El presidente turco ataca verbalmente en una forma que se creía superada. Pero eso no es lo peor, dice Kersten Knipp: Erdogan mantiene a sus compatriotas atrapados en los mitos de la historia.
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"¿Quién crees que eres para dirigirte al Presidente de Turquía? ¡Habla con mi Ministro de Relaciones Exteriores!", dijo por estos días Erdogan, refiriéndose al ministro alemán de Relaciones Exteriores, Sigmar Gabriel.
En ese tono solo hablaban en Alemania los maestros de griego y latín en los años sesenta o setenta, últimos representantes del autoritarismo. Ese era el tipo de maestro que buscaba impresionar a sus alumnos con un comportamiento particularmente , con el objetivo de subyugarlos.
Personajes anquilosados en el pasado, incapaces de notar su propia actitud anacrónica, y menos de entender el nuevo mundo. Un drama de una generación que podría dar lástima, pero que ahora la conducta de Erdogan hace recordar.
El gran manipulador
Pero Recep Tayyip Erdogan no merece ninguna compasión. Por el contrario, su ruda actitud autoritaria, sea frente a la canciller alemana o al Ministro de Relaciones Exteriores, no es más que un intento de manipulación histórica. Erdogan busca presentarse como un hombre fuerte, protector, el "padre" de los turcos. Una imitación de Mustafa Kemal "Atatürk", el "padre de los turcos", solo que este tenía mejores modales.
Su intención de acercarse a Ataturk también demuestra cuán enredado está Erdogan en la historia. Después de todo, Ataturk es el modelo de Erdogan, y su rival imaginario muerto ya hace casi 80 años.
Por otra parte, Erdogan busca aislarse del secular Ataturk invocando la herencia otomana e islamista de su país. Pero ese recurso a la ideología se ha perdido en la arbitrariedad estética y la irrelevancia política socavando todas las diferencias.
Ambos estadistas tienen en común la explotación del miedo neurótico como estrategia para gobernar. Un miedo surgido en las últimas décadas del Imperio Otomano, visto en Occidente como "el enfermo del Bósforo”. En vista de la rápida pérdida de poder, muchos turcos empezaron a creer que estaban rodeados de enemigos. Las equivocadas decisiones de dicho Imperio ocasionaron pérdidas territoriales que aumentaron la impresión de que nadie quería a los turcos: así nació el nacionalismo turco.
En la cámara mítica de la historia
La élite política turca ha utilizado cínicamente este sentimiento desde entonces. Atatürk, el fundador de la Turquía moderna, también adoptó tonos nacionalistas, como Erdogan. Ambos comparten la voluntad de mantener a sus compatriotas bajo el hechizo del pasado, atrapados en el cuarto oscuro de los mitos nacionalistas.
La auto-sublimación para compensar la pérdida real de poder: este mecanismo, tal vez excusable en los primeros años de la república, persiste hoy, cien años después. Una auto-sublimación que produce el venenoso chovinismo sobre el que Erdogan cabalga, con la esperanza de ganar las elecciones presidenciales turcas en 2019.
Ningún precio parece demasiado alto para él. Ni siquiera vacila en mantener a una parte de sus compatriotas en los mitos del pasado. Por su éxito político personal, está dispuesto a impedir su llegada al presente.
En Alemania, la retórica de Erdogan puede parecer ridícula y desesperadamente obsoleta. En Turquía, sin embargo, bloquea el desarrollo cultural y político. Aquí es cuando las actitudes reaccionarias de Erdogan no son ni siquiera graciosas.
La noche del golpe en Turquía y sus consecuencias
Hace un año, golpistas intentaron derrocar al presidente Erdogan en Turquía. El intento falló. Ahora, Erdogan es más poderoso que nunca. Impresiones de la noche del golpe y del tiempo posterior.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Suna
El principio del golpe
Estas son las primeras imágenes de la tarde del 15 de julio del año 2016 en Turquía. Vehículos blindados de combate bloquean el Puente del Bósforo en Estambul. Poco a poco queda claro que partes de las fuerzas armadas pusieron en marcha un golpe de Estado. Hay disparos y hay heridos. Se escuchan aviones de combate y helicópteros en el aires.
Imagen: picture-alliance/abaca/F. Uludaglar
Tanques en el aeropuerto
Un panorama similar se ve también en el aeropuerto Atatürk, en Estambul: Tanques ocupan los puntos estratégicos. Los golpistas ocuparon la torre de control y cerraron el tráfico aéreo. Hasta ahora, los golpistas encuentran solo una débil resistencia.
Imagen: Reuters/Ihlas
Parlamento bajo fuego
El Parlamento en Ankara también es un objetivo de los golpistas. Exactamente a las 2:32 de la noche, la Gran Asamblea Nacional de Turquía es bombardeada desde el aire. Los golpistas se apoderaron de varios aviones de combate tipi F-16.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Altan
Las víctimas
Según cifras oficiales, 249 personas murieron y 2000 resultaron heridas en diversos enfrentamientos. Hoy son considerados mártires.
Imagen: Getty Images/B.Kilic
La resistencia
Ya en la misma noche hay indicaciones de que el golpe de Estado no será exitoso. En la plaza Taksim, de Estambul, soldados son detenidos por agentes de Policía y otro personal militar.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Suna
Aparece Edogan
De manera inusual, Erdogan consigue hablar al pueblo turco. Desde el móvil de una presentadora de televisión, que ella muestra hacia la cámara, Erdogan se dirige a los ciudadanos: Pido al pueblo de reunirse en las plazas y en el aeropuerto". Con ello terminan los rumores sobre un destitución del presidente turco.
Imagen: Screenshot/CNN Turk/Reuters
El pueblo en la calle
Muchos turcos siguen el llamamiento de su presidente. Llenan las calles y se enfrentan a los golpistas. Esto significa el fin del golpe de Estado. En Ankara, la gente se sube a los tanques y gira la bandera de Turquía.
Imagen: picture-alliance/abaca/O. Gurdogan
Actos de venganza
En la mañana ya sólo hay unos pocos tiroteos. Ahora se toman las medidas contra los que participaron en este golpe militar.
Imagen: Reuters
Buscando a los golpistas
Las fuerzas de seguridad van de caza por los seguidores de los golpistas. Habrá muchas detenciones.
Imagen: picture-alliance/AA
El presunto cerebro
Se dice que él es el cerebro detrás del intento fallido de derrocar a Erdogan: el predicador Fethullah Gülen. Él mismo lo niega. Desde hace años vive en EE. UU. y no será extraditado a Turquía.
Imagen: Reuters/C. Mostoller
Celebrando la victoria
24 horas después de la revuelta: Miles de personas celebran la victoria sobre los golpistas en el Puente del Bósforo. Su nombre se cambia más tarde a "Puente de los mártires del 15 de julio".
Imagen: picture-alliance/abaca/E. Öztürk
Estado de emergencia
Cinco días después del intento de golpe, Erdogan pronuncia el estado de emergencia que entra en vigor al día siguiente. Con ello el presidente adquiere mucho más poder. Incluso un año después, el estado de emergencia sigue en vigor.
Imagen: Reuters/K. Ozer
Detenciones
Inmediatamente después del intento de golpe, Edogan habla de una "bendición de Dios". El objetivo es "limpiar completamente nuestras fuerzas armadas". Pero no sólo se detiene a seguidores de Gülen sino también a periodistas, científicos y otros críticos de Erdogan. En total más de 100.000 empleados estatales son despedidos y más de 50.000 son detenidos.
Imagen: picture-alliance/AA/A. Mehmet
Erdogan amplía su poder
Antes del golpe, Edogan no pudo imponer su sistema presidencial preferido en Turquía. El levantamiento le dio la oportunidad de promover un sistema con mayores poderes en la presidencia. En abril del 2017 Erdogan logra su objetivo. Con estrecha mayoría, los turcos votan en un referéndum a favor el nuevo sistema gubernamental.
Imagen: Reuters/H. Aldemir
La oposición
La oposición turca se encuentra debilitada después del intento de golpe, sobre todo el partido kurdo HDP. Los dos presidentes y nueve de sus diputados son detenidos en noviembre de 2016. El mayor partido opositor CHP vuelve a organizar manifestaciones desde el verano boreal de 2017.