DW: La segunda etapa del confinamiento ha entrado en vigor desde el martes (23.06.2020) en Verl, después del brote de coronavirus en la procesadora alemana de carne Tönnies. ¿Cuál es su evaluación personal de la situación?

Michael Esken: A pesar de que la segunda etapa del confinamiento impondrá nuevamente muchas restricciones a la gente de Verl y a todo el distrito de Gütersloh, y eso especialmente en el comienzo de las vacaciones de verano, la medida tomada por el gobierno estatal es ciertamente sensata y correcta. Debemos hacer todo lo posible para evitar que el virus se siga propagando. En tanto que no sepamos hasta qué punto el virus ya se ha propagado en la población, debemos ser lo más cautelosos posible con los contactos. Quien no tome cartas en el asunto de inmediato, perderá mucho tiempo en la lucha contra la propagación del virus.

Muchos de los empleados de Tönnies viven en Verl. ¿Cómo se les asegura su sustento? ¿Hay disturbios en la zona?

Tönnies garantiza el suministro de alimentos. Pero nosotros, como ciudad, también somos muy activos, especialmente para abastecer a la gente de la mejor manera posible en el área que abarca la cuarentena.  Estamos en el lugar las 24 horas del día con personal presente allí, nos ocupamos de asuntos como la organización y la distribución de alimentos y la entrega del correo postal, proporcionamos información y tratamos de crear instalaciones de recreación. Por ejemplo, ahora hemos adaptado un área verde en la que se puede jugar tenis de mesa. Hasta ahora la situación ha sido muy tranquila. Estoy muy agradecido con las personas afectadas y somos conscientes de que la situación en la que se encuentran no es cosa fácil.

Desde Rheda-Wiedenbrück, lo mismo en Magdeburgo, sabemos que estas personas están siendo atacadas por extremistas de derecha y señaladas como el detonante de la pandemia. ¿Observa usted tal desarrollo también en Verl?

No, afortunadamente no. La indignación de los ciudadanos locales se dirige actualmente mucho más hacia la empresa procesadora de carne, donde se dio el brote masivo. Por el contrario, las personas que han sido puestas en cuarentena están recibiendo mucho apoyo y solidaridad. En Verl, se encontró rápidamente un grupo de voluntarios que horneaban pasteles o proporcionaban juguetes a los niños de la zona en cuarentena. La voluntad de donar también es grande.

Michael Esken, político de la CDU. Es alcalde de Verl desde 2015.

(ee/cp)

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