En Leipzig abren carrera de onomástica
17 de noviembre de 2008Muchos apellidos llevan a cuestas siglos de historia. La mayoría no revela a simple vista su significado ni su proveniencia. Por primera vez una universidad alemana ofrece la carrera de onomástica, en donde los interesados podrán investigar la historia de los nombres de ciudades y de rios, de nombres y apellidos.
“La gente quiere saber de dónde proviene su nombre”, afirma el Profr. Jürgen Udolph, una de las autoridades en materia de onomástica y quien promovió en la Universidad de Leipzig la apertura de un área de estudios dedicada al estudio de los patronímicos.
Udolph, durante años catedrático del Instituto de Eslavística en la Universidad de Leipzig, explica que la dificultad radica en la evolución de la lengua misma y muestra un pergamino con frases góticas del siglo IV d.C., que resultan incomprensibles para el público en general, que tampoco entendería las frases en alto alemán de hace 500 años.
Conocimiento interdisciplinario
“La lengua se transforma constantemente”, señala Udolph, que advierte que cuanto mayor es la distancia con respecto al origen, más notoria es la diferencia. “Los apellidos provienen de una era en la que la lengua era totalmente distinta a la que hablamos hoy”, asegura, y añade que por ello es necesaria la ayuda de expertos para descifrar el significado de los nombres. “Se necesita no sólo saber de la historia de la lengua, sino poder identificar de qué región proviene el nombre en cuestión”.
Desde hace 15 años la Universidad de Leipzig ofrece estudios de onomástica como materia optativa, que interesa sobre todo a historiadores y germanistas. Ahora los interesados podrán cursar la carrera completa, que comienza con un centenar de estudiantes que se ocuparán del significado de los nombres, desde ciudades, ríos y calles, hasta apellidos y nombres de objetos.
Interés desde Mongolia
Entre ellos se encuentra Hondschud Giritt proveniente de Mongolia, quien quiere después investigar en su país los orígenes de los nombres y apellidos. “Quiero aprender el método para poder trabajar en Mongolia, donde prácticamente nada se sabe del origen de los nombres”, asegura Giritt.
El material de investigación lo conforman desde mapas antiguos hasta directorios telefónicos, y cedés con información actual, cuya comparación sirve para dar con el origen de los nombres.