Lo que ocurrió el pasado 16 de agosto en la ciudad de Dresde ha obligado a la canciller de Alemania, Angela Merkel, y a miembros de su Gabinete a tomar la palabra para defender categóricamente la libertad de prensa. "Lo que aconteció es alarmante y debe ser aclarado de inmediato”, escribió la socialdemócrata Katarina Barley, ministra de Justicia, en su cuenta de Twitter, la red social donde la detención de un equipo de periodistas de la televisora pública ZDF por parte de la Policía sajona llamó primero la atención de la opinión pública.

Gendarmes de esa institución fueron criticados severamente por interferir con las labores de los comunicadores a petición de un hombre que participaba en una marcha del movimiento Europeos Patriotas contra la Islamización de Occidente, cuyas siglas en alemán son PEGIDA. Al percatarse de que las cámaras de ZDF lo grababan, el ciudadano acosó a los periodistas y les exigió a los agentes que intervinieran. Los periodistas alegan haber sido retenidos durante 45 minutos, pero existen otras versiones de los hechos.

Con el paso de los días, es la Policía de Sajonia en pleno la que ha terminado en el ojo del huracán. Acusada desde hace años de estar "ciega del ojo derecho”, es decir, de tolerar sistemáticamente los actos de violencia y otros delitos de cofrades de la escena neonazi, la institución es señalada ahora por dejarse instrumentalizar por PEGIDA. Esa imputación está condensada en la etiqueta #PEGIZEI, que tuvo altísima circulación en Twitter este jueves (23.8.2018): el mordaz juego de palabras fusiona las siglas del movimiento islamófobo y la palabra "Polizei”.

Abrumados y con deficiente formación política

La imagen de las autoridades de ese estado alemán sufrió otro duro golpe este miércoles (22.8.2018), cuando trascendió que el manifestante de PEGIDA que había hostigado a los periodistas de ZDF es un empleado de la Brigada Regional de Investigación Criminal (LKA) de Sajonia; un revisor de cuentas facultado para intervenir en procesos judiciales, según el diario Die Welt. El ministro del Interior de Sajonia dijo que daría más detalles sobre la identidad del funcionario, quien se ha hecho famoso por la indumentaria que exhibe en el video de ZDF.

Aunque el trabajador de la LKA asistía a la marcha de PEGIDA en su tiempo libre, la presión pública aumenta para que se investigue exhaustivamente las vinculaciones del movimiento islamófobo con las instituciones estatales de Sajonia. El vicepresidente del Partido Liberaldemócrata (FDP), Wolfgang Kubicki, demandó que el sujeto en cuestión fuera objeto de medidas disciplinarias. En cambio, el democristiano Michael Kretschmer, primer ministro de Sajonia, reaccionó ariscamente a los señalamientos y defendió la actuación de su Policía.

En entrevista con DW, Valentin Lippmann, diputado en el Parlamento de Sajonia por Los Verdes, comentó que los agentes involucrados en el suceso parecen haberse visto "abrumados por la situación”. A su juicio, lo acaecido pone a la Policía local frente a grandes desafíos formativos. "En la Policía sajona necesitamos lidiar más abiertamente con los errores y los problemas, y también nos hace falta una formación política más abarcadora”. Esta no es la primera vez que se hacen este tipo de planteamientos en Alemania.

El precedente de Los Republicanos

El hecho de que agentes policiales fueran funcionarios del partido Los Republicanos en su tiempo libre dio pie a un acalorado debate en Alemania Occidental durante la década de los ochenta del siglo pasado; Los Republicanos era una formación de derechas similar al partido populista de derecha Alternativa para Alemania (AfD). Más recientemente, a la Policía sajona se le ha reprochado la exagerada dureza con que arremete contra activistas de izquierda y refugiados, y la mano suave que reserva para los activistas de la extrema derecha.

Consultado por DW sobre el episodio del 16 de agosto y la aversión que la Policía sajona ha despertado, Rafael Behr sostiene que las acusaciones generalizadas contra la institución no solucionan sus problemas. "Eso sólo despierta indignación entre los agentes y los lleva a asumir una posición defensiva”, dice Behr, profesor de Ciencia Política en la Academia de Policía de Hamburgo y autor del libro Cop Culture: La cotidianidad del monopolio de la violencia, la masculinidad, Comportamientos y Cultura en la Policía.

Richard Fuchs (ERC/ERS)

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