Escritores rusos piden que libros sean de primera necesidad
13 de abril de 2020
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Más de medio millar de escritores y editores rusos se dirigieron este lunes (13.04.2020) al Gobierno en una carta abierta para que catalogue los libros como un "bien de primera necesidad" con el fin de salvar la industria editorial de la ruina durante la pandemia del coronavirus. La carta está dirigida al primer ministro ruso, Mijail Mishustin.
La segunda demanda que le hacen al jefe del Ejecutivo es que la industria del libro sea una de las primeras en recibir ayuda estatal, ya que es una de las que más ha sufrido debido al COVID-19. La misiva fue firmada por escritores tan conocidos como Liudmila Ulitskaya o Zajar Prilepin, este último una figura muy cercana al Kremlin.
Los editores alertan sobre el hecho de que "el cierre de las librerías -que distribuyen un 70 por ciento de la producción editorial- paraliza prácticamente el trabajo de toda la industria del libro, desde escritores hasta editores y compañías poligráficas". Aunque reconoce que el peso de dicha industria en la economía nacional es "pequeño", su papel cultural es "muy importante" y estima en un 50-60 por ciento las pérdidas durante el último mes.
En caso de que la situación se alargue por mucho tiempo, advierten, la pandemia puede colocar a todo el sector "al borde de la bancarrota". "Queremos que nuestro país siga enorgulleciéndose de nuevos Pushkin, Dostoievski y Tolstoi. Y por eso, esperamos que nuestra voz sea escuchada", señalan. (EFE)
Las epidemias en la literatura
Las enfermedades infecciosas no nacieron con el coronavirus. De hecho, están ancladas en nuestra memoria colectiva desde que autores como Boccaccio o Camus las usaron en sus argumentos. Acá presentamos esas novelas.
Siete mujeres y tres hombres dejan el campo rumbo a Florencia huyendo de la peste. Tan entretenidas como cruel es el comienzo son las siguientes 100 historias cortas del libro. Para pasar el tiempo, cada uno de los refugiados debe elegir el tema que debe abordar el relato del día. Fino o vulgar, trágico o cómico... todo ocurre en el teatro del mundo.
Imagen: picture-alliance/imageBROKER/O. Stadler
Tomás Moro: Utopía (1516)
Un marino descubre en una isla distante Utopía, una sociedad ideal. Entre sus habitantes impera la igualdad, rige la democracia y la propiedad es comunitaria. Digamos, lo contrario a la Inglaterra de la época. Y tampoco hay epidemias en Utopía. Después de todo, la peste azotó varias veces a Inglaterra. En la imagen vemos "Utopier", una adaptación libre presentada en la Ópera Semper de Dresde.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Hiekel
Francis Bacon: Nueva Atlántida (1627)
La isla utópica de Bacon se llama Bensalem, en la que se dice que viven los habitantes de la Atlántida perdida. Estos se distinguen sobre todo por su sed investigativa y amor por la ciencia. En "Nueva Atlántida" se anticipan algunos inventos, como el submarino, las turbinas eólicas y los audífonos. También en este lugar se impuso la cuarentena a los marinos extranjeros, para prevenir enfermedades.
En una mezcla de relatos de testigos y novela, Daniel Defoe describe los efectos devastadores que tuvo la gran peste que azotó Londres. Él mismo tenía cinco años cuando se desató la tragedia, y fue llevado al campo por seguridad. Defoe describe una ciudad en estado de emergencia: histeria, superstición, desempleo, saqueos y fraudes crean un escenario apocalíptico en una novela excepcional.
En "La peste", el protagonista, el doctor Bernard Rieux, describe cómo al comienzo solo algunas ratas, pero luego miles de ciudadanos del puerto argelino de Orán, ceden ante la peste. Al final; todos se ven afectados, tanto niños inocentes como hombres inescrupulosos. La muerte no perdona a nadie. La novela del Nobel de Literatura se está vendiendo ahora como pan caliente en Francia e Italia.
Imagen: Getty Images/P.Baz
Andrzej Szczypiorski: Una misa por la ciudad de Arras (1971)
Basada en hechos históricos, esta novela relata cómo los ciudadanos se desesperan por la peste, son víctimas del fanatismo religioso y pierden todo orden moral. El mismo autor sobrevivió al ataque contra Polonia durante la Segunda Guerra Mundial, al Levantamiento de Varsovia y a Sachsenhausen. Si bien no lo explicita, estas experiencias parecen haberlo ayudado a dar forma a su libro.
Imagen: picture-alliance/MAXPPP/PHOTOPQR/Voix du Nord
Stephen King: Apocalipsis (1978)
Un virus mutado sale de un laboratorio de investigación militar y mata a casi toda la población de Estados Unidos. Solo unos pocos son inmunes y tienen que intentar sobrevivir en un mundo despoblado con una infraestructura colapsada. Se crean dos enclaves en torno a líderes carismáticos, que se dividen como "buenos" y "malos", tras lo cual se desata un enfrentamiento.
Imagen: picture-alliance/dpa/K. Ohlenschläger
José Saramago: Ensayo sobre la ceguera (1995)
De pronto, los habitantes de una ciudad que no se menciona pierden la vista. Por miedo a una infección, son trasladados a una clínica siquiátrica abandonada, donde son atendidos por un médico y su esposa, interpretados en la película que se realizó posteriormente por Mark Ruffalo y Julianne Moore. La situación empieza a escalar cuando los primeros recuperan la visión.