La cifra de víctimas mortales del accidente de la noche del miércoles cerca de Santiago de Compostela, en el noroeste del país, podría aumentar, ya que de los 94 heridos que en la tarde de este jueves continuaban hospitalizados hay 35 en situación crítica.

El presidente del gobierno, Mariano Rajoy, anunció tres días de luto oficial en toda España a partir de este viernes. Además de Rajoy, que acompañado por la ministra de Fomento, Ana Pastor, y por el jefe del gobierno regional gallego visitó la zona cero del accidente y uno de los hospitales con heridos, a Santiago de Compostela se desplazaron los reyes Juan Carlos y Sofía.

"Todos los españoles se unen al dolor de los familiares", manifestó el rey Juan Carlos, que por la tarde visitó junto a la reina a los heridos ingresados en dos hospitales de Santiago de Compostela. En Galicia, sacudida por la tragedia cuando se disponía a celebrar su día grande, el del Apóstol Santiago, los días de luto son siete, según decretó el jefe del Ejecutivo regional, Alberto Núñez-Feijóo.

"Hoy es un día muy difícil. Hemos vivido un accidente terrible, dramático y que me temo va a permanecer mucho tiempo en nuestras memorias", dijo Rajoy en una comparecencia institucional en la capital gallega, en la que él mismo nació en 1955. "Este es el día del Apóstol más triste de mi vida", señaló un jefe del gobierno apesadumbrado, con chaqueta y corbata negras. Al mediodía se guardó un minuto de silencio en todas las administraciones públicas españolas.

¿Fallo técnico, fallo humano o negligencia?

El tren, un Alvia que circulaba por la vía de alta velocidad y se dirigía a Ferrol desde Madrid con 218 pasajeros más la tripulación, descarriló en las inmediaciones de Santiago de Compostela. Fue en una curva cerrada sobre la que los técnicos habían llamado la atención cuando se inauguró el tramo en diciembre de 2011, calificándola de "difícil".

El exceso de velocidad era este jueves la principal hipótesis que se barajaba como causa del accidente, el primero en una vía de alta velocidad en España. El conductor del tren admitió que el convoy iba a 190 kilómetros por hora en el momento del siniestro, en un tramo en el que la velocidad máxima está limitada a 80 kilómetros por hora. Con 52 años de edad y 11 de experiencia, se encontraba en un hospital custodiado por la policía judicial, aunque no detenido. Declarará como imputado ante las fuerzas de seguridad, según ordenó un juez.

"¡Voy a 190!", gritó el maquinista en una comunicación por radio, según dijeron fuentes de la investigación citadas por el diario El País. Y aún se desconocía este jueves si alcanzó esa velocidad por un fallo técnico o por un fallo humano o negligencia. Las dos investigaciones en marcha, una judicial y otra de una comisión del Ministerio de Fomento, tendrán que determinarlo. El testimonio del conductor y la caja negra del tren, bajo custodia de la policía judicial, serán claves para determinar las causas.

El Sindicato de Maquinistas insistió en que es pronto para determinar las causas del accidente y aseguró que todo siniestro suele estar causado por "una serie de circunstancias". Además, desde él se aseguró que se "podía haber evitado" el accidente si el tren hubiera contado con el sistema ERTMS, del que sí disponen los AVE y que impide que el tren supere la velocidad máxima fijada o desconozca las señales de parada.

Adif, el organismo que gestiona las infraestructuras ferroviarias y depende del Ministerio de Fomento, aseguró sin embargo que el sistema ASFA, un dispositivo automático que avisa cuando se sobrepasa la velocidad fijada y con el que sí contaba el tren, es el adecuado en el tramo del siniestro, de entrada a una estación.

Espera angustiosa

Medio centenar de efectivos de la policía científica, llegados desde varias partes del país, trabajaba entretanto en las labores de identificación de los muertos, en una espera angustiosa para las familias. Por la tarde habían sido identificados ya más de medio centenar de cadáveres. De los 80 fallecidos, 73 murieron en el lugar del accidente y los otros siete, en el hospital. En los hospitales se atendió inicialmente a 178 personas.

RML (dpa)