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¿Habrá acuerdo?

31 de julio de 2011

El mundo mira hacia Washington y se pregunta si se logrará allí un consenso que lo libre de otra sacudida económica. El presidente del alemán Instituto de Economía Mundial de Kiel, Dennis Snower, analiza la situación.

President Barack Obama leaves after discussing the continuing budget talks, Tuesday, July 19, 2011, in the the briefing room of the White House in Washington. (Foto:Manuel Balce Ceneta/AP/dapd)
Barack Obama tiene hasta el 2 de agosto para evitar la insolvencia.Imagen: dapd
Estados Unidos tendrá que declararse insolvente el próximo día 2 de agosto si en la cuestión de la deuda pública demócratas y republicanos no logran aunar posturas. Las consecuencias de tal cosa podrían ser devastadoras, y no sólo para América del Norte. Pocos cuentan, sin embargo, con que el peor de los escenarios vaya a hacerse realidad: tampoco Dennis Snower, presidente del Instituto de Economía Mundial de Kiel, en el norte de Alemania, a quien la emisora germana Deutschlandfunk le preguntó por el transfondo del enfrentamiento y las posibles salidas al mismo.
Dennis Snower, Präsident des Instituts für Weltwirtschaft (IfW)Imagen: picture alliance / dpa
¿Cuenta usted con un acuerdo en el último minuto?
Dennis Snower: Sí, porque creo que, si no se llega a un acuerdo, los republicanos no van a quedar en muy buena posición y eso les perjudicaría de cara a las próximas elecciones. En mi opinión habrá acuerdo, pero probablemente no será satisfactorio.
¿Por qué?
Por ejemplo, porque podría tratarse de un acuerdo que eleve el listón [de la deuda pública], pero no lo suficiente como para solucionar el problema a medio y largo plazo. Los republicanos lograrían de este modo que los demócratas hicieran el ridículo sin tener que asumir ellos culpa alguna.
¿Qué aspecto tendría, en su opinión, un acuerdo satisfactorio?
Muy sencillo: el Gobierno de Estados Unidos tendría que elaborar un plan a largo plazo en el que quedara especificado el nivel de deuda que se quiere para el futuro -de deuda en relación al producto nacional-, el modo más rápido de alcanzar ese nivel y dejara definida una política fiscal anticíclica. El Gobierno debería entonces ajustarse a esa regulación o tal vez someterla al criterio de una comisión independiente antes de implementarla. Eso traería tranquilidad, porque la política fiscal estaría clara. Ahora los republicanos pueden alegar que la deuda se desborda y que eso es muy peligroso. Con una norma a largo plazo se acabaría el problema.
Habla usted de definir el nivel de deuda y no de un presupuesto público equilibrado, ¿es ése el objetivo correcto?
Un presupuesto equilibrado no tiene que ser el objetivo. A largo plazo, la deuda no debe crecer en relación con el producto nacional. Eso no significa que la deuda no pueda aumentar, sino que no lo tiene que hacer por encima del crecimiento económico del país.
Las agencias de rating han lanzado ya sus amenazas, ¿qué consecuencias tendría la insolvencia Estados Unidos para los mercados?
Podría tener implicaciones peligrosas que pusieran en peligro el estatus de moneda de reserva del dólar.
Dossierbild 3 USA SchuldenkriseImagen: picture alliance/abaca
¿Quiere eso decir que el dólar podría dejar de ser la moneda de referencia?
Sería algo que sucedería muy lentamente. Pero la posición del dólar se debilitaría y poco a poco iríamos adentrándonos en un nuevo sistema en el que más monedas ejercerían de reserva. Pero eso tendría lugar a largo plazo.
¿Y que pasará a corto plazo, si el próximo martes (02.08.2011) no hay acuerdo?
Sería muy negativo para Estados Unidos y para la economía mundial. Ya de por sí nos encontramos en una época convulsa y un problema adicional como éste no nos hace ninguna falta.
Y ahora la pregunta clave: ¿por qué Estados Unidos, que está endeudado hasta la coronilla, sigue tan bien valorado por las agencias de rating, mientras a Grecia se la considera en bancarrota?
Primero, porque el dólar es una moneda de reserva, lo que le concede liquidez a la economía mundial, ya que el sistema funciona mientras salgan de Estados Unidos más dólares de los que entran. Por eso se encuentra Estados Unidos en una posición especial y no se lo puede medir con el mismo rasero que a Grecia. Además, los valores en posesión en Estados Unidos son muy diferentes a los griegos y eso hace que el panorama sea mucho menos amedrentador.
Logo der Moody's Corp. in New YorkImagen: AP
Las primas de riesgo de la deuda italiana no cesan de subir, y eso pese a los planes de ahorro presentados por el Gobierno, al relativamente bajo endeudamiento privado de los italianos y a que la mayor parte de los bonos estatales del país se encuentra en manos de nacionales, ¿por qué no reconocen los mercados todo esto?
Si se tienen dificultades con la deuda y los mercados están inquietos, los planes de recortes no sirven para tranquilizar. Entonces los mercados saben que la recesión en el país va a ir a más. Y cuando un país está en recesión, las transferencias aumentan, porque hay que pagar más subsidios por desempleo y se recaudan menos impuestos… y la deuda crece. De manera que con el ahorro se empeora el problema que se quiere solucionar. Y es por eso que la solución a corto plazo no existe, sólo normativas fiscales ayudan.
¿Y qué pronostica para Alemania?
Sabemos que, aunque Alemania se encuentra ahora mismo en una posición bastante fuerte, el crecimiento va a disminuir, en parte porque es probable que los países en desarrollo no crezcan mucho. Pero los riesgos son hoy mayores y eso hace que el margen de nuestros pronósticos sea más amplio.
Siendo cuidadoso con los pronósticos, ¿qué se atreve a aventurar sobre el mercado de trabajo alemán?
Creo que el pronóstico medio tiene buen aspecto. Y si además se da por hecho que del lado financiero y económico no van a venir golpes excesivamente duros, entonces los resultados alemanes deberían seguir siendo positivos. Pero lo dicho, los riesgos son ahora mayores.
Autor: Christoph Heinemann
Editora: Emilia Rojas Sasse
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