El alto el fuego comenzó este viernes 10 de julio a las 23.59 hora local (20.59 GMT) y está previsto que se prolongue hasta el fin del mes sagrado de ramadán, el próximo día 17 de julio.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, confirmó la víspera el compromiso de las partes y aseguró que "es imperativo y urgente que la ayuda humanitaria pueda llegar a la gente más vulnerable en el Yemen sin obstáculos y a través de una tregua humanitaria incondicional".

Sin embargo, el líder de los hutíes, Abdelmalek al Huti, puso en duda que Arabia Saudí y su coalición, que respalda a Hadi, vaya a respetar la tregua humanitaria y amenazó con "consecuencias".

Por su parte, el general saudí Ahmed al Asiri, portavoz de la citada alianza, afirmó que solo cumplirán con el cese de las hostilidades si lo hacen los insurgentes. Sobre el terreno, ambos bandos intensificaron en esta jornada, antes de la entrada en vigor de la tregua, los combates en un intento por lograr avances. Prosiguieron con combates contrarreloj en las ciudades de Taiz y Aden y en la provincia de Shebua, donde murieron decenas de combatientes.

Por su parte, la aviación de la coalición árabe bombardeó en Saná varias posiciones de las milicias del expresidente Alí Abdalá Saleh, la casa del exmandatario y sus familiares y una antigua fábrica. Desde que empezaron los bombardeos saudíes a finales de marzo, más de 3.000 personas han muerto en el conflicto del Yemen y un millón han tenido que abandonar sus hogares.

Ante esta situación, la Unión Europea (UE) pidió hoy a todas las partes el cumplimiento de la "tregua humanitaria incondicional" para permitir la entrada a las organizaciones humanitarias "sin restricciones". La UE ya advirtió esta semana de que Yemen se enfrenta a una catástrofe humanitaria y que el 80 por ciento de la población necesita recibir ayuda urgentemente. La tregua alcanzada durante cincos días en mayo pasado fue violada por ambos bandos y no permitió la distribución de ayuda humanitaria suficiente.

RML (efe, afp)