Una organización brasileña encontró, tras 20 años, al último sobreviviente de una tribu no contactada del estado de Rondonia.
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Hace 20 años que no se sabía de él. Habían encontrado su casa en 2005, sus plantaciones y los hoyos que hace en torno a su territorio. Pero del hombre que se cree es el último sobreviviente de una tribu aislada en el estado de Rondonia, en el Amazonas brasileño, no se sabía nada. Hasta ahora, que la Fundación Nacional Indígena (Funai), que monitorea a las tribus no contactadas de esa selva, lo encontró cuando intentaba botar un árbol.
"Está muy bien, cazando, manteniendo algunas plantaciones de papaya, maíz. Tiene buena salud y buena condición física por todo el ejercicio que hace”, dijo Altair Algayer, coordinador de Funai, que es una institución gubernamental brasileña. El también llamado "indígena del hoyo” caza con un arco y flechas cerdos salvajes, pájaros y monos, con los que complementa su dieta. También hace hoyos en la tierra donde elabora trampas para atrapar otros animales.
La historia de este solitario hombre, que según los expertos tiene en torno a 50 años, es bastante dramática. Su tribu empezó a ser exterminada en los 70 del siglo pasado, cuando granjeros, leñadores y terratenientes llegaron a esa región y expulsaron a los aborígenes para apropiarse de sus tierras. Según los registros históricos, seis de los últimos siete miembros de su tribu fueron asesinados en 1995 por granjeros. Al solitario sobreviviente lo vieron por primera vez en 1996, y desde entonces los investigadores intentaban dar con él. En 1998 unos documentalistas lo grabaron muy brevemente. Y desde entonces se le perdió el rastro, hasta ahora.
Una de las misiones de Funai es intentar dar ayuda a los aborígenes dejando en puntos estratégicos del Amazonas semillas, machetes y otras herramientas. Pero el "hombre del hoyo” las deja ahí, no las quiere. "Entiendo su decisión. Es una señal de resistencia, y de repudio, odio, por todo lo que pasó él y lo que vivieron los suyos”, afirmó Algayer al diario inglés The Guardian.
Funai estima que en Brasil hay 113 tribus aisladas, que no mantienen ningún contacto con la sociedad.
Diego Zúñiga (ERS)
Una mirada a las comunidades indígenas
La comunidad internacional se comprometió a proteger los derechos de los pueblos indígenas. Presentamos a algunos de estos pueblos cuyos principios fundamentales son la vida, la madre tierra y la paz.
Imagen: picture-alliance/Sandra Gätke
Kayapó
Las Naciones Unidas calculan que las comunidades indígenas representan más del 5 por ciento de la población mundial; unos 370 millones de personas. A pesar de la aparente familiaridad de este miembro de la tribu Kayapó de Brasil con la tecnología, los nativos de estas tribus están entre las personas más vulnerables e indefensas del planeta.
Imagen: AP
Los Inuit
Desde los Inuit que habitan en regiones del mar Ártico tales como Groenlandia (en la foto), a los Mayas de México y América Central, las tribus nómadas de África o los grupos tribales “Adivasi” de India, las comunidades indígenas presentan una significativa diversidad: hay más de 5.000 grupos distintos en unos 90 países.
Imagen: Getty Images
Los Bereberes
Los Bereberes son considerados los habitantes originales del norte de África, luchan desde hace siglos para evitar que la influencia árabe acabe con su idioma y cultura. La mayoría de ellos vive en Marruecos (foto), pero en total se extienden por nueve países. Muchos de ellos hablan el idioma Tamazight, que pertenece a la familia afro-asiática y está relacionado con el egipcio y etíope antiguo.
Imagen: Getty Images
Los Waorani
Los Waorani viven en la selva amazónica, en Ecuador. En las últimas décadas, muchos de ellos han pasado de vivir como cazadores a asentarse en el Parque Nacional Yasuní. No obstante, algunas comunidades siguen negándose a tener contacto con el mundo exterior y viven en áreas aisladas, usando lanzas y dardos envenenados para cazar monos y aves.
Imagen: AP
Conservar la biodiversidad
Una gran parte de la diversidad biológica del mundo se encuentra en los territorios de comunidades indígenas. A pesar de que la historia está salpicada de expulsiones de comunidades indígenas de sus hogares, hoy se acepta cada vez más la validez de sus conocimientos tradicionales sobre ecología para preservar la biodiversidad.
Imagen: Survival International
Los Dongria Kondh
Muchos grupos indígenas tienen dificultades para permanecer en sus territorios ancestrales. La construcción de presas y carreteras ha acabado desplazando a millones de grupos tribales, que a menudo no ven los frutos del crecimiento económico. En Orissa, India, los Dongria Kondh se han resistido a los planes de la compañía británica Vedanta de extraer materias primas de sus colinas sagradas.
Imagen: Survival International
Acceso a la educación
Las mujeres y niñas indígenas tienen especiales dificultades de acceso a una educación de calidad. Muchas organizaciones, tales como el grupo defensor de los derechos de los niños "Plan", en la región de Cuzco, en Perú (en la foto), trabajan para desarrollar programas que tengan en cuenta la sensibilidad lingüística y cultural de las comunidades indígenas.
Imagen: picture-alliance/Sandra Gätke
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