Escuela para la vida: la esperanza llega del Norte
30 de noviembre de 2008“Escuela Para la Vida” es una de las ONGs alemanas creada en el año 2003 con foco de atención en Colombia. Los once miembros fundadores de esta iniciativa nunca se imaginaron que pasados algunos años estarían forjando el futuro de 240 niños colombianos en Montebello - Cali.
La idea que surgió como un sueño que se hizo realidad con la construcción de una escuela ecológica, la tuvo el fundador y director de proyectos de "Escuela para la Vida" Andrés Bäppler, arquitecto de profesión, quien en conjunto con los primeros miembros de la ONG y con la ayuda del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo alemán y la comunidad de Montebello, logró construir este singular colegio hecho de bambús.
“Al principio es importante sentir las ganas de la gente por hacer realidad su idea, nosotros empezamos uniendo fuerzas desde un núcleo de amigos, la voluntad de ayuda fue creciendo con familiares, colegas y empresas o instituciones colombianas que se unieron al proyecto”, explica a DW- WORLD Catherine Beckmann miembro del Consejo Consultivo de “Escuela Para la Vida”.
Modelo ejemplar
La parte académica y su enfoque juegan un papel importante en el desarrollo de este proyecto, cada uno de los profesores reciben capacitación periódicamente y los niños tienen la posibilidad de asistir a clases en grupos pequeños (no superan los 20 por clase), una cifra que sólo se podría considerar en escuelas privadas.
A esto se suma la atención personalizada entre padres, profesores y el ministerio de Educación de Colombia. “Nuestro proyecto esta avalado por el ministerio de Educación colombiano, eso es un gran logro, el SENA o Servicio Nacional de Aprendizaje, institución gubernamental colombiana, la empresa privada “Carvajal”, el Colegio Alemán de Cali y otras empresas se han unido para, entre todos, darle educación a estos niños”, comentó Beckmann.
Todo lo relacionado con esta escuela parece mágico: se construyó en 4 años, las nuevas aulas tienen forma de mariposa, los niños reciben dos comidas diarias, los jóvenes aprenden a cultivar bambú y a trabajar la madera en talleres.
Una vez a la semana estos pequeños visitan en Cali las instalaciones del Colegio alemán para tomar clases de inglés, computación o natación. “El trabajo en Montebello va más allá de una ayuda puntual, los niños de hoy serán los maestros o ingenieros dentro de unos años, por eso desde Alemania también viajan voluntarios, les enseñan inglés, alemán y temas europeos. En doce meses nuestros voluntarios dan lo mejor de sí porque saben la gran responsabilidad que tienen”, señala Catherine Beckmann refiriéndose al tema del voluntariado internacional.
A largo plazo el grupo de alemanes planea ampliar el taller de sembrado de bambú a toda la región y ofrecer talleres para mujeres con guardería incluida. “Queremos enseñarles a ser autosuficientes, y a creer en su propio trabajo y esfuerzo”, concluye Beckmann.