Enorme fortuna: así inventó Jakob Fugger el comercio global
15 de diciembre de 2025
Su nombre todavía es leyenda: Jakob Fugger, apodado "el rico". Este comerciante y banquero de la ciudad de Augsburgo, sur de Alemania, creó las bases de la economía moderna. "Se puede decir que Fugger fue la primera persona que se dedicó al comercio a escala global", explica a DW Greg Steinmetz, excorresponsal en Alemania del Wall Street Journal , que inmortalizó a Fugger en su biografía de 2015, The Richest Man Who Ever Lived.
Antes de que Carlos V -que era al mismo tiempo emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y rey de España- pusiera América del Sur bajo su control, no había mucho comercio con otras partes del mundo.
"Desde Europa , había comercio con India, con la actual Indonesia y con China. Pero no fue posible viajar hacia el oeste hasta los viajes de Colón. Así que, si hablamos de comercio internacional, sí, había mucho. Pero ¿había comercio global? No, porque solo la mitad del mundo había sido descubierta por los europeos. Y Fugger estuvo al inicio de este fenómeno”, según su biógrafo.
Educación en Italia
Jakob Fugger nació en el seno de una familia adinerada de Augsburgo, cuyos cimientos había sentado su abuelo, Hans Fugger, maestro tejedor. En Venecia, recibió una educación comercial que forjó su afinidad por el Renacimiento y lo introdujo en una innovación que aceleró su ascenso: la contabilidad por partida doble.
En aquel entonces, no había escuelas de negocios. Las familias enviaban a sus hijos a aprender profesiones y los alemanes comerciaban mucho en Venecia. Fugger se llevó todos estos secretos venecianos y fue el primero en aplicar los modernos métodos en Alemania, explica Greg Steinmetz.
De ese modo, Fugger siempre sabía cuánto dinero tenía, al contrario de muchos competidores que operaban sin registros precisos. Además, Fugger comprendía el valor de la información.
"Tenía agentes en todas las grandes ciudades europeas e incluso en los pequeños pueblos de Alemania, que le proporcionaban información, por correo, a caballo, y de otras maneras. Las informaciones son todo hoy en día, y también lo eran entonces”, dice Steinmetz. "Quienes conocían los acontecimientos con antelación y los utilizaban para sus negocios tenían ventaja. Y Fugger lo comprendía".
Fugger financiaba a los emperadores
Tras la muerte de sus hermanos, en 1510 Fugger asumió el control del negocio familiar y siguió con la política de otorgar préstamos a la Casa de Habsburgo bajo el reinado de los emperadores Maximiliano I y Carlos V. Como garantía, recibía derechos mineros y participaciones en minas de plata y cobre, sobre todo en el Tirol y lo que entonces era Hungría. Si bien no era propietario de las minas, poseía derechos de prospección, acciones y derechos de preferencia sobre los minerales, lo cual resultó ser un negocio extremadamente lucrativo.
En aquella época, Europa tenía pocos bienes que Asia pudiera demandar. "Pero sí tenía metales como plata, oro y cobre. Y ahí es donde entró en escena Jakob Fugger”, explica Greg Steinmetz.
Según Martin Kluger, director de la editorial Context Verlag de Augsburgo, en India -que en aquel entonces era muy superior tecnológica y económicamente a Europa - justamente escaseaba el cobre, lo cual benefició a la minera de los Fugger. "Otra coincidencia fue que Vasco da Gama descubrió la ruta marítima a la India en 1498, poco después de que los Fugger se adentraran en la minería del cobre en Neusohl, hoy Banská Bystrica (Eslovaquia), en 1495. Así, en una época en que el cobre tenía una demanda sin precedentes, los Fugger contaban con reservas que repentinamente habían adquirido un valor mucho mayor", explica el experto a DW.
En Europa también aumentaba la demanda de cobre para construir barcos, cañones, utensilios de cocina y los techos de los palacios y templos. Kluger refiere que los Fugger fueron casi "obligados" a a entrar en el negocio minero: los Habsburgo y el rey de Hungría apenas podían saldar sus deudas de otra manera, así que les concedieron derechos mineros. "El hecho de que la alta nobleza no fuera especialmente hábil en los negocios benefició a los Fugger", afirma Kluger.
Para Steinmetz, la razón por la que Fugger no fue marginado por sus poderosos prestatarios se debió a "su gran talento: sabía que debía hacerse indispensable para sobrevivir". Emperadores y príncipes recurrían a él". El emperador Maximiliano tenía que para pagar a los mercenarios que defendían sus aldeas. "Y el único que podía proporcionar dinero rápidamente a Maximiliano cuando lo necesitaba era Fugger".
El legado de Fugger
Como banquero, Fugger revolucionó la industria crediticia al persuadir al Papa para que relajara la prohibición del cobro de intereses impuesta por la Iglesia. Y con eso enfadó a Martín Lutero.
La razón era simple: "Si se leen las fuentes, incluidas las del Vaticano, no es ningún secreto que el Papa también estaba deseoso de obtener la mayor rentabilidad posible. Con o sin prohibición de la usura”, dijo el historiador económico Lars Börner en la radio Deutschlandfunk.
A cambio, Fugger recibió una parte de los ingresos del clero, incluida la controvertida venta de indulgencias, que financió la Basílica de San Pedro en Roma e impulsó a Martín Lutero a tomar medidas. Pero lo que nadie olvida es su proyecto de viviendas sociales en Augsburgo, conocido como "Fuggerei". "Sin él, nadie hablaría hoy de Jakob Fugger, porque es el primer proyecto de vivienda social conocido más antiguo del mundo", subraya.
La "Fuggerei" existe hasta el día de hoy. Los inquilinos pagan el mismo alquiler nominal que hace 500 años, y los apartamentos se consideran un modelo de vivienda social. Personas de todo el mundo visitan el complejo, posiblemente el símbolo más visible del legado de Fugger.
Los historiadores estiman la fortuna de Fugger oscilaba entre 300.000 y 400.000 millones de dólares. Según el cálculo, esto representaba entre el dos y el diez por ciento de la producción económica europea de la época, y por lo tanto, superaba la fortuna de los superricos actuales, como Elon Musk o Jeff Bezos, en relación con la producción económica estadounidense.
Además, esas riquezas actuales fluctúan drásticamente en función del precio de las acciones de sus empresas en los mercados bursátiles. El historiador empresarial Boris Gehlen dice a DW que, probablemente, los multimillonarios de hoy tendrán menos relevancia histórica a largo plazo: "Su legado no será tan grande como el de Fugger".
(cp/ms)