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En nombre de la libertad de expresión

Silke Bartlick (VT/ERS)13 de octubre de 2015

Hace tiempo que la Feria del Libro de Fráncfort no se comprometía tanto con una causa. Ante un tenso clima político mundial, el sector de libros subraya la importancia de una sociedad abierta y tolerante.

Salman Rushdie
Salman RushdieImagen: Getty Images/AFP/G. Julien

Ya antes de su inauguración oficial, la 67 Feria del Libro de Fráncfort envió una señal inequívoca, al invitar a Salman Rushdie a la conferencia de prensa de apertura. El autor británico lucha apasionadamente por la libertad de expresión. Tras la publicación de su libro “Los versos satánicos” (1989), musulmanes radicales emitieron una fatwa (condena de muerte) en su contra.

Al enterarse de la presencia de Rushdie, Irán canceló su participación en la Feria del Libro. Su director, Jürgen Boos, dijo al respecto que lamentaba esta decisión, pero que la libertad de expresión no era negociable. Al parecer, diez editoriales iraníes se han negado a seguir el ejemplo del Ministerio de Cultura de su país, que canceló su participación debido a que “los libros de Rushdie insultan al islam”. Según una portavoz de la Feria del Libro, las editoriales no querían perderse el mayor encuentro del sector de libros.

Algunas editoriales iraníes sí participan en la Feria del Libro.Imagen: picture-alliance/dpa/F. Rumpenhorst

Ataque a un derecho fundamental

De acuerdo con Rushdie, la mayor amenaza consiste en que algunos países no reconocen la universalidad de la libertad de expresión, pese a que la capacidad de expresarse es lo que une a las culturas y religiones.

No obstante, Salman Rushdie también señaló que los ataques a este derecho fundamental no solo vienen de países en los que no existe la libertad de expresión, sino que también en el mundo Occidental hay formas sutiles de limitar este derecho: en algunas universidades estadounidenses, por ejemplo, se advierte a los estudiantes de la lectura de ciertos libros, puesto que podrían contener pensamientos que ponen en duda algunas cosas; en la Universidad de Duke, estudiantes se negaron a leer un libro sobre lesbianas, porque contradecía su educación religiosa.

Rushdie recordó que hoy día podemos expresarnos libremente, porque hace 200 años se rompió la supremacía de la Iglesia e insistió en que no debemos permitir que las religiones vuelvan a cobrar tanta fuerza. En nuestro mundo globalizado, la intolerancia nos afecta a todos, opinó.

Según Jürgen Boos, director de la Feria del Libro, la literatura y la edición siempre han sido incómodas, porque ponen en duda el consenso prevaleciente: “La literatura tiene la tarea de nombrar la realidad y de poner a discusión aparentes evidencias”.

En los próximos días, más de 7.000 expositores de cerca de 100 países presentarán sus nuevas publicaciones, autores alemanes y del extranjero participarán en discusiones y con ponencias, y el país invitado, Indonesia, presentará su diversidad cultural y literaria.


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