en ese país, lo cual podría desestabilizarlo.
El año de los refugiados
Nunca antes hubo tantos refugiados como en 2015. Muchos han llegado a Alemania. "Es un desafío histórico", señaló la canciller Angela Merkel. Una mirada retrospectiva a un año estremecedor.
Imagen: Reuters/O. Teofilovski
Grecia: una puerta hacia la UE
Estos jóvenes procedentes de Siria superaron una peligrosa etapa de su viaje. Llegaron a Grecia y, por ende, a la Unión Europea. Pero con ello no alcanzaron todavía su meta. Quieren seguir rumbo al norte, hacia otros países de la UE. La mayor parte huyó en 2015 a Alemania y Suecia.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Peligro en el Mediterráneo
El camino que han recorrido encierra peligros mortales. Reiteradamente zozobraron embarcaciones no aptas para la travesía. Estos niños sirios y su padre tuvieron suerte. Fueron rescatados en el Mediterráneo por pescadores griegos de la isla Lesbos.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
La imagen que conmovió al mundo
Aylan Kurdi, de tres años de edad, no sobrevivió. A comienzos de septiembre se ahogó con su hermano y su madre en el Egeo, cuando intentaban llegar a la isla de Kos. La foto de este niño sirio muerto dio la vuelta al mundo, conmoviendo a miles de personas.
Imagen: Reuters/Stringer
Contrastes a la vista
Kos, a menos de cinco kilómetros de Turquía, es la meta de muchos refugiados. Llegan a las playas donde solo solía haber turistas. Este grupo de refugiados paquistaníes logró arribar con un bote inflable.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Caos total
Muchos refugiados quedan varados en Kos, porque solo pueden continuar viaje a tierra continental tras haberse registrado. En el verano, la tensión escaló cuando las autoridades hicieron esperar a los refugiados en un estadio para hacer ese trámite, a pleno sol y sin agua.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Un transbordador para refugiados
Debido a la insostenible situación imperante en la isla se produjeron disturbios. Para reducir la tensión, las autoridades griegas arrendaron un barco en el que se habilitaron posibilidades de alojamiento para 2.500 refugiados y una oficina de registro.
Imagen: Reuters/A. Konstantinidis
El dilema de Europa
Por la misma época, más al norte, en la frontera greco-macedonia, policías fronterizos impiden el paso a la gente. En el tumulto hay niños que lloran, separados de sus padres. "Pura desesperación" se llama la foto tomada por Georgi Licovski. La Unicef la distinguió como la foto del año, ya que plasma "el dilema de Europa y su responsabilidad".
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Un símbolo negativo
A fines del verano, Budapest se convirtió en un símbolo del fracaso de las autoridades y de la xenofobia. Miles de refugiados acampaban en los alrededores de una estación ferroviaria de capital húngara. El gobierno les prohibió continuar su viaje. En consecuencia, muchos siguieron su camino a pie, rumbo a Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Roessler
Se abre el paso
El 5 de septiembre se despejó el camino para los refugiados. La canciller alemana, Angela Merkel, tomó con su par austríaco, Werner Feymann, la decisión de permitir a la gente continuar el viaje. Varios trenes especiales y buses se dirigieron por esos días a Viena y Múnich.
Imagen: picture alliance/landov/A. Zavallis
Bienvenidos, refugiados
El primer fin de semana llegaron a Múnich cerca de 20.000 refugiados. En la estación central de la ciudad se reunieron innumerables voluntarios para atender a los refugiados y proporcionarles alimentos y vestimenta.
Imagen: Getty Images/AFP/P. Stollarz
"Lo lograremos"
Mientras Merkel era aclamada por los refugiados y los partidarios de darles asilo, en otros sectores de Alemania surgía el descontento. En una conferencia de prensa, Merkel respondió a las críticas con estas palabras: "Si tenemos que disculparnos por mostrar un rostro gentil en una situación de emergencia, este no es mi país". Otra frase se convirtió en su mantra: "Lo lograremos".
Imagen: Reuters/F. Bensch
Historias en el equipaje
A fines de septiembre, la policía publicó una imagen conmovedora. Una niña refugiada hizo este dibujo y se lo regaló a un policía de Passau. Muestra el horror que vivieron muchos refugiados y su gran alegría de estar por fin a salvo.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bundespolizei
El drama continúa
A fines de octubre habían llegado a Alemania más de 750.000 refugiados. Pero el flujo no cesaba. Los países de la denominada "ruta de los Balcanes" se veían superados y cerraron sus fronteras. Solo se siguió permitiendo el paso a sirios, afganos e iraquíes. Como una forma de protesta, algunos refugiados de otros países se cosieron los labios.
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Sin final a la vista
"¡Ayúdanos, Alemania!", dicen los carteles de los manifestantes en la frontera con Macedonia. En Europa se acerca el invierno y miles de personas, incluyendo niños, se encuentran atrapadas en tierra de nadie. Entretanto, incluso Suecia, considerado un país abierto a los refugiados, estableció transitoriamente controles fronterizos. La UE cuenta para 2016 con otros tres millones de refugiados.