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En este lugar capituló Alemania hace 65 años

8 de mayo de 2010

Fue una firma en medio del caos reinante entre los oficiales nazis, y se plasmó aquí: en Berlín-Karlshorst, en un edificio que hoy es un museo. Hace 65 años, Alemania se rendía y la II Guerra Mundial empezaba a acabar.

Museo Germano-Ruso de Berlín, lugar de la capitulación.Imagen: picture alliance/dpa

"El 8 de mayo fue el día de la liberación: el día en que todos nos libramos del sistema de desprecio al ser humano impuesto por el poder nacionalsocialista", dijo Richard von Weizsäcker, entonces presidente de Alemania, el 8 de mayo de 1985 en uno de sus discursos más famosos. Nunca antes un político de la Alemania occidental había sido tan claro en su posicionamiento con respecto al régimen nazi.

"Rompían un tabú", comenta Jörg Morré las palabras del ex jefe del Estado. Morré dirige el Museo Germano-Ruso de Berlín-Karlshorst, un lugar de especial significado e importante carga histórica: aquí, el general mariscal de campo Wilhelm Keitel firmó la capitulación incondicional de Alemania, 40 años antes de que hablara von Weizsäcker, hace ahora 65 años.

8 de mayo de 1945: el general mariscal de campo Wilhelm Keitel firma la capitulación incondicional de la Alemania nazi.Imagen: picture-alliance/akg

¿Derrota o liberación?

El Museo Germano-Ruso de Berlín-Karlshorst está emplazado en el barrio de Lichtenberg, parte- cuando aún estaba en pie el Telón de Acero- de la República Democrática Alemana (RDA). En aquel entonces, las fuerzas soviéticas habían convertido el edificio en el "Museo de la Capitulación Incondicional de la Alemania Fascista durante la Gran Guerra Patriótica", aunque la mayoría abreviaba el nombre a "Museo de la Capitulación", una designación apropiada, opina Marré, aunque no cambie el doble significado que se le otorga a la fecha.

Pese a que desde el punto de vista militar pueda ser valorado de otro modo, "sin lugar a dudas, ése día nos liberamos", asegura el director, y acto seguido resume el diferente modo en que el 8 de mayo se interpretaba en cada una de las Alemanias: la RFA encontró grandes dificultades a la hora de percibir este momento histórico como algo positivo, explica el experto, en la RDA, sin embargo, se entendió así desde el principio. El pensamiento antifascista resultaba en la mitad comunista un acto mental mucho más sencillo, sobre todo teniendo en cuenta que la RDA era uno de los principales aliados de la Unión Soviética, y que ésta se encontraba entre los que en esa fecha ganaban la guerra.

Para los comunistas, celebrar la victoria sobre el fascismo fue durante años más fácil que para la Alemania occidental.Imagen: picture-alliance/akg

Un día que pasa desapercibido

En Museo Germano-Ruso se convirtió el inmueble de Berlín-Karlshorst en 1995, una vez reunificada Alemania y retiradas de suelo germano las últimas tropas aliadas. Desde entonces, una asociación compuesta por representantes de ambos países se encarga de él: la combinación es única, ya que en ella vencedores y vencidos recuerdan en un mismo lugar el acontecimiento que los convirtió en tales.

Películas, discusiones, actos musicales y una exposición permanente tratan de que "el día de la liberación", el día en que una firma marcó el fin del terror nacionalsocialista, no se olvide. Una labor necesaria, comenta Morré, y añade: "Cuando digo que en Alemania los 65 años del final de la II Guerra Mundial no son un gran evento, que puesto que no se trata de una fecha redonda pasan desapercibidos, algunos captan el mensaje y a lo mejor les dedican algún que otro comentario. Pero no tengo la impresión de que este aniversario que de pie a grandes reflexiones".

Autor: Marcel Füsternau/ Luna Bolívar

Editora: Emilia Rojas

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