En Rusia continúan apostando por las energías no renovables como el petróleo, el gas o los combustibles nucleares. Pero también existen alternativas: una empresa alemana opera allí la primera central eléctrica ecológica.
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En la planta obtienen energía limpia a base de estiércol y deshechos de mataderos. Y es que en Rusia hay abundantes deshechos orgánicos pues el sector de la agricultura vuelve a prosperar.