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Energías positivas desde Europa

21 de agosto de 2003

Cuando se apagan las luces en Estados Unidos, se prenden otras en Europa. Consorcios energéticos europeos modernizarían las obsoletas redes de electrificación de EE.UU. y Canadá.

A todas luces. La "Vieja Europa" aún tiene mucha energía.Imagen: AP

"En Norteamérica hay enormes oportunidades", dice Bud Grebey, vocero de Siemens en EE.UU. La presión de la ciudadanía que exige un suministro de energía confiable crece en Washington. "Así que pronto les presentaremos a los Gobiernos de Canadá y Estados Unidos sendas ofertas", afirma Tom Garrity, gerente del consorcio alemán Siemens en EE.UU.

Si bien las expectativas de hacer un buen negocio son grandes, aún no se puede decir que las iniciativas tendrán éxito. Aparte de Siemens, el consorcio energético sueco-helvético ABB también aspira a una porción de la torta que, valga decirlo, aún está por hornearse.

Los gigantes de la luz

Los consorcios energéticos europeos lideran el ramo mundial de la producción y suministro de energía, dominando buena parte del mercado mundial: Siemens, por ejemplo, mantiene el 12%, mientras que ABB opera el 18, seguido del francés Alstom. El gigante estadounidense General Electric, se ubica sólo en el cuarto lugar de la lista de las más grandes empresas de energía y electrificación.

"Teniendo en cuenta que hay una necesidad de inversión en EE.UU. de unos 50.000 millones de dólares y ABB tiene muy buenas plantas de producción y negocios en Norteamérica, tenemos excelentes oportunidades de participar en la urgente modernización del sector", asegura Joachim Schneider, miembro directivo de ABB Alemania. ABB es, en efecto, uno de los socios más potentes de Estados Unidos.

Redes anticuadas, falta de expertos

El Edison Electric Institute, una sociedad de proveedores de energía que cotiza en bolsa, calcula que las inversiones para asegurar el suministro de energía en Estados Unidos – al nivel anterior al apagón - durante los próximos 10 años llega incluso a los 56.000 millones de dólares.

El reciente apagón en Norteamérica fue definitivamente producto del "descuido punible de las redes": aunque desde 1951 las inversiones en las redes de abastecimiento energético se han quintuplicado, la producción ha crecido el doble de las inversiones. El resultado del déficit: envejecimiento de las conexiones. A ésto se suma la falta de personal éxperto en técnicas de transmisión.

Rolf Wenkel /j.o.v.

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