Pocos médicos, largas listas de espera. Quien se enferme en Serbia, Bosnia o Macedonia, necesita optimismo y mucho dinero. Los derruidos sistemas de sanidad pública han favorecido la apertura de clínicas privadas.
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La mayoría de los habitantes de los países de los Balcanes que una vez formaron la socialista Yugoslavia dependen del sistema de salud estatal. En Serbia, Bosnia o Macedonia, donde los salarios mensuales son de un promedio de 400 euros netos y la tasa de desempleo supera el 20%, los exámenes médicos "privados" son un lujo.
Sin jeringas ni agujas ni anticancerígenos
"Mi hija fue diagnosticada con diabetes cuando tenía 16 meses de edad. Y hace más de seis años que esperamos una inyección de insulina", dice Mirela Sisic que dirige una asociación de pacientes en la capital bosnia, Sarajevo.
Los hospitales públicos no cuentan ni siquiera con los medicamentos básicos, a pesar de que la gente ha pagado sus seguros de salud. "El Estado destina extremadamente poco dinero para cubrir los servicios de salud", dice un exfuncionario serbio a DW, quien agrega que "no hay ni jeringas ni agujas ni desinfectantes". Solo en Serbia, con sus siete millones de habitantes, tiene a 75.000 pacientes en lista de espera, a menudo de años. En Bosnia ni siquiera la Clínica Oncológica de Sarajevo tiene medicamentos anticancerígenos. Quien no tiene dinero en los Balcanes: espera que la muerte no sea más rápida que el derruido sistema de salud.
Mundos paralelos
Lejos de las atestadas salas de espera en las clínicas estatales, en su mayoría ruinosas, hace mucho tiempo que existen consultorios y hospitales privados con todo lo que ofrece la medicina moderna, que solo el 2% de la población puede pagar. "Pagamos doble, porque el seguro nacional de salud es obligatorio", se queja Danijela Stankovic-Baricak, experta en Gestión Sanitaria en Serbia.
Pero lo que más le molesta a Danijela Stankovic es que los hospitales estatales están privilegiando a pacientes particulares que pagan más, y en efectivo, por su atención. Y peor, cuando esos pagos se hacen por debajo de cuerda.
¿Corrupción, más efectiva que la atención?
En el Índice de Corrupción de Transparencia Internacional Montenegro, Serbia, Kosovo, Albania, Bosnia y Macedonia ocupan los peores puestos. Así, los países de los Balcanes occidentales siguen siendo pobres. Allí, los médicos son percibidos como los más corruptos, al lado de la policía de tráfico.
Al mismo tiempo, muchos médicos abandonan la región. "En 2017, 180 de 220 médicos recién titulados solicitaron una licencia para trabajar en el extranjero", cuenta Goran Begovic, del sindicato del mayor hospital de Macedonia en Skopje.
El destino más popular es Alemania, donde un médico gana de cinco a seis veces más que en Macedonia o Serbia. En 2016, los serbios fueron el tercer grupo más grande de médicos recién registrados en Alemania, detrás de sirios y rumanos.
El resultado es un círculo vicioso: mientras el personal médico se va, los sistemas de salud de los Balcanes reciben cada vez menos dinero y las colas de pacientes por atender se alargan.
Nemanja Rujecic (jov/vt)
Diez peligros del azúcar
El creciente consumo de azúcar tiene graves consecuencias. La OMS alerta de una “epidemia mundial” y prevé un aumento drástico de la obesidad y la diabetes. Le damos 10 razones por las que el azúcar daña su salud.
Imagen: Colourbox
El azúcar engorda
El azúcar se absorbe rápidamente en forma de glucosa y aporta energía de inmediato. Si ésta no se consume en el momento, el cuerpo la almacena transformándola en grasa. Por otro lado, la fructosa, presente en vegetales y frutas, se metaboliza y se guarda en el hígado. Una dieta rica en fructosa puede producir un hígado graso y resistencia a la insulina, lo que puede ocasionar diabetes de tipo II.
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El azúcar influye en nuestro ánimo
En pequeñas cantidades, el azúcar ayuda a liberar serotonina, que nos proporciona una sensación de bienestar generalizada. Sin embargo, un consumo excesivo puede originar depresiones y ansiedad. Los cambios súbitos de los niveles de azúcar en la sangre pueden provocar irritabilidad, cambios de humor y nerviosismo.
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El azúcar acelera el envejecimiento
La culpable es la glicación, un proceso derivado de una alimentación inadecuada rica en azúcares. El exceso de glucosa no encuentra vehículos que los transporten a las células y se termina uniendo a proteínas como el colágeno. En consecuencia, las fibras de colágeno se tensan y la piel pierde elasticidad. Los desechos no se eliminan y la piel se vuelve flácida y vulnerable a los años.
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El azúcar destruye la flora intestinal
Una flora intestinal sana favorece la digestión y protege el aparato digestivo de bacterias dañinas. Un elevado consumo de azúcar fomenta la reproducción de los hongos y parásitos que habitan en nuestro intestino. Sobre todo la de la cándida, un hongo en forma de levadura que en grandes cantidades provoca muchas infecciones. El azúcar también ocasiona flatulencia, estreñimiento y diarrea.
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El azúcar es adictivo
El cerebro de los obesos reacciona al azúcar de una manera similar al alcohol u otras sustancias adictivas, pues libera dopamina en grandes cantidades. Compruébelo usted mismo: durante diez días retire el azúcar de su dieta. Si al segundo día ya siente dolor de cabeza, irritabilidad y su cuerpo le pide algo dulce, está experimentando síntomas de abstinencia.
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El azúcar aumenta la agresividad
Las personas que consumen gran cantidad de azúcar tienen mayor tendencia a la agresividad. También es sabido que el TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad) en niños está muy influenciado por el azúcar. Cuanto más consumen peor se concentran, más nerviosos están y más les cuesta permanecer sentados durante mucho tiempo. Se aconseja que los niños en edad escolar eviten el azúcar.
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El azúcar debilita el sistema inmunológico
Un abuso de azúcar puede inhibir el sistema inmunológico y debilitar las defensas contra enfermedades infecciosas. Poco después de su consumo, el sistema inmunológico se debilita en un 40%. El azúcar roba la vitamina C que necesitan los glóbulos blancos para combatir los virus y las bacterias. Además crea una tendencia a las inflamaciones, que, a su vez, pueden desencadenar muchas enfermedades.
Imagen: picture-alliance/dpa
El azúcar favorece la aparición de Alzheimer
Muchos estudios han demostrado que un consumo excesivo de azúcar aumenta el riesgo de padecer Alzheimer. En un informe de 2013 se probó que la resistencia a la insulina y los valores altos de azúcar en la sangre (dos síntomas claros de diabetes) también están relacionados con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
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El azúcar aumenta el riesgo de padecer cáncer
Las células cancerígenas se alimentan de azúcar. Un equipo de científicos de la Harvard Medical School investiga el papel del azúcar en la aparición de células cancerígenas. Ellos defienden que, en muchos casos, el cáncer sólo puede aparecer con un elevado consumo de azúcar. Aunque todavía no está demostrado, se recomienda, también a las personas delgadas, consumir el mínimo de azúcar posible.
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El azúcar te vuelve tonto
Un elevado consumo de azúcar puede dañar la memoria. Un estudio de la Clínica Charité de Berlín probó que las personas con el azúcar muy alto tienen un hipocampo más pequeño. Esta región del cerebro es muy importante para la memoria a largo plazo. Los sujetos de este estudio demostraron en las pruebas una peor memoria que aquellos con al azúcar bajo.
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