España celebra unas elecciones generales decisivas
20 de diciembre de 2015
Cuatro candidatos luchan con posibilidades por formar gobierno. El bipartidismo que impera desde el restablecimiento de la democracia, podría acabar hoy. La participación de los votantes no es tan alta como se esperaba.
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La participación de los ciudadanos no está siendo todo lo alta que se esperaba. A las 14 hora local, había votado un 36,94 por ciento de los ciudadanos con derecho a voto, según informó el Gobierno. La cifra es casi un punto inferior a la de hace cuatro años a la misma hora. Según fuentes oficiales, las elecciones están transcurriendo "con normalidad", sin incidentes dignos de mención.
36.510.952 españoles están llamados a las urnas para elegir a 350 diputados del Congreso y 208 senadores. La tradicional llamada a la participación que suelen hacer los candidatos en todas las elecciones tuvo lugar en esta ocasión en medio de renos, figuras de Santa Claus y bolas de adorno, ya que los comicios se celebran a pocos días de la Navidad y los niños tienen decoradas ya desde hace días las escuelas, convertidas este 20 de diciembre de 2015 en centros de sufragio.
Jornada histórica
Es un clásico pedir afluencia a las urnas, pero esta vez, ante lo reñido de los resultados, con cuatro candidatos luchando con posibilidades reales por formar gobierno, el énfasis era mayor. Los responsables de este cambio son Ciudadanos (liberales de centro) y Podemos (izquierda), dos partidos emergentes que las encuestas sitúan en la tercera y cuarta posición, y que, en el escenario sin mayorías que apuntan los sondeos, serán necesarios para formar gobierno.
El joven candidato de Ciudadanos, Albert Rivera, Rivera animó hoy especialmente a votar a los indecisos y a los jóvenes que habitualmente se abstienen, ya que España vive a su juicio "una segunda transición democrática". "España va a cambiar sin duda esta noche pase lo que pase, gane quien gane", aseguró Rivera, convencido de que hoy "la ilusión vencerá al miedo y la esperanza será más fuerte que la resignación". Por su parte, el también joven candidato del emergente Podemos, Pablo Iglesias, se mostró convencido de que la historia de España cambiará tras las elecciones de hoy y definió la jornada como el comienzo de "una nueva transición".
MS (dpa/efe)
Promesas electorales de ayer y hoy
Por la boca muere el pez… pero también se alimenta. Esto último parece prevalecer en las campañas electorales: las promesas abundan. Algunas se cumplen, muchas se quedan en el aire y otras son insólitas. Una selección.
Imagen: Fotolia/Serg Nvns
Las cuentas mensuales
El candidato presidencial oficialista a la presidencia de Argentina, Daniel Scioli, ha prometido que, de ganar, el Estado continuará entregando subsidios para evitar que aumenten las tarifas de “la luz, el gas y el transporte”. También advirtió que si triunfa su rival, Mauricio Macri, “se viene el aumento de tarifas”.
Imagen: Reuters/M. Acosta
Reforma innecesaria
Para las elecciones argentinas de 2011, en las que triunfó Cristina Fernández, la plataforma electoral de Eduardo Duhalde pedía, entre otras cosas, la derogación de toda legislación represiva y de la pena de muerte, sanción que no rige en la Argentina.
Imagen: picture alliance / AP Photo
¿El agua o el oro?
“¿Qué es más importante, el agua o el oro?”, preguntó Ollanta Humala en la campaña electoral de 2011, en la región de Cajamarca. “¡El agua!”, respondió la gente, ante lo cual, el candidato se comprometió a respetar su voluntad. El gobernador de Cajamarca está en prisión preventiva, por liderar las protestas contra el proyecto minero Conga, alegando que afectará las reservas de agua de la región.
Imagen: STR/AFP/GettyImages
El bigote de Maduro
El presidente venezolano prometió durante su campaña, entre otras cosas, el aumento de la producción y el control de precios. Su gobierno admitió luego que la inflación se superó el 68% en 2014. Ahora, Maduro se propone alcanzar cifra de un millón de viviendas entregadas a los más necesitados para el final de 2015. Prometió bromeando que, si no lo cumple, se cortará el bigote como “autocastigo”.
Imagen: Reuters
La deuda externa
En 2005, Evo Morales inició su campaña electoral con la promesa de exigir la condonación de la deuda externa boliviana. “Si hacemos cuenta de todo lo que nos han saqueado a lo largo de la historia, primero en la colonia española y luego las transnacionales, resulta que Bolivia no es deudora sino acreedora", dijo. El gobierno contempla que la deuda externa aumente este año a US$7.727 millones.
Imagen: Reuters/David Mercado
Problema de ADN
El director nacional de Educación de Uruguay, Juan Pedro Mir, renunció en octubre, después de haber declarado que no era posible "cambiar el ADN” de la educación, una de las promesas de campaña del presidente Tabaré Vázquez. "Más que cambio de ADN -y lo digo bajito- si las cosas siguen así una transfusión vamos a hacer”, dijo Mir.
Imagen: Colourbox
Fiestas en Acapulco
A nivel local, hay propuestas electorales que causan cierta extrañeza. Por ejemplo el candidato del Partido Humanista a la alcaldía de Acapulco, Andrés García, prometió impulsar el turismo y anunció que sacaría a la “basura humana” y activaría la economía local realizando fiestas cada fin de semana con carreras de lanchas y yates. García, un popular actor, no ganó.
Imagen: dan talson - Fotolia.com
Sueño de navegante
El ex presidente chileno Sebastián Piñera tenía un sueño. Convertir el Mapocho en un río navegable, por el que poder atravesar Santiago en bote. No era ciertamente un punto de su programa electoral, pero muchos lo asocian todavía a esa virtual promesa. Lo que sí se materializó fue el Parque Fluvial Renato Poblete, con un desvío del río, donde se puede usar algunas embarcaciones.
Imagen: picture-alliance/dpa
Promesas históricas
En Uruguay todavía se recuerda al increíble Domingo Tortorelli, que llevó el absurdo a su máxima expresión con propuestas electorales como prohibir que haya calles cuesta arriba, ya que si todas son en bajada se ahorra combustible. También prometió surtidores de leche en las esquinas y jornadas laborales de 15 minutos. Sacó 40 votos en las elecciones de 1942.
Imagen: Colourbox/A.Shkvarko
Sancionar el absurdo
El parlamentario peruano Vicente Ceballos no tiene paciencia. Propuso, en declaraciones a Perú21, que los candidatos que hagan promesas descabelladas, sean sancionados por el Jurado Nacional de Elecciones. A su juicio, primero debería haber una sanción monetaria, luego vendría una amonestación y, si nada funciona, una descalificación del candidato. No es una promesa electoral, pero podría serlo.