Los jugadores negros son "segunda opción" en Alemania
Kres Harrington
14 de octubre de 2020
Erwin Kostedde fue el primer futbolista negro en la selección nacional alemana. Casi medio siglo después, el jugador dice a DW que el racismo sigue presente en la sociedad alemana.
Erwin Costedde, en 1975.Imagen: imago/Sven Simon
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En 2006, Gerald Asamoa hizo historia al convertirse en el primer alemán nacido en África que jugó con la selección en un Mundial de fútbol. Hoy, el equipo nacional germano resulta inconcebible sin jugadores como Serge Gnabry, Antonio Rüdiger, Thilo Kehrer o Leroy Sané.
Ese camino lo allanó el 22 de diciembre de 1974 un jugador llamado Erwin Kostedde, el primer jugador negro que integró la selección nacional. "Nunca pensé que eso ocurriría”, dice a DW Kostedde, quien se muestra sorprendido de la cantidad de futbolistas negros que juegan en la selección alemana.
Kostedde nació en 1946 en Münster. Hijo de un soldado estadounidense y madre alemana, jugó para numerosos clubes. También jugó en un equipo belga y uno francés, y durante su carrera anotó 98 goles en la Bundesliga.
"Estaba solo”
No consiguió, sin embargo, marcar un gol para la selección alemana, lo que no sorprende mucho, teniendo en cuenta que solo compitió tres veces con su camiseta. No obstante, hay otros motivos por los que su paso por el equipo nacional germano no le trae buenos recuerdos. "Un futbolista negro jugando por Alemania causaba sensación en la prensa, todas las miradas estaban puestas en mí”, recuerda. "Pero yo estaba solo, realmente solo”, dice.
Kostedde describe cómo fue presionado para pintar una imagen positiva de Alemania Occidental. "El entrenador nacional, Helmut Schön, me dijo que en las entrevistas debía asegurar que no había racismo en Alemania. Pero eso no era verdad. Se lo dije y se enfadó conmigo”.
La presión también se hacía sentir en la cancha. "Tenía que ser mejor que mis compañeros blancos. Cuando cometía un error, era dos o tres veces peor” que si los cometía otro miembro del equipo. "No pude mostrar mis habilidades, no pude jugar mi juego, porque siempre pensaba en eso”.
Tampoco en los camarines se sentía bien. "Me di cuenta rápidamente de que algunos no me aceptaban. Algunos ni siquiera hablaban conmigo. En el equipo había definitivamente un comportamiento racista por parte de algunos jugadores.”. Y eso se veía tambiém en la cancha. "Recibía muy pocos pases para ser un mediocampista. También yo percibía eso, y lo tenía presente, y de esa forma no da tanto gusto jugar”.
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La insistencia de Beckenbauer
Una honrosa excepción, dice Kostedde, era el legendario Franz Beckenbauer. Kostedde le debe el haber jugado su segundo partido internacional con la camiseta alemana, un amistoso contra Inglaterra, en marzo de 1975. "Helmut Schön no quería que jugara, pero Beckenbauer insistió, y así jugué en Wembley. Fue gracias a Beckenbauer”, recuerda.
Kostedde fue víctima de ofensas racistas múltiples durante su carrera. Posiblemente, este tipo de actitudes ya no sean tan comunes, pero todavía ocurren. Por ejemplo, en 2019, Jordan Torunarigha, del Herta, fue atacado durante un partido desde las tribunas con cánticos racistas y abandonó la cancha con lágrimas en los ojos.
Kostedde aún no se siete en casa.Imagen: Hartenfelser/Imago Images
También jugadores como Jerome Boateng o Leroy Sané han sentido el racismo durante sus carreras. Según Kostedde, pese a su talento y sus méritos,no son vistos como iguales a sus colegas. "Es fantástico ver jugar a tantos jugadores negros, pero en Alemania siempre serán segunda opción. Y si una vez cometen un error, veremos lo que pasa".
Kostedde, de 74 años de edad, disfruta su jubilación. Pero dice sentirse todavía como un extranjero en su propio país. En 1990 se lo acusó erróneamente de un asalto a mano armada y pasó seis meses en prisión preventiva, después de que un testigo creyera reconocerlo.
Tras su liberación, recibió una indemnización de 3.000 marcos. Pero el daño que sufrió no se puede compensar y su confianza en su patria quedó magullada. "El 80 por ciento de los alemanes son buenas personas, pero el resto no nos desea nada bueno a la gente como yo”, dice, y agrega con cierta amargura: "Cuando llego a un lugar, con frecuencia no me siento bienvenido. Es como fue siempre”.
(er/cp)
Protestas contra racismo en cinco continentes
La muerte de George Floyd de Minneapolis conmueve a todo el mundo. A pesar de la pandemia, cientos de miles de personas han decidido tomarse las calles y manifestar contra el racismo sistémico.
Imagen: picture-alliance/Photoshot/A. Morissard
París: Protesta en el Campo de Marte
Unos días atrás la policía francesa había dispersado a los manifestantes con gas lacrimógeno, y las manifestaciones en la Torre Eiffel y frente a la embajada de EE. UU. anunciadas para el sábado también habían sido prohibidas. Sin embargo, decenas de miles salieron a las calles para protestar contra el racismo, incluso más allá de París.
Imagen: picture-alliance/Photoshot/A. Morissard
Lieja: manifestación a pesar de la prohibición
Bélgica, como la mayoría de los países europeos, participó en la explotación de colonias en otros continentes: la actual República Democrática del Congo fue una vez propiedad privada del Rey Leopoldo II, en cuyo nombre se estableció allí un régimen racista de injusticia. En Bruselas, Amberes y Lieja hubo manifestaciones contra el racismo, a pesar de las prohibiciones por la pandemia.
Imagen: picture-alliance/abaca/B. Arnaud
Múnich: marcando el paso
Una de las mayores manifestaciones de Alemania tuvo lugar en Munich, donde se reunieron 30.000 personas. Otras grandes manifestaciones tuvieron lugar en Colonia, Fráncfort y Hamburgo, entre otros lugares. En Berlín, la policía tuvo que bloquear temporalmente las vías de acceso al Alexanderplatz porque demasiada gente acudió a la marcha.
Imagen: picture-alliance/Zumapress/S. Babbar
Sofía: Más de diez opositores al racismo
Al igual que en muchos otros países europeos, Bulgaria prohíbe actualmente los mítines con más de diez participantes. Sin embargo, cientos se reunieron en la capital Sofía. Aparentemente gritaron las últimas palabras de George Floyd "No puedo respirar", pero también llamaron la atención sobre el racismo en la sociedad búlgara.
Imagen: picture-alliance/AA
Turín: protesta en tiempos de pandemia
Esta mujer de Turín grapó su preocupación política a la mascarilla: "Las vidas negras también cuentan en Italia". Las manifestaciones, incluidas las de Roma y Milán, probablemente sean las mayores reuniones desde que comenzaron las medidas contra el coronavirus. Italia es uno de los principales países receptores de migrantes africanos de la Unión Europea.
Imagen: picture-alliance/NurPhoto/M. Ujetto
Lisboa: ¡Actuad ya!
"¡Actuad ya!", es lo que dice en la pancarta de estos manifestantes en Lisboa. Aunque el evento no había sido autorizado, la policía permitió que los participantes siguieran adelante. En Portugal también hay casos de violencia policial contra negros. En enero de 2019, cuando cientos de personas se manifestaron espontáneamente tras un incidente de este tipo, la policía disparó con balas de goma.
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Ciudad de México: Floyd y López
En México, no es sólo la muerte de George Floyd lo que está perturbando al país, sino también el destino similar del albañil Giovanni López: fue arrestado en mayo en el estado occidental de Jalisco porque no llevaba una mascarilla, y aparentemente murió por violencia policial. Desde que apareció un video de la operación hace unos días, la ira de los manifestantes mexicanos ha ido creciendo.
Imagen: picture-alliance/Zumapress
Sídney: racismo contra los aborígenes
Las protestas en Sídney comenzaron con una ceremonia tradicional de humo. En este caso, la solidaridad de los al menos 20.000 participantes se dirigió expresamente no sólo a George Floyd, sino también a los australianos de la población aborigen, que también fueron víctimas de la violencia policial racista. Los manifestantes exigieron que ninguno de ellos muriera ya bajo custodia policial.
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Pretoria: Con el puño en alto
El puño levantado en el aire es un símbolo del movimiento #BlackLivesMatter. Pero el símbolo es mucho más antiguo: cuando el régimen del apartheid en Sudáfrica liberó al luchador por la libertad Nelson Mandela de la prisión en febrero de 1990, levantó el puño en su camino hacia la libertad, al igual que este manifestante en Pretoria ahora. En Sudáfrica, los blancos siguen siendo privilegiados.