"Es hora de sacar a la vaca del hielo"
11 de junio de 2015 "La vaca ha estado patinando durante mucho tiempo sobre hielo fino y es hora de sacar a la vaca del hielo", dijo este jueves (11.6.2015) el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, quien aseguró que sus relaciones con Tsipras son "buenas" pese al cruce de acusaciones de los últimos días a causa de a la última contraoferta presentada por Atenas en materia de reformas, que Bruselas considera insuficiente. El desafío es ahora encontrar una solución que deje satisfechas a todas las partes: la troika de acreedores, las instituciones y el gobierno griego. Y solo queda una semana para lograrlo.
Conversaciones interrumpidas
Minutos después, el Fondo Monetario Internacional (FMI) señaló que el acuerdo con Grecia está "bastante lejos" debido a las "grandes diferencias" en temas "clave" con los acreedores internacionales, y al apuntar directamente a que "la pelota está ahora en el campo" de Atenas. "Existen grandes diferencias”, resumió el portavoz de esa institución, Gerry Rice, una noticia que dejó en claro que el optimismo reinante por el solo hecho de que se realizara la cumbre era demasiado apresurado.
Donald Tusk pide a Grecia “ser realista”
“Ahora necesitamos decisiones y no negociaciones", reclamó por su parte Donald Tusk, el presidente del Consejo Europeo, en la rueda de prensa final de la cumbre entre la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, durante la que mantuvo una "breve pero muy intensa reunión" con Tsipras. "El Gobierno griego tiene que ser un poco más realista. No hay más margen para regatear, no hay más tiempo para regatear. Se acerca el día en el que alguien dirá que el juego se ha acabado", ha resaltado el presidente del Consejo Europeo. "Por eso creo que el próximo Eurogrupo es realmente crucial y debe ser decisivo, porque no tenemos más tiempo", añadió.
Una declaración muy poco diplomática que es, al mismo tiempo, una advertencia. El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, fue menos drástico, y tal vez más simpático, al decir: “Me encanta la tragedia griega, pero ahora es tiempo de un final feliz”. Angela Merkel, por su parte, se mantuvo muy calma, como es su costumbre, y dijo que espera que Grecia trabaje a toda máquina para lograr un acuerdo con los acreedores internacionales.
Bruselas comprende a Grecia, pero…
En Bruselas hay comprensión por la situación de presión por la que pasa Alexis Tsipras, el primer ministro heleno, al que no solo el ala izquierdista de su partido lo mete en dificultades. El panorama se complicó, además, cuando el tribunal superior de Atenas decidió que una parte de la reforma de las jubilaciones infringía las leyes y que había que dar marcha atrás, lo cual produjo un agujero de 1.500 millones de euros más en las arcas del Estado. Además, algunos representantes de la línea dura acusan a Tsipras de haber traicionado sus promesas electorales. La popularidad del primer ministro griego está decayendo, según encuestas, ya que la mayoría de los griegos dice estar descontenta con su manejo de la crisis y quiere por fin una solución a la disputa con los acreedores. Los interlocutores europeos saben muy bien que Grecia está en un dilema.
Luego de diez días de intensos esfuerzos políticos y de largas horas de conversaciones, aún no se ha encontrado una salida satisfactoria. Los acreedores dan una vuelta de tuerca más y subrayan que esta crisis no se va a solucionar a través de declaraciones políticas. Se trata de concretar cifras, de respuestas confiables y de iniciar de inmediato los primeros pasos de las reformas necesarias. Alexis Tispras tiene que tener, por ejemplo, la reforma jubilatoria lista para que la ley se apruebe a fin de este mes. Y luego debe fluir dinero. Pero el 30 de junio es el último día, cuando vence el plazo para que Grecia pague los 1.600 millones del FMI, pero, de acuerdo al estado actual de cosas, Atenas no podrá cumplir con eso.