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En marcha la CPI

16 de junio de 2003

El fiscal argentino Luis Moreno Ocampo asumió como primer fiscal de la Corte Penal Internacional en la Haya. Con su juramento comienza en la práctica el trabajo de la CPI.

El fiscal argentino Luis Moreno Ocampo a la cabeza de la Corte Penal Internacional.Imagen: AP

Argentina no es cuna del derecho internacional, hecho que habla precisamente a favor de Luis Moreno Ocampo, quien a mediados de la década de los 80 ayudó a combatir el pantano de la corrupción, asesinatos y tortura en que se encontraba sumergido su país. Colaboró a que miembros de la dictadura militar encabezada por Jorge Videla comparecieran frente a la corte. Procesó a generales, golpistas y policías corruptos.

A principios de la década de los 90 abrió su propio despacho de abogados. Entre sus clientes estuvieron las víctimas del nazi Erich Priebke, a quien logró extraditar en el 2001. Luis Moreno Ocampo condujo un programa de juicios por televisión, no escatimó en fantasía al hacerse a la búsqueda de políticos corruptos con cámaras escondidas, subrayando que se admiten medidas poco convencionales si estas ayudan a encontrar la verdad.

Neutralidad asegurada

Goza de renombre en el campo de la lucha contra la corrupción y los derechos humanos. Varias gobiernos y organizaciones de las Naciones Unidas, así como el Banco Mundial han pedido su consejo. Las naciones que apoyan a la Corte Penal Internacional lo nombraron por unanimidad. Posiblemente el gran apoyo recibido desde Croacia, Afganistán y Corea del Sur hasta Bosnia, Polonia, Alemania y Samoa se deba al hecho de que Argentina, su país natal, sea una nación neutral -no pertenece ni a la OTAN- lo que reduce grandemente la posibilidad de que el primer fiscal de la CPI pudiera convertirse en portavoz de intereses específicos.

Funciona a pesar de ausencias

El CPI necesita una figura sólida a su cabeza, su tarea es juzgar crímenes contra la humanidad, genocidio y crímenes de guerra. Hasta el momento cuenta con el apoyo y financiación por parte de 90 países. Para tener responsabilidad total debería contar con el apoyo de todas las naciones del mundo, pero Estados Unidos, China, Rusia e Israel niegan su ayuda a la Corte Penal Internacional. Tan sólo el pasado 13 de junio Washington impuso ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, pese a la oposición de Alemania, Francia y Siria, inmunidad para los ciudadanos estadounidenses que sean acusados por crímenes de guerra, por lo que no se les podrá juzgar en la CPI.

Imagen: AP

Ha llegado su hora

Mientras tanto en la costa holandesa se especula cuál será el primer caso de la Corte Penal Internacional. El primer fiscal Luis Moreno Ocampo cuenta ya con más de 200 sobre su escritorio. Sólo una mínima parte llegará a madurar para convertirse en un proceso pues La Haya sólo interviene en el caso de que los juzgados nacionales rechacen un caso o no sean capaces de manejarlo. Los nombres de la República del Congo, Sierra Leona o Colombia son nombres frecuentemente nombrados en La Haya. Será a penas el año entrante cuando se registre el principio del primer proceso ante la CPI.

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