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Espías en Bulgaria: más que un tema de campaña

7 de mayo de 2009

El proceso de apertura de documentos también tiene lugar en Bulgaria, pero despierta muy poco interés entre la ciudadanía. Años de intenso uso de este argumento para estrategia político-electoral son la causa.

A finales de 2006 se votó por primera vez en el Parlamento búlgaro una comisión independiente de nueve miembros que se encargará del procesamiento de los expedientes de la Stasi en ese país. Comenzó con la apertura de documentos sobre espías políticos, representantes de los medios de comunicación, comerciantes y otras personas de la vida pública.

La publicación de listas de ciudadanos búlgaros que trabajaron para la Stasi no conquista gran atención: los políticos ya han utilizado este tema demasiado a menudo en sus campañas políticas. A pesar de ello, los nombres y actividades de empleados de los Servicios Secretos y agencias de espionaje todavía permanecen en las sombras.

El escritor búlgaro Wladimir Zarew.Imagen: Seeliger

Testimonios

“Cuando mi nombre se publicó en las listas de empleados de la Stasi, me sorprendí. Acompañé a compañeros periodistas occidentales en sus viajes por Bulgaria, y debía tomar sus nombres y escribir informes. Más tarde me di cuenta de que esto era sólo el comienzo”, cuenta un periodista radiofónico búlgaro con 30 años de experiencia en la profesión. “Me desagrada que en esta lista falten nombres de gente que siempre he sabido que eran empleados de la Stasi en Bulgaria”, dice.

El pasado otoño, 19 años después del cambio, la Comisión para los expedientes de la Stasi publicó la lista de empleados a tiempo completo y no oficiales de la agencia de seguridad búlgara. Allí encontró este periodista su nombre.

Las claves para seguir adelante

La lista es sólo una pieza del puzzle en el procesamiento de la herencia comunista en Bulgaria, pero la comisión se encuentra en los comienzos de la tarea. Esclarecer las injusticias lleva tiempo. “Queremos que la gente se reconcilie con su pasado, que lean sobre él y que entiendan cómo fue”, explica Ekaterina Bontschewa, miembro de la comisión.

“Sólo entonces podremos poner punto y final, y sobreponernos a la nostalgia, ya que se basa simplemente en la ignorancia. La era comunista debe tratarse, y no sólo desde el punto de vista histórico y moralista. La dependencia política y económica debe entenderse y terminarse", continúa Bontschewa.

El ajuste de cuentas con el pasado es un tema difícil para todos los países ex-socialistas. Pero en Bulgaria, el asunto es aún más complicado, porque durante los años de transición a la democracia, políticos de todas las ideologías utilizaron los documentos de la Stasi como argumentos en sus campañas políticas.

La novela “Verfall”, de Wladimir Zarew, es admitida como la única obra búlgara sobre el cambio hasta ahora.

De este modo, se llegó a un punto en el que nadie quería ya oír hablar más del tema, y así, cada publicación de la comisión de los expedientes de la Stasi recibe menos atención. “Es un síntoma de la lenta y fatigosa transición en Bulgaria”, comenta el escritor Wladimir Zarew. Su libro Verfall (decadencia) es admitido como la única novela búlgara sobre el cambio hasta ahora.

“La sociedad se ha vuelto indiferente, no entiende la importancia de este tema”, asegura el autor. “Se quedan en la superficie, no les interesa llegar al fondo de la cuestión. Por eso hay esta especie de estado de estupor ante uno de los asuntos más importantes y urgentes de nuestra historia”.

Una transición amañada

En Bulgaria no había disidentes. No había ninguna Primavera de Praga ni tampoco ningún 17 de junio, como en la RDA. Por ello, Zarew afirma en su libro que el cambio vino a Bulgaria por la iniciativa de los partidos, y no sin la participación de la Stasi.

“La agencia de seguridad tomó parte en el establecimiento de los nuevos partidos democráticos tras el cambio, e introdujo en ellos a sus agentes para manipularlos”, afirma el escritor.

Ciertamente, una buena parte de los trabajadores de la agencia de seguridad búlgara, algunos de los cuales colabroaron con la Stasi, ocupan hoy puestos clave en política, economía y vida pública. “El largo brazo de la Stasi ha rodeado nuestras vidas, y nosotros fallamos a cortarlo al inicio del cambio democrático”, se lamenta Zarew.

Cifras aproximadas

Se estima que en Bulgaria, entre sus cerca de 8 millones de habitantes, se encontraban más de 300.000 agentes de los Servicios Secretos y otros 6.000 más en los servicios de interior de la Stasi. Los documentos se cifran en aproximadamente 2 millones, y hasta 250.000 expedientes secretos.

Lo que quedó de los delicados expedientes sobre las acciones del legendario departamento VI de la Stasi, que fue responsable de la persecución política y eliminación de los opositores del régimen, fue eliminado por los gobiernos en los años posteriores al cambio.

La Comisión de los expedientes de la Stasi quiere llegar hasta el fondo esta vez. Todos los expedientes de los 16 departamenos de los antiguos Servicios Secretos deben ser expuestos al público y otorgados al Archivo Central búlgaro, para finalmente –como es el sueño de Ekaterina Bontschewa- crear un Insituto Nacional de la Memoria.

Autora: Vessela Vladkova / lab

Editor: Enrique López Magallón

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