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En Marte hay vida... proveniente de la Tierra

José Ospina Valencia5 de enero de 2006

Aunque no natural de ese planeta, en Marte hay vida. Millones de esporas de bacterias habrían llegado al planeta rojo a bordo de sondas lanzadas desde la Tierra, afirma un experto.

Marte, el Planeta rojo, fotografiado desde la Tierra el 22 de octubre de 2005.Imagen: AP


Si hemos de creerle al científico francés que lo afirma, las reglas de desinfección de naves interplanetarias deberían ser más estrictas. Pero es probable que sea muy tarde para hacerlo. El investigador André Debus está convencido de que en Marte hay vida como en la Tierra. La razón que expone el experto de la agencia francesa de investigación espacial CNES es que, en efecto, la vida en Marte proviene de la Tierra.

Según Debus, en Marte ya se habrían establecido miles de millones de bacterias transportadas por las misiones europeas y estadounidenses. Dichas bacterias, dice el experto, entran en Marte en un estado de hibernación debido a la falta de agua y sustancias alimenticias, por lo mismo no pueden desarrollarse. Debus parece saber lo que habla. Él realizó un vasto estudio sobre la posible contaminación de Marte.

Esporas por metro cuadrado

Según las normas del Comité internacional de Investigación Espacial (COSPAR) una nave que aterrice en Marte puede llevar máximo 300.000 esporas de microorganismos. Antes de la obligada desinfección se calcula que los aparatos portan 3 mil millones de esporas. Los robots que se anden por el planeta rojo deben llevar consigo sólo unas 300 esporas por metro cuadrado y aparatos especiales de búsqueda 30.

Es tal la preocupación que la NASA emplea a un Oficial de Protección Planetaria encargado de proteger el espacio de la contaminación con microbios terrestres. Sobre todo las esporas poseen gran resistencia, pues pueden volar años por el espacio sin que la radiación las destruya. Por eso las sondas activas en Marte como "Spirit" y "Opportunity" tuvieron que ser limpiadas con químicos porque no resistían el calor.

"Europa" la Luna, no el continente

Los objetos voladores que sólo se mueven en la órbita de otros planetas no necesitan ser tan pulidos como los que aterrizan en ellos. Pero en el caso de un aterrizaje forzoso como el que casi tiene lugar con la sonda japonesa "Nozomi" que en 2003 iba camino de colisión con Marte y tuvo que ser desviada a una órbita solar, demuestra la necesidad de las severas medidas de limpieza.

Hace pocos meses astrónomos tuvieron que ejecutar una operación similar con Galileo que casi se cae sobre una Luna. Los expertos desviaron la sonda Galileo evitando así que se precipitara sobre Europa, la cuarta Luna más grande de Júpiter. Galileo se evaporó entonces en la atmósfera de Júpiter, el planeta con el sistema de anillos y el cuarto objeto más brillante del cielo tras el Sol, la Luna y Venus.

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