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Dado que los tíquets de compra se han convertido en boletos para una nueva lotería, resulta casi imposible para los minoristas defraudar a Hacienda. Los clientes insisten en obtener sus recibos, incluso para la compra de los panecillos. Sin duda alguna, un método exitoso para combatir la evasión fiscal en el comercio minorista. Los primeros ganadores de la lotería ya cobraron los primeros 10.000 euros