Tiene poco tiempo, y en este momento menos que nunca: tiene que viajar a Los Angeles para la mezcla de sonido de su última película. Pero el estudio estadounidense tendrá que esperar un poco más pues aún no termina de editar las secuencias lo que es mucho más importante. También está aún pendiente la elaboración de un concepto para la nueva carrera de ciencia de las imágenes que ofrece la Academia de Bellas Artes de Hamburgo. Y la presión que hacen los encargados de Hamburgo es por lo menos igual de grande que la que hacen desde Los Angeles.

Su casa es Berlín

Pero Wim Wenders se encuentra en Berlín. En el centro de Berlín para ser más precisos. Es en esta ciudad en donde Wenders vive la mitad del año, la otra la pasa en Los Angeles. Wenders, nacido en Düsseldorf, está enamorado de la capital alemana. 'Si hay un lugar en el que me siento en casa, es en Berlín'. Y sin embargo su profesión lo mantiene por el momento más en la ciudad de Hamburgo. Ya hace tiempo que se volvió copropietario de la empresa productora 'Reverse Angle' y además a partir del próximo semestre impartirá cátedra en la Academia. ¿Cómo es que se volvió profesor? Suena su teléfono móvil; 'Justamente así', ríe Wenders y contesta. Su esposa desde Tokio. Es pintora y tiene en la capital nipona su primera exposición individual.

Una revolución digital

La conquista de la tecnología digital que ha desplazado a la tecnología análoga, es para Wenders una revolución tan importante como el surgimiento de las películas con sonido, una 'gran oportunidad' para el cine, y una oportunidad 'fantástica' para los futuros cineastas. Finalmente se puede producir independientemente de las presiones financieras. Se le debe agradecer a la técnica digital el que haya de nuevo películas de autores y documentales en el cine, o películas musicales.

Homenaje a los grandes de la música

Justamente de este género tratan sus últimas tres películas. Al monumento fílmico dedicado a los viejos hombres del Buena Vista Social Club, le siguió uno sobre la banda colonesa BAP, sin embargo a diferencia del primero, este resultó un fiasco. Apenas unas 30.000 personas vieron la película. No, ésto no lo hirió, dice Wenders. Y su última película es la que está produciendo justamente con el equipo de Los Angeles. También esta trata de un grupo de hombres viejos. 'Devil Got My Woman' es un homenaje a las dos grandes leyendas del Blues, Skip James y J.B. Lenoir.

Don´t come knocking

Aún no sabe justamente cuando la terminará pero ya cuenta con el próximo gran proyecto. No está relacionado con música. Wenders escribió junto con Sam Shepard el guión y en primavera del 2003 comenzará el rodaje de 'Don´t come knocking', en el este de Estados Unidos, en Arizona, Nevada y Montana. Los escenarios preferidos de Wenders.

Al director le emociona este viaje. Hace tiempo que instaló en Estados Unidos una parabólica para poder ver el fútbol alemán, lo único que le interesa de la TV. Está contento de viajar a Estados Unidos aún cuando la victoria electoral de Bush le parezca una 'tragedia'. De nuevo se vivirá un 'imperialismo estrecho'. Teme que se vuelva a registrar una era á la McCarthy, pero ya no abandonará Estados Unidos como lo hizo tras la victoria de Reagan.

Intereses políticos

Wim Wanders no es un artista empedernido. Le interesa la política y le gusta decir su opinión. Desearía palabras claras por parte de Europa en cuanto al tema israelí, desea mayor claridad en los temas de política externa. Y además mayor transparencia en la política interna. Entre otros temas le molesta mucho como se ha desarrollado arquitectónicamente su querida Berlín. Aún peor le parece que hayan clausurado la Puerta de Brandemburgo al tráfico y la hayan convertido en una pura atracción turística.

Wim Wenders tiene poco tiempo, aún así le gusta hablar, sobre la situación del equipo de fútbol Fortuna Düsseldorf, sobre la última película que vio, sobre los consejos que le dio Dennis Hopper para dar entrevistas. Hay que decirlo, es simplemente un buen narrador, no sólo en sus películas.