La chispa que por momentos lució la selección alemana de fútbol en la Copa Confederaciones parece haberse apagado por completo. Ya el empate a 2 obtenido ante el clásico rival de Alemania, Holanda, había hecho decaer el ánimo de los hinchas y comentaristas del país que será anfitrión del Mundial 2006. Pero la derrota del sábado por la noche ante el equipo nacional eslovaco colmó la medida del abatimiento. Como para rematar la depresión germana, Miroslav Karhan añadió a los dos goles marcados en la cancha un proyectil verbal, cuando se le preguntó si se sentía especialmente satisfecho por su actuación: "No, fue un partido internacional normal, como contra Liechtenstein", fue la respuesta del capitán eslovaco.

La defensa en el banquillo

Más gentil se mostró otro jugador de Eslovaquia, Mintal, al opinar que "Alemania tienen un muy buen equipo, pero su problema es la defensa. También en Holanda les metieron dos goles. Pero ahora tampoco consiguieron marcar uno". Sea como fuere, la primera victoria de Eslovaquia contra Alemania no fue motivo de gran fiesta para Karhan y sus muchachos, que tienen por delante un importante partido contra Letonia esta semana, en la carrera por lograr la clasificación para el Mundial 2006.

Mientras intenta parchar las heridas de su orgullo, Alemania se sume en tanto en el debate acerca de las miserias de su selección. Incluso optimistas de profesión como el entrenador nacional, Jürgen Klinsmann, no lograron ocultar el impacto de la derrota. Él sabe que la lluvia de críticas arrecia y no cesará hasta que pueda exhibir mejores resultados en la cancha. Y sabe también que su concepto del fútbol ofensivo seguirá en entredicho mientras no consiga combinarlo con una buena defensa.

Sorprendente cantidad de errores

A la pregunta directa de si Alemania debe despedirse ya del objetivo proclamado de convertirse en campeón mundial el año entrante, Klinsmann respondió con un categórico "¡de ninguna manera!" Recuperando su habitual confianza, aseguró que su equipo superará el impasse y volverá a la senda del éxito. Más preocupado se mostró el capitán alemán, Michael Ballack, quien habló de "un retroceso en todo el juego", mientras Franz Beckenbauer, jefe del comité organizador del Mundial de Alemania, manifestó su sorpresa "por la cantidad de errores".

También los eslovacos quedaron, sin duda, sorprendidos por la facilidad con que ganaron. Y los alemanes tendrán que reflexionar seriamente acerca de cómo recuperar el juego que habían exhibido antes y durante la Copa Confederaciones, alimentando las esperanzas mundialistas de la hinchada. Pero no tendrán mucho tiempo no tendrán, porque el próximo miércoles les tocará rendir su próximo examen, en un encuentro amistoso contra Sudáfrica.