Escándalo: de Villepin investigado por complicidad en denuncia calumniosa
28 de julio de 2007Villepin dijo estar dispuesto cooperar totalmente con la Justicia, pero negó terminantemente estar involucrado en un caso en el que el nombre de Sarkozy aparece en una lista falsa de personas con cuentas en la sociedad financiera de Luxemburgo, Clearstream, en relación con lavado de dinero.
La justicia de Francia prohibió a Villepin tener contacto con el ex presidente Jacques Chirac debido a la investigación, como informaron el sábado medios franceses.
Además, el político deber pagar 200.000 euros (dólares) de fianza como garantía de que no huirá de los tribunales.
Todo comienza a principios de año 2001, cuando un periodista afirma en un artículo publicado por la revista Révélations que la sociedad de compensación y pagos Clearstream, con sede en Luxemburgo, es un centro de lavado de dinero.
Poco después, una jueza da inicio a una instrucción de sumario por supuesto pago de comisiones ilícitas en relación con la venta de seis fragatas por parte de Francia a Taiwán. Las comisiones relacionadas con el multimillonario negocio de las fragatas han pasado presuntamente por Clearstream.
En la jungla de relaciones financieras y secretos bancarios, el periodista ha accedido a una lista de cuentas de Clearstream en la que no figuran nombres. Las investigaciones se empantanan.
Una lista con nombres
De pronto, en 2003, Jean-Louis Gergorin, vicepresidente de EADS y amigo de Villepin, hace llegar al Servicio Secreto del ministerio de Defensa francés un lista de cuentas de Clearstream, esta vez sí con nombres. Un de ellos es el de Nicolas Sarkozy.
De Villepin, entonces ministro de Relaciones Exteriores, ordena a comienzos de 2004 una investigación interna. El Servicio Secreto del ministerio de Defensa informa a la ministra, Michele Alliot-Marie, que la lista aparecida ha sido evidentemente manipulada y que los nombres mencionados no se corresponden con los reales titulares de las cuentas.
Al mismo tiempo, el juez que sigue el caso de las fragatas recibe tres cartas anónimas con la ominosa lista falsa, en la que aparecen los nombres de Nicolas Sarkozy, otros políticos, empresarios y agentes de los servicios secretos.
En septiembre de 2004, Philippe Delmas, vicepresidente de Airbus y cuyo nombre figura en la lista, recurre a la Justicia. Ésta abre una investigación judicial por “denuncia calumniosa” y comienza a buscar a los denunciantes anónimos.
Sarkozy acusa a de Villepin
Un mes después, la caldera comienzo a hervir: Sarkozy acusa a Villepin de ocultar el informe del Servicio Secreto en el que ya se había constatado la manipulación de nombres en la lista de clientes de Clearstream.
En diciembre de 2005, el juez que investiga el pago de comisiones por las fragatas llega también a la conclusión de que las denuncias anónimas son evidentemente una manipulación.
En abril de 2006 son allanados por orden judicial la sede del Servicio Secreto y el ministerio de Defensa, en busca de pruebas. Y entonces explota la bomba: el general Phillipe Rondot, del Servicio Secreto, declara ante jueces que Villepin le había transmitido instrucciones de Jacques Chirac, presidente francés, de investigar a Sarkozy y otros políticos mencionados en la lista.
Con la soga al cuello
Chirac y Villepin niegan de inmediato terminantemente cualquier participación. En mayo, el diario Le Monde publica las declaraciones íntegras de Rondot. El escándalo adquiere proporciones mayúsculas, cuya culminación, por ahora, es la investigación formal contra de Villepin, comenzada el viernes por la tarde.
El caso pone de manifiesto la profunda hostilidad que rodeó el ascenso de Sarkozy al poder luego de finalizar los 12 años de mandato de Jacques Chirac y cómo aparentemente se recurrió a todos los medios para tratar de impedirlo. En el ínterin, los acusadores se han transformado en acusados y la soga al cuello de de Villepin parece haber comenzado a cerrarse.