En República Dominicana, no solo los pobres quieren emigrar
José Ospina-Valencia
27 de enero de 2023
Crece la cifra de dominicanos que abandonan su país, legal e ilegalmente. Muchos arriesgan su vida por ir a ganar en una hora lo que les quedaría en un día en República Dominicana. Pero no todos huyen de la pobreza.
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TikTok está atiborrado de videos y memes que muestran a sonrientes dominicanos que desde Nueva York dan cuenta a sus coterráneos de que "la vuelta es por México", mientras en la vida real crecen los reportes de dominicanos detenidos, inadmitidos, devueltos, náufragos o ahogados. Hacer "la vuelta” es una frase entre dominicanos para referirse a los caminos de la emigración ilegal.
Este mismo 24 de enero de 2023, una "yola”, como se les llama a los botes de migrantes en el Caribe, fue interceptada por la Guardia Costera estadounidense, que reportó la repatriación de 58 dominicanos y 7 haitianos a República Dominicana. La yola se encontraba a punto de naufragar cruzando aguas del mortífero Pasaje de la Mona, rumbo a Puerto Rico. Según el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos, los dominicanos coparon el 83 por ciento de todas las detenciones en 2022. Así, la cifra de detenciones de dominicanos aumentó 13 veces en solo un año.
Una ola de décadas, pero que ahora rompe récords
¿Se puede hablar de una ola de migrantes de la República Dominicana? "Claro que sí”, reitera a DW la abogada dominicana Altagracia Jean Joseph, "aunque nuestros gobernantes no lo quieran admitir”, acota. Según la jurista, "la gente está escapando del altísimo costo de vida, la corrupción, la violencia. Está huyendo del sistema de salud colapsado, del desempleo en los jóvenes, a los que apenas habiendo terminado la universidad les exigen experiencia de años”. Según esta defensora de Derechos Humanos, "las oficinas de expedición de pasaportes están abarrotadas de personas que, cuando salen con pasaporte, en mano venden sus cosas para salir del país”.
"Durante los últimos cuatro meses de 2022, se otorgó la cifra récord de más de 280.000 pasaportes”, reporta el Listin Diario. Por avión, los destinos preferidos son Guatemala, El Salvador, Nicaragua, pero también Colombia, Ecuador y Chile, países que no exigen visa a los dominicanos.
O no exigían, porque este 25 de enero el Gobierno de Guatemala impuso de nuevo visa a los dominicanos, ante el creciente número de visitantes que llegan por avión como turistas, pero luego toman rumbo a México y Estados Unidos como migrantes. Solo entre 2021 y 2022 aumentó el número de inadmisiones de dominicanos en un 250 por ciento, según el Instituto Guatemalteco de Migración.
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Mayor "visibilización" del problema
En entrevista con DW, Josué Gastelbondo, jefe de Misión de la Organización Internacional para las Migraciones en República Dominicana (OIM), prefiere no hablar de "ola”, sino de "mayor visibilización”, debido a más estrictos controles migratorios y persecución policial, y lo pone en contexto: "La República Dominicana, con cerca de 11 millones de habitantes, tiene 2.8 millones de ciudadanos viviendo en el exterior, la mayoría en EE.UU. Hay lazos muy fuertes entre la inmensa diáspora y los que viven en República Dominicana”.
Esto quiere decir que, alrededor del 27 por ciento de los dominicanos vive por fuera del país. Tantos que "en Nueva York viven más dominicanos que en Santiago, la segunda mayor ciudad después de Santo Domingo, la capital”, indica el experto de la OIM.
Ahora bien, prosigue el jefe de la OIM en República Dominicana, "una parte de los dominicanos viaja legalmente y otros corren riesgos mayores”. El Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM documentó al menos 321 muertes y desapariciones de migrantes en el Caribe en 2022, siendo esta la mayor cifra desde 2014. La mayor parte de los migrantes que murieron o desaparecieron eran de Haití (80), Cuba (69), la República Dominicana (56) y Venezuela (25).
La causa principal de muerte son los accidentes en altamar. La OIM realiza un estudio a publicarse en pocos meses que promete más precisión sobre cifras de migrantes, rutas, costos, riesgos y la trata de personas.
Los migrantes, entre más pobres, más riesgos corren
Lo cierto es que los dominicanos de menos recursos toman la ruta más peligrosa: "Cada día zarpan desde República Dominicana dos o tres yolas con entre 30 y 40 personas rumbo a Puerto Rico. Por lo general, una sola logra llegar a Puerto, las otras son interceptadas o naufragan en el peligrosísimo Paso de la Mona”, narra a DW el jefe de Misión de la OIM. "Mientras los traficantes de personas cobran unos 20 mil dólares por "la vuelta” en avión hacia América Central, por ejemplo, el costo de "la vuelta en yola” puede costar unos $ 6,000”, precisa Gastelbondo.
Se estima que en Puerto Rico hay unos 300.000 dominicanos, de los cuales cerca del 70 por ciento están en condición migratoria irregular. Allí, mientras cada vez más puertoriqueños se van al continente, más dominicanos llegan a suplir la alta demanda de mano de obra: "Tras la devastación del huracán María (septiembre de 2017) muchos dominicanos han encontrado trabajo en la reconstrucción”, dice Gastelbondo, quien destaca la atracción que ejerce la diferencia de salarios: "Un obrero dominicano en Puerto Rico puede ganar lo que se ganaría en República Dominicana en un día: 15 dólares”.
En realidad, concluye la jurista Altagracia Jean Joseph, "la República Dominicana padece de otra crisis, aparte de la migratoria, que es la crisis social y de valores, evidente, según esta defensora de Derechos Humanos, en quienes teniendo familia, empleo o un negocio lo venden todo para abandonar el país rumbo a Estados Unidos, preferentemente. A eso se suma, advierte Altagracia Jean Joseph, que el Gobierno solo ofrece expectativas para unos pocos, por lo que en muchos cunde la idea de que la vuelta no es por nuestro país, sino por México, rumbo a Nueva York, cuando el eslógan que debiera imperar es "la vuelta es por República Dominicana”.
(ms)
El Tapón del Darién: la ruta migratoria más letal de las Américas
El Tapón del Darién es una selva indómita. Este istmo, que une a Suramérica con el resto del continente, es la última alternativa para los migrantes que arriesgan perder la vida, antes que perder la esperanza.
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
La selva que ni los españoles ni los ingenieros lograron vencer
Durante siglos, pocos se atrevían a cruzar el Tapón del Darién, la selva que conecta a Suramérica con Centro y Norteamérica. Pero, desde 2004, tras la fundación de Frontex, la guardia que blinda la UE, migrantes asiáticos y africanos descubrieron el Darién para llegar a EE.UU. En 2021 la cruzaron 95.000, en su mayoría haitianos, cubanos y venezolanos. Hasta septiembre de 2022, ya eran 158.000.
Imagen: Lee Dalton/Avalon/NHPA/picture alliance
Mejor parques naturales que autopista Panamericana
La Panamericana recorre 25.750 kilómetros de Tierra del Fuego hasta Alaska, pero un tramo de 100 kilómetros impide la conexión. Ni Panamá ni Colombia han cedido a construir autopista o carrilera. Hoy la opción es ecológica. La región alberga dos parques naturales: Katíos en Colombia, y Darién, en Panamá, con 5790 km², Patrimonio de la Humanidad y mayor Reserva Biosfera de América Central.
Imagen: Arnulfo Franco/AP Photo/picture alliance
El Tapón del Darién es también territorio de indígenas
La selva entre Colombia y Panamá no es un territorio de nadie. Le pertenece también a diversas etnias indígenas, como los Emberá-Wounaan (en la imagen) y Guna Yala que viven en dos decenas de comunidades. A su lucha por la defensa de su territorio y la deforestación para el cultivo de coca, se agrega la incursión de miles de migrantes y refugiados. Y, detrás de ellos, los traficantes de personas.
Imagen: Sergi Reboredo/picture alliance
El Darién, una joya de la biodiversidad en las Américas
El continente americano duró 60 millones de años separado. El geofísico alemán Alfred Wegener basó su teoría de la deriva continental en el estudio de la unión del Istmo de Panamá que produjo el Gran Intercambio Biótico Americano. Gracias a este, hay llamas y jaguares en Suramérica, colibríes en Centroamérica y pumas en EE.UU. El Darién alberga más de 2.300 especies de árboles. Norteamérica mil.
Imagen: Avalon.red/NHPA/picture alliance
Necoclí: el número de refugiados supera al de habitantes
Una familia haitiana acampa en la terraza de una casa de familia en Necoclí. Los refugiados huyen de sus países y llegan hasta aquí por muchas razones: islamistas en África, terremotos y el asesinato del presidente en Haití, las dictaduras en Cuba y Venezuela y el regreso de los talibanes en Afganistán. Necoclí tiene 20 mil habitantes y más del doble de aspirantes a sobrevivir el paso del Darién.
Imagen: Ivan Valencia/AP Photo//picture alliance
Países de tránsito, superados por la crisis y sin solución a la vista
Colombia recibe a los refugiados de Ecuador y el Caribe y les concede un salvoconducto para cruzar el país rumbo a Panamá. El 6 de agosto, la canciller panameña, Erika Mouynes, y su homóloga y vicepresidenta colombiana, Marta Lucía Ramírez, acordaron que el puerto de Necoclí solo podía vender 500 pasajes diarios hacia Capurganá, la antesala de la selva. Una restricción que ha empeorado el atasco.
Imagen: Ivan Valencia/AP Photo//picture alliance
La opción que obliga a huir: "Morir en Haití, o morir fuera de Haití"
Una madre con su bebé en brazos cruza un río, ya rezagada. A los haitianos solo les queda dos opciones: “Morir dentro o morir fuera de Haití”, dice a DW el científico colombo-haitiano, Wooldy Edson Louidor. Además, la pandemia dejó sin sustento a miles de los 200.000 refugiados haitianos en Chile y 80 mil en Brasil. Louidor pone la crisis en una frase: "Esto es una estampida de la desesperación".
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
Al límite de tirarse al mar en cualquier objeto que flote
Debido al límite de embarques diarios exigido por Panamá a Bogotá, la situación en Necoclí es cada vez más precaria. El pueblo está desbordado y la mayoría tiene que esperar hasta un mes para conseguir un cupo en un bote. Pero como tienen que cubrir los costos de alojamiento y comida, muchos se quedan varados, o buscan cruzar el golfo en cualquier cosa que flote.
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
Capurganá, de paraíso caribeño a puerta de entrada al "infierno verde"
Capurganá era un caserío que vivía de sus playas y la brisa del mar Caribe que atraía a los turistas que prefieren un bohío de la etnia kuna a los resorts de cadenas hoteleras. Hoy, Capurganá y su vecina Acandí, conocida por las tortugas Carey, reciben a los migrantes que cruzan el golfo de Urabá en bote, procedentes de Necoclí, camino a internarse en la selva. Con sus bellezas y amenazas.
Imagen: Migración Colombia
Pies secos sobre el primer río, pero falta una veintena
Migrantes pasan con los pies secos el primer río de la travesía iniciada en Acandí. Las carretas tiradas por caballos se devolverán una vez los dejen en la otra orilla. Los refugiados tendrán que cruzar a pie una veintena de ríos más. La travesía dura entre 6 a 10 días. Quienes se internan en la selva, se precian de haber sobrevivido a los numerosos naufragios en el golfo de Urabá.
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
El Darién no es una jungla tropical como el Amazonas
El Darién forma parte del istmo de Panamá que divide el océano Pacífico y el mar Caribe. Esta selva no es una llanura como el Amazonas sino una quebrada serranía con alturas de hasta 1.340 metros y decenas de caudalosos ríos que arrastran a mujeres, niños y hombres. La desesperación en Haití, Venezuela, Cuba, Palestina, Afganistán y Somalia es mayor al temor a perecer en el Darién.
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
A muchos, lo que les espera al otro lado del Darién es una sepultura
No importa si las víctimas fatales durante la travesía del Tapón del Darién eran musulmanes, budistas o ateos, en todo caso reciben una sepultura católica. Un acto de misericordia del sacerdote de Agua Fría, en Panamá, aquí en el cementerio. La OIM ha reportado 50 muertes este 2021, socorristas parten de 200 víctimas por agotamiento, los ríos, las caídas, las serpientes y los depredadores humanos.
Imagen: Arnulfo Franco/AP Photo/picture alliance
A los migrantes también los persigue el coronavirus, la malaria, el dengue y el zika
La pandemia sigue expulsando a muchos migrantes de países que los acogían, pero el coronavirus los persigue en su ruta. Tras varios casos de COVID-19 en Necoclí, Colombia lanzó una campaña para vacunar a los migrantes contra el coronavirus. Pero en el Tapón del Darién les esperan los mosquitos que transmiten malaria, dengue, chikungunya y zika. La emergencia es también sanitaria.
Imagen: Migración Colombia
“Ruta humanitaria” a través del continente
Un cubano llega herido a Panamá. El 12 de octubre de 2021, otro naufragio en el golfo de Urabá dejó 8 muertos y otros tantos desaparecidos. Oenegés humanitarias piden crear urgentemente una "ruta humanitaria", porque la crisis es "una bomba de tiempo". Desde que a Necoclí llegó la noticia de que Biden está deportando a haitianos, muchos quieren devolverse, pero el flujo de los que llegan no para.
Imagen: Arnulfo Franco/AP Photo/picture alliance
¿Cumbre de las Américas para atender la crisis migratoria?
Un joven recupera fuerzas en Meteti, Panamá. La presión en el Tapón del Darién sube y amenaza con cobrar muchas más vidas. Por ello, diversas oenegés proponen una “Cumbre de las Américas para la migración” con todos los países de tránsito y destino, y también con los gobiernos que causan el éxodo. Autor: José Ospina-Valencia