Ericsson alcanza millonario acuerdo con Justicia de EE. UU.
7 de diciembre de 2019
El comunicado de Justicia indica además que Ericsson admitió que entre el año 2000 y el 2016 pagó sobornos, falsificó sus libros y registros y falló en implementar controles contables razonables.
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El grupo de telecomunicaciones sueco Ericsson alcanzó un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos que le acusó de haber pagado sobornos en Yibuti, China, Vietnam, Indonesia y Kuwait para consolidar sus negocios.
Mediante ese acuerdo la compañía aceptó pagar más de mil millones de dólares en sanciones para poner fin a la investigación por haber violado la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA).
"Hoy, el gigante sueco de telecomunicaciones Ericsson admitió una campaña de corrupción de varios años en cinco países para solidificar su control de negocios de telecomunicaciones", dijo el fiscal de Manhattan, Geoffrey Berman, en un comunicado.
Jurisdicción en casos de corrupción
La ley estadounidense otorga jurisdicción a su poder judicial en casos de corrupción que involucran a empresas que operan en sus mercados o si el delito implica operaciones en su sistema financiero.
Los fiscales dijeron que entre 2000 y 2016 Ericsson pagó sobornos, falsificó sus libros y registros contables y se aseguró que ejecutivos de la compañía ignoraran actos de corrupción, según un comunicado del departamento de Justicia.
Como parte del acuerdo, Ericsson pagará una sanción de 458.380.000 dólares a la Comisión del Mercado de Valores (SEC por siglas en inglés) en relación con las denuncias de violaciones de las disposiciones de soborno y contabilidad de la FCPA, presentadas por la SEC, más intereses por 81.540.000 dólares
Una subsidiaria egipcia de Ericsson se declaró también culpable este viernes ante la corte federal para el distrito sur de Nueva York de un cargo de conspirar para violar las disposiciones antisoborno de la FCPA, de acuerdo con un comunicado del Departamento de Justicia.
FEW (EFE, AFP)
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"Futurium" en Berlín: visiones del mañana
¿Cómo queremos vivir en el futuro? A partir de este jueves (5.9), el museo Futurium de Berlín se ofrece a dar algunas respuestas, en una muestra sobre el posible futuro del hombre, la naturaleza y la tecnología.
Imagen: Getty Images/S. Gallup
Enfoque en las utopías
El Futurium se concibió inicialmente como una especie de sala de exposición para la industria y la investigación alemanas. Pero el concepto ha cambiado. Ahora el foco está puesto en las utopías y visiones del futuro.
Imagen: Getty Images/S. Gallup
Preludio con astronauta
"La fantasía es a veces más importante que el conocimiento", dijo el director del museo, Stefan Brandt (izquierda), en la inauguración del Futurium en Berlín. Dio la bienvenida a la ministra alemana de Investigación, Anja Karliczek (centro), y al astronauta Alexander Gerst (derecha) al inaugurar la exposición.
Imagen: AFP/J. MacDougall
El futuro al alcance de la mano
El Futurium ofrece a los visitantes una visión de las tecnologías más visionarias, como la inteligencia artificial, los alimentos de laboratorio o los nuevos materiales de construcción para la arquitectura.
Imagen: AFP/O. Andersen
Espacio para el debate
El Futurium quiere ser tres en uno: un museo, un laboratorio y un foro de diálogo conjunto. Así que también habrá un debate sobre cómo queremos vivir en el futuro.
Imagen: Getty Images/S. Gallup
La industria a bordo
Los financiadores del Futurium son el Ministerio de Investigación, varias fundaciones y institutos de investigación, así como empresas, incluidas las grandes corporaciones BASF, Bayer y Siemens.
Imagen: AFP/O. Andersen
Mirando al sol
¿Un campo solar? No: el techo del Futurium. Aquí numerosas celdas solares brillan almacenando la luz del sol. Una tecnología que probablemente se utilizará cada vez más en el futuro.
Imagen: Getty Images/S. Gallup
Tres pisos de hormigón armado
A los críticos, sin embargo, no les convence el edificio: el acero, el hormigón y el vidrio apuntan hacia el siglo pasado, dicen. El nuevo museo se encuentra en el centro de Berlín, no lejos del río Spree, entre el Reichstag y la estación central de ferrocarril de la capital alemana.