El otrora poderoso jefe del consorcio Siemens se ve forzado a dar explicaciones. En el periódico dominical Welt am Sonntag, Heinrich von Pierer negó categóricamente haber ordenado el pago de sobornos y calificó de “falsas” las acusaciones en este sentido formuladas por un antiguo ejecutivo ante la Justicia, que investiga las irregularidades detectadas en la empresa. De acuerdo con ese testimonio, acerca del cual informa la edición online de Der Spiegel, el propio von Pierer habría instruido efectuar dudosos pagos para reflotar un negocio con Argentina, consistente en la digitalización de los documentos de identidad y pasaportes de ese país.

“Soldados de Siemens”

Según el testigo, ante los escrúpulos de sus subordinados, el jefe los había instado a comportarse como “soldados de Siemens”. Posteriormente se habrían pagado 10 millones de dólares a una empresa consultora en Suiza, indica Der Spiegel. Von Pierer desmintió la versión a través de la prensa y asegura que jamás utilizó la expresión “soldados de Siemens”, subrayando que “esa tampoco es mi terminología”. Añadió que, en vista de las conversaciones en marcha con la fiscalía, “sólo puede defenderse limitadamente en forma pública”.

Ciertamente, las investigaciones requieren confidencialidad. Y ésta se guarda también en lo que respecta al diálogo emprendido por Von Pierer con las autoridades investigadoras, que continuará este lunes. Sin embargo, el hecho es que el escándalo de corrupción que enloda la imagen de Siemens parece extenderse irremediablemente.

Pagando caro

De acuerdo con el periódico Süddeutsche Zeitung, las investigaciones se han ampliado más allá del área de telecomunicaciones de la empresa. También los sectores de técnica de tráfico, construcción de plantas energéticas y traspaso de energía están en la mira según esta publicación, que indica que la fiscalía ya ha investigado a más de 300 personas. Algunos de estos casos han sido entretanto cerrados, pero no se descartaría abrir otros.

Von Pierer, de todos modos, ya ha tenido que pagar caro en términos de prestigio. No sólo ha abandonado su cargo a la cabeza del consejo de vigilancia de Siemens, sino que también ha de despedirse de su función como consejero de la canciller Angela Merkel, que lo había puesto al frente de una institución denominada Consejo de Innovación. La explicación oficial es que las funciones que cumplía el organismo pasarán a manos de dos academias dedicadas a la ciencia y la tecnología. Pero, sin duda, la noticia es un indicio más de cuán débil ha llegado a ser la posición de quien fuera uno de los hombres más poderosos de la industria alemana.