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¿Caerá la próxima presidenta mexicana en la trampa machista?

Sandra Weiß
13 de mayo de 2024

Las próximas elecciones en México serán históricas ya que se da por seguro que por primera vez una mujer asumirá la Presidencia. Pero esto no implica necesariamente un avance en la agenda feminista, advierten expertas.

Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.
Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.Imagen: Ulises Ruiz/AFP/Fernando Llano/AP/picture alliance

Todavía no se ha emitido ningún voto, pero ya parece claro que México tendrá por primera vez en su historia una mujer presidenta. Las dos principales rivales y favoritas para las próximas elecciones son mujeres: Claudia Sheinbaum, del partido gobernante de izquierda nacionalista Morena, alcaldesa de la capital, y la senadora Xóchitl Gálvez, de la coalición opositora de centroderecha "Fuerza y Corazón por México".

Ambas juegan con la carta del género, destacando su sensibilidad para asuntos de las mujeres que históricamente han llevado la carga más pesada de la violencia y la marginación. ¿Será entonces el siguiente sexenio el del cumplimiento de las demandas históricas feministas? Las expertas consultadas por DW son escépticas.

Hito histórico

"Si bien es un hito importante porque vamos a lograr romper el techo de cristal, llegando a la posición máxima de poder, tenemos que estar conscientes que esto no va a implicar forzosamente un avance de la agenda feminista", dice a DW Saraí Aguilar, académica de la Universidad Autónoma de Nuevo León y experta en cultura con perspectiva de género.

Por su parte, Arussi Unda, vocera del colectivo feminista Las brujas del Mar, considera que la sociedad mexicana no es consciente del momento histórico. "Hace 70 años no podíamos votar, y ahora tendremos una presidenta", enfatiza a DW. "Pero nada más lo entienden las mujeres mayores, las jóvenes que crecieron con la agenda de la paridad de género no lo dimensionan."

Retos enormes

A pesar del júbilo, ambas expertas ven con preocupación que ninguna de las dos candidatas tiene propuestas de género novedosas o un plan de acción concreto. "Vemos muchas promesas de dar dinero a las mujeres”, ha observado Aguilar. "Pero no vemos programas que empoderen en concreto a las mujeres”. Para la educadora, ambas candidatas "caen en el juego peligroso de asumir que dinero implica empoderamiento".

Sheinbaum propuso además dar rango constitucional al derecho a la vida libre de violencia y quiere empujar la ley contra la violencia vicaria. Esa ley castiga el uso de los hijos por parte de sus progenitores para ocasionar daño a la pareja. La mayoría de las víctimas suelen ser mujeres. Esta propuesta ya fue votada en la Cámara de Diputados en noviembre pasado, pero necesita sanción en el Senado.

Su punto negativo, según las expertas, es que, como alcaldesa capitalina, Sheinbaum ha reprimido fuertemente las protestas feministas y se declara heredera del proyecto político del presidente López Obrador. "Es la continuidad de un proyecto hegemónico de un hombre, que ha sido cuestionado por hacer recortes presupuestales, cerrando albergues para mujeres, estancias infantiles, y aboliendo el seguro popular, cuya falta afecta sobre todo a mujeres que perdieron el acceso al control médico por cáncer cérvico-uterino y de mama", enfatiza Aguilar.

Gálvez, por su lado, es apoyada por el conservador Partido de Acción Nacional, que tradicionalmente está en conflicto con la agenda feminista, aunque ella, por ejemplot, se ha declarado abiertamente defensora del derecho al aborto. También ha prometido impulsar programas de género dentro del aparato judicial, un bastión del machismo y del patriarcado donde muchas mujeres son revictimizadas y sus casos archivados. México tiene un alto índice de impunidad en delitos sexuales cometidos contra mujeres y niñas y niños.

Las mujeres demandan el fin de la violencia sexual y los feminicidios.Imagen: Angelica Cruz Aguilar

Jugar con las reglas de los hombres

Arussi duda que Sheinbaum y Gálvez, a pesar de ser mujeres, tengan realmente conciencia feminista. "Es bastante común que las mujeres que sean empresarias o políticas, recurran a masculinizarse", ha observado la comunicóloga feminista. "Ellas ven y ejercen la política como los hombres. Tienen la visión nublada y juegan con las reglas que los hombres pusieron, porque les han enseñado que sólo así se avanza."

Como ejemplo pone la forma en que las dos se comunicaron durante los debates. "Es una comunicación patriarcal. Claudia no mira a Xochitl, no se llaman con sus nombres, pero hablan de la candidata de las mentiras o la candidata del PRIAN (un término usado por AMLO para desacreditar como corruptos y oligarcas a los dos principales partidos tradicionales que apoyan a Gálvez, el PRI y el PAN). Entran al lamentable juego de la deshumanización."

Igualdad de género en la sociedad

Los ojos de ambas entrevistadas están puestos en el nuevo Congreso, donde en los últimos años, gracias a la paridad, se ha formado una bancada feminista transversal que ha logrado algunos avances legislativos. Pero todavía quedan muchos pendientes.

Arussi menciona la ley ácida, que castiga los ataques con ácido para desfigurar de por vida a exparejas que se han atrevido a romper una relación sentimental. Ahora es un delito menor, tipificado como lesión. Las feministas quieren que se tipifique como tentativa de feminicidio, con penas mucho mayores.

Según Aguilar, el reto mayor para la próxima presidenta será hacer realidad la igualdad de género en los estados, municipios y en gran parte de la sociedad, donde todavía sobrevive el machismo.

"Al primer error, van a aparecer voces diciendo que las mujeres no sirven en el poder", advierte Arussi. "Y eso que hemos tenido asesinos y corruptos como presidentes, sin que a nadie se le hubiera ocurrido decir que los hombres no sirven para gobernar."

En las elecciones más grandes en la historia de México, se definirá la jefatura de Estado y se renovará todo el Congreso, la tercera parte de los gobernadores, incluida la capital, y el 80 por ciento de unas 2.500 alcaldías. 

(ers)

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