Nadie creyó que las manifestaciones convocadas por sindicatos y por el Partido del Socialismo Democrático (PDS) movilizaran a tantas personas. Se partía de una manifestación media de unas 10.000 personas. Por lo visto la amplia reforma social que pretende imponer el actual gobierno alemán, ha despertado el descontento y un profundo rechazo por parte del pueblo alemán.

Según información de la policía berlinesa se registró una asistencia de más de 100.000 personas a la manifestación. Muchas de ellas se trasladaron de otras ciudades para participar y muchas otras, especialmente ciudadanos berlineses, decidieron espontáneamente unirse al gran coro de manifestantes.

Reparto equitativo en vez de recortes aislados

La marcha convocada no sólo por sindicatos y el PDS, sino también por la organización antiglobalización Attac, se efectúo bajo el lema "Luchar contra la deforestación social en Alemania". Los organizadores y miles de participantes acusan al gobierno socialdemócrata-verde de empobrecer a la sociedad y efectuar los recortes más amplios de los derechos de los trabajadores desde la Segunda Guerra Mundial. Los manifestantes exigieron al gobierno alemán un reparto equitativo de las millonarias ganancias de las empresas alemanes para financiar la vida digna de toda la población.

El rechazo a las reformas contenidas en la Agenda 2010 también se escuchó, aunque no de forma tan multitudinaria, en otras ciudades alemanas. Los tres puntales de la Agenda 2010 son la reforma de la sanidad pública, del mercado laboral y del sistema de jubilaciones, con recortes en las prestaciones de las tres áreas.

Batalla de vida o muerte

Mientras tanto el canciller Gerhard Schröder vuelve a hacer presión mediante la amenaza de dimisión, como lo viene haciendo desde hace varios meses, si su partido no apoya por amplia mayoría la Agenda 2010. A diferencia de las veces anteriores en las que ha amenazado con retirarse, en esta ocasión incluso ha nombrado a su sucesor. Si el canciller no obtiene la mayoría de votos para su agenda de reformas dimitiría y nombraría al ministro de Economía Wolfgang Clement como su sucesor.

La Agenda 2010 aprobada el pasado 17 de octubre por la Cámara Baja (Bundestag), será rechazada con gran probabilidad por la Cámara Alta (Bundesrat), dominado por la Unión Cristiano Demócrata (CDU), y su ala bávara, la Unión Social Cristiana (CSU). Tras ese posible rechazo, los proyectos tendrán que ser debatidos en la comisión mediadora entre las dos cámaras, donde la CDU/CSU y el FDP quieren presentar un programa alternativo al del Gobierno.