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En Internet no todos ganan

Vera Möller-Holtkamp (I.G.U.)12 de julio de 2007

Internet se ha convertido en el mercado con la mayor dinámica de cambio. Pero no todos consiguen coger la ola del éxito. ¿Quién gana y quién pierde? ¿Dónde están las oportunidades y dónde se esconden las trampas?

La nueva central del primer sitio de subastas online del mundo, Ebay, en PotsdamImagen: picture-alliance/ dpa

El mercado de Internet está experimentando un boom. “1, 2, 3, mío” es el lema de eslogan publicitario de Ebay, cuyo sitio alemán ya cuenta con más de 20 millones de usuarios. Y las cifras van en ascenso. Los consumidores alemanes gastaron el pasado año más de 15.300 millones de euros en la compra de productos y servicios a través de Internet. De acuerdo a los resultados de un estudio de la Sociedad de Investigación del Consumo, eso implica un crecimiento del 18% en comparación con el 2005.

Los productos caros, como electrodomésticos, artículos de menaje y viajes fueron aquellos cuyo volumen de compra mayor crecimiento experimentó. Casi un tercio de todas las compras de viajes y de entradas a eventos se realizó a través de la red. Además, el perfil de los usuarios varía continuamente. Hace un par de años, todavía eran los que tenían estudios, jóvenes trabajadores. La generación que ha crecido con Internet. No obstante, los investigadores de mercado han registrado un gran crecimiento en el número de “silversurfers” o “internautas de plata”, es decir, compradores por Internet de más de 50 años.

Hacer la compra en Internet

Centro logístico de Amazon en Bad Hersfeld en el Estado de Hesse.Imagen: dpa

La gente no compra en cualquier parte: Internet ha creado marcas, de las que los compradores se sirven para orientarse en la red. Por ejemplo, Amazon e Ebay se han coronado como los reyes en el universo de proveedores online. Incluso las empresas clásicas de venta por correo se benefician enormemente de la WWW. En Alemania, Neckermann, Otto-Versand, Quelle y Tchibo dominan el comercio de productos no alimenticios en Internet con una proporción de dos tercios.

Internet hace posible la transparencia de precios y facilita la búsqueda de la oferta más jugosa. A simple clic de ratón podemos comparar precios y hacer un pedido a nivel mundial. El producto es enviado a nuestro buzón. ¡Realmente cómodo!

Sin embargo, obviamente la transparencia en Internet también tiene sus límites. “Un cliente no puede comparar precios de modo fiable por sí mismo”, advierte Tobias Ossig, fundador de preis.de, una de las 15 plataformas online en Alemania que ofertan eso mismo: comparaciones de precios sistemáticas y profesionales para compradores en Internet. “Nuestros clientes acuden a nosotros para informarse antes de efectuar una compra. Así consiguen precios mejores que muchas de las aparentes gangas que presentan los proveedores, que a veces se hacen publicidad con ‘ofertas gancho’”.

Estafa en Internet

Pero el comercio online también tiene sus riesgos, y muestra de ello son los últimos escándalos en Ebay. Al principio, los vendedores ofertan pocos artículos por precios módicos y esperan las valoraciones positivas, que para los usarios de Ebay son señal de que lo han hecho bien. A continuación, sacan a subasta de forma masiva artículos caros, como ordenadores portátiles, teléfonos móviles o cámaras digitales, que hay que pagar por adelantado. El comprador envía el dinero, pero después el producto no llega nunca a su casa. Aunque se trate de casos puntuales, no dejan de ser el reflejo de la vulnerabilidad de Internet a las estafas.

A Gunnar Kaufmann, asesor fiscal y jefe de negociado de Ebay, le sorprende que no sean más los compradores que usan el sistema fiduciario de Ebay: el comprador envía el dinero a una cuenta intermedia; el vendedor es informado de que la transferencia está hecha y envía el paquete. Cuando éste llega a su destinatario, el vendedor puede recoger su dinero de la cuenta fiduciaria. Aunque este servicio suponga un pequeño gasto añadido, es seguro.

Hay mucho aficionado en la red

Según Kaufmann, además de los pocos casos de estafa, en las páginas web de compra-venta también hay mucho diletantismo, es decir, aficionados sin idea. “Muchos de nuestros usuarios no saben de impuestos. No tienen ni idea sobre qué facturas llevan IVA y cuáles no.” En este momento, esa es información importante para los usuarios de Ebay que vendan más de 300 artículos o ganen más de 3000 euros al mes, ya que podrían incurrir en la ilegalidad si no declaran productos sujetos al IVA. Solo una minoría calcula los costes reales correctamente. “Muchos vendedores no tienen ni idea de cuánto dinero ganan o pierden a fin de cuentas”, advierte Kaufmann.

La industria discográfica, a pesar del creciente negocio con las descargas, sigue registrando pérdidas a causa del boom de Internet. En año pasado, el volumen de ventas se vio reducido en un 2,4% respecto al 2005, a 1.700 millones de euros. Al mismo tiempo, el volumen de descargas creció en un 40%, hasta llegar a los 42 millones. Pero, de acuerdo a la Asociación Fonográfica Alemana, por cada descarga legal se realizan 14 ilegales. La industria discográfica ha empezado a tomar medidas drásticas en este asunto: desde principios de año, ha presentado 25.000 denuncias contra internautas que bajaron música ilegalmente para ofrecerla a través de la red. Por encargo de las discográficas, cerca de 90 investigadores buscaron en Internet pistas de archivos de música descargados ilegalmente.

Logo de Tchibo.

Los damnificados

Las consecuencias también son negativas para los medios impresos y la televisión, que se financian a través de anuncios publicitarios. Y es que los presupuestos para publicidad se invierten cada vez más en anuncios online. La razón principal es que los lectores y espectadores más jóvenes pasan más tiempo surfeando la red que leyendo periódicos o viendo la tele. De acuerdo a los datos proporcionados por la Asociación Alemana de Economía Digital (BVDW), en el 2006 el volumen de publicidad online creció en Alemania en un 84% hasta casi los 2.000 millones de euros. El crecimiento de otros soportes publicitarios fue tan sólo de 5%.

Para Torsten Hornung el comercio online es algo así como un gran barco: “y yo estoy en la soleada cubierta, aunque soy consciente de que también hay rincones a los que el sol no llega, oscuros.” El es filatélico “de tercera generación”, colecciona y comercia con sellos y monedas. En 1995, además de una casa de subastas, dirigía una tienda poco rentable en Wiesbaden. Pero entonces llegó Ebay y se abrieron nuevos caminos. Su tienda ya no existe, pero su negocio virtual florece. Hornung está entusiasmado con Internet, “es un lugar en el que uno busca y encuentra”.

El futuro virtual de la venta al por menor

Los ingredientes de la receta del éxito de Hornung son conocimiento y experiencia en su especialidad, garantías de calidad y productos inconfundibles. Él es el vivo ejemplo de cómo una empresa familiar impregnada de tradición puede dar el salto y adentrarse en la “era de Internet”, y sustituir la tienda con escaparate por la World Wide Web. “Ya no quedan filatélicos en las zonas comerciales, como en Kufürstendamm en Berlín o en Königsallee en Düsseldorf”, se lamenta Hornung; no obstante, cada año se invierten 1.000 millones de euros en este sector tan sólo en Alemania. Para el ciudadano de a pie, esta afición está perdida. Pero, ¿qué pasa si las tiendas especializadas en electrónica, las agencias de viajes o los periódicos tienen que cerrar, si el comercio tradicional se traslada a Internet? No solemos pensar en las consecuencias que esto tendría en el estilo de vida en las ciudades, pero a la velocidad a la que van las cosas, sería mejor empezar a imaginarlo ya.

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