"Queremos hacer de Alemania un país más social y justo, más moderno y digital, más competitivo y neutral desde el punto de vista climático", prometieron los líderes de los tres partidos que gobiernan Alemania, el Partido Socialdemócrata (SPD), Los Verdes y el Partido Demócrata Liberal (FDP.

Pero 2022 estuvo dominado por una sucesión continua de crisis, tanto nacionales como internacionales, y es probable que siga siendo así en 2023.

El Gobierno alemán tiene ante sí tres grandes retos: seguir velando por un abastecimiento energético seguro, incluso con precios al alza, fomentar la cohesión social y la paz en tiempos de la guerra de Rusia contra Ucrania, y definir más claramente su política exterior, sobre todo frente a China.

Garantizar el suministro energético

El Gobierno ha destinado la astronómica suma de 200.000 millones de euros para garantizar el suministro de energía a la población y a la economía alemanas durante este invierno y el siguiente, tras el corte casi total de los suministros de petróleo, gas y carbón procedentes de Rusia. Lo que venga después también dependerá de lo práctico que sea el Gobierno el año que viene.

"Alemania seguirá siendo una nación industrial fuerte y próspera", declaró el canciller, Olaf Scholz, (SPD) a la tercera mayor editorial de medios de Alemania, Funke Mediengruppe, "porque dispondremos de nuevas posibilidades de importación", agregó. Pero para ello será necesaria una rápida expansión de las energías renovables.

Mantener la cohesión

El gobierno también debe dedicar mucha energía a reforzar la cohesión social en tiempos de gran crisis e incertidumbre entre la población. En estos días, la revelación de un pérfido "golpe de Estado" planeado por un grupo de ciudadanos de extrema derecha, autodenominados  "Reichsbürger" ha alarmado a los alemanes.

En 2023, el Gobierno también deberá comunicar mejor y, sobre todo, de forma más coordinada, las entregas de armas y la solidaridad con Ucrania. Según un nuevo estudio, muchos ciudadanos, especialmente en el el este de Alemania, son mucho más escépticos sobre el apoyo a Ucrania que los alemanes en occidente.

El experto en asuntos exteriores de la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU) en el Bundestag, Roderick Kiesewetter, resume en una entrevista con DW que el Gobierno debe "llevar a cabo rápidamente y de forma integral los cambios fundamentales en la seguridad, la economía y la sociedad".  Su pronta aplicación es "necesaria para defender nuestra libertad y democracia contra la guerra híbrida rusa en Europa, y para estar preparados para resistir la competencia sistémica con China", advierte Kiesewetter.

Política unificada frente a Rusia y China

De hecho, la política hacia China y Rusia es también una de las tareas pendientes del Gobierno en 2023. En este sentido, Kiesewetter explica a DW que el Gobierno tiene ahora la tarea de "diversificar nuestro suministro energético para desprendernos de las cadenas de valor baratas de China, diversificando mejor y reconociendo el enfoque agresivo e híbrido de China".

En los próximos años, China llevará a cabo un ataque militar contra Taiwán, por lo que debemos reducir significativamente las dependencias e injerencias chinas lo antes posible."

A principios de noviembre, el viaje del canciller a China generó debate dentro del Gobierno. Era la primera visita a China de un jefe de gobierno occidental tras la polémica reelección del presidente Xi Jinping, el 23 de octubre.

Y a pesar de las duras críticas de la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, de Los Verdes,, el canciller aprobó que la naviera china Cosco adquiriera una participación minoritaria en una empresa operadora de terminales en el puerto de Hamburgo. Unificar el rumbo frente a Pekín: este es otro gran reto para el Gobierno en 2023.

(jov/cp)