Turquía libra en Siria una guerra contra los kurdos. Periodistas que critican el ataque contra Afrín son detenidos. Y la OTAN y Rusia siguen la política del avestruz, critica Baha Güngör.
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Hace casi 25 años, perdió la vida en un atentado en Ankara Ugur Mumcu, el más destacado periodista de investigación de la historia de la prensa turca. Terroristas islámicos habían puesto explosivos bajo su automóvil. En sus columnas y libros, Mumcu luchaba contra el fanatismo religioso y la corrupción, y a favor de la libertad de prensa en su país. Suya es la frase: "la libertad de prensa no es una dádiva del Estado".
Mumcu es uno de los muchos periodistas que han sido asesinados en Turquía por haber defendido la verdad. Reporteros, comentaristas y blogueros turcos o kurdos, testarudos defensores del derecho de la opinión pública a la información sobre los acontecimientos y su trasfondo, comparten la suerte de sus colegas de muchos países donde imperan dictaduras. Arriesgan su vida y también su libertad al investigar, informar y comentar. Por eso, no es sorpresa que la fiscalía de Diyarbakir, en el sudeste de Anatolia, haya dado a conocer la detención de más de 30 periodistas que habían difundido sus reportes críticos en las redes sociales. En Estambul, en tanto, se llevan a cabo investigaciones contra otros 70 periodistas y blogueros por sus publicaciones contra el proceder de los militares turcos en Siria.
"Intereses nacionales" en vez de libertad de prensa
El primer ministro Binali Yildirim dio la prueba de que el presidente Recep Tayyip Erdogan y su Gobierno sí conciben la libertad de prensa como una dádiva del Estado. Convocó a representantes mediáticos cercanos al Gobierno y -como sorpresa- también a algunos periodistas opositores cuidadosamente seleccionados, para explicarles las "expectativas" de la cúpula gubernamental. El único objetivo del encuentro fue, como siempre, recordarles a los medios de comunicación su "responsabilidad" y ponerlos a tono con los "intereses nacionales". Erdogan sigue obstinado en no reconocer que los periodistas no son responsables de la seguridad del Estado, sino que este es responsable de resguardar la libertad de prensa.
Bajo estas condiciones, solo se puede especular por qué Erdogan se subió a la cuerda floja en Siria, sin red de seguridad. La "Operación rama de olivo" puede convertirse en un bumerang contra Turquía, si cree poder velar en solitario por que haya orden y calma en sus fronteras. Pero sigue siendo un enigma por qué Estados Unidos y Alemania, que hasta ahora respaldaban a los kurdos de Siria, esconden la cabeza en la arena. También Rusia se oculta tras palabras huecas, en lugar de explicar por qué deja caer a la milicia kurdo-siria YPG. No era ningún secreto que las YGP son un brazo del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado terrorista por Turquía y Estados Unidos. Pero el éxito (¿transitorio?) obtenido en la lucha contra el Estado Islámico no habría sido posible sin las YPG.
El nebuloso socio de Turquía
El "Ejército Libre de Siria" es el aliado de Turquía en la lucha contra el dictador Bashar al Assad. Pero nadie sabe con certeza qué fuerzas radicales o incluso terroristas se ocultan en este nebuloso grupo. ¿Qué pasará cuando los kurdos hayan sido expulsados de Afrín y el Ejército Libre de Siria haya tomado el control en esa ciudad y región hasta ahora relativamente en calma? Lo único seguro hasta ahora es que decenas de miles de personas huidas, por ejemplo, de Alepo, habían encontrado resguardo en Afrín. Pero ahora amenaza con producirse una masiva huida de Siria rumbo a Turquía. Y eso no dejará de tener consecuencias, también para Europa.
Ante este trasfondo, sería procedente que Berlín dirigiera palabras claras a Ankara. Y también porque tanto el ejército turco como las YPG, en su calidad de "aliados de Occidente", han recibido armas y entrenamiento. Y ambas partes cuentan con armamento alemán.
Baha Güngör (ERS/VT)
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Al Raqa: la lucha por su liberación y la victoria de las fuerzas kurdas
Milicias kurdas y árabes, apoyadas por la coalición contra el EI, lucharon ferozmente por recuperar la ciudad de Al Raqa. Esta ha sido una de las batallas más sangrientas de la guerra en Siria.
Imagen: Getty Images/AFP/B. Kilic
Victoria de Fuerzas de Siria Democrática (FSD) sobre el Estado Islámico
La agrupación antiyihadista FSD anunció este 17 de octubre la toma del control total de la ciudad, pero todavía no la ha declarado libre de yihadistas, ante la posibilidad de que queden células durmientes en la urbe. Las FSD habían iniciado el 6 de junio pasado una ofensiva por la recuperación de Al Raqa, "capital del califato" proclamado por el EI en 2014.
Imagen: Reuters/E. de Castro
El precio de la liberación: muertos por miles y destrucción total
Unas 3.273 personas han muerto, 1.287 civiles, durante los más de cuatro meses que ha durado la ofensiva contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) en la ciudad siria de Al Raqa (noreste), según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Imagen: Reuters/E. de Castro
Los kurdos han defendido ferozmente su territorio
El terrorista Estado Islámico, por su parte, ha sufrido 1.353 bajas en combates contra las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada encabezada por milicias kurdas y respaldada por la coalición. Las FSD han perdido a 633 de sus combatientes durante los enfrentamientos contra los yihadistas y los atentados con artefactos.
Imagen: Reuters/E. de Castro
Ataques aéreos
Estados Unidos apoyó a los rebeldes, lanzando ataques contra posiciones del Estado Islámico. La liberación de Al Raqa avanzó con mucho esfuerzo. Parte de la ciudad está destruida y esto no permitió avances rápidos.
Imagen: Reuters/Z. Bensemra
Milicianas contra el Estado Islámico
Dos milicianas de las unidades de defensa femenina kurdas (en la foto) tienen a terroristas del Estado Islámico en la mira. No llevan pañuelo islámico ni ninguna otra prenda impuesta por los fundamentalistas a las mujeres durante su dominio en Al Raqa.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Umnaber
Guerreros de dios
En las cercanías de Al Raqa, una de las oficinas del Estado Islámico. Sus milicianos trataron de imponer brutalmente en la ciudad su concepción extremista del islam.
Imagen: Getty Images/D.Souleiman
"No hay más dios que Alá"
En las afueras de la ciudad, los terroristas del Estado Islámico marcaron su territorio con sus emblemas y leyendas. A principios de junio, la milicia terrorista se vio obligada a abandonar sus primeras posiciones, dejando atrás su propaganda.
Imagen: Getty Images/D.Souleiman
Huida de los radicales
Muchos habitantes consiguieron huir de Al Raqa y encontraron protección en campos de refugiados. Pero hubo parte de la población que no pudo o no quiso huir, y quedó atrapada entre los milicianos del Estado Islámico y quienes los combaten.
Imagen: DW/A. Alojayli
Lucha casa por casa
La lucha contra los terroristas del Estado Islámico se libró, en el centro de la ciudad, a veces casa por casa. En la foto, un combatiente se abre paso por medio de un agujero excavado de una habitación a otra en una vivienda.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Umnaber
Los restos de Al Raqa
Gran parte de la ciudad está destruida. Los ataques aéreos de los estadounidnses y la ira destructora de los milicianos del Estado Islámico la han dejado devastada. Cuando tenían ocasión de retirarse a tiempo, los terroristas arrasaban todo lo posible, destruyendo patrimonio histórico.
Imagen: Reuters/Z. Bensemra
Combate en las calles
Se pelea por cada casa y por cada barrio. En la imagen, combatientes kurdos avanzan varios metros para hacerse con el control de una calle. La posición y los gestos de estos hombres permiten hacerse una idea de lo arriesgado de esta empresa.
Imagen: Reuters/G. Tomasevic
El precio de la libertad
La lucha tiene un precio. En la imagen, un combatiente de las Fuerzas Democráticas de Siria, baleado por un terrorista del Estado Islámico.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Umnaber
Bajo las ruinas
Las bombas causan daños aún peores que los rifles. Los ataques aéreos derribaron casas enteras. Bajo los escombros puede haber supervivientes civiles y milicianos del Estado Islámico. Eso hace la búsqueda doblemente peligrosa.