España: millonaria multa por ecocidio del barco “Prestige”
15 de noviembre de 2017
Un tribunal fijó en 1.573 millones de euros la indemnización por la catástrofe provocada hace 15 años por el petrolero "Prestige", que vertió 60.000 toneladas de crudo al mar de La Coruña.
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La decisión la tomó la Audiencia Provincial de La Coruña, Galicia, y se queda por debajo de los más de 4.400 millones de euros (5.100 millones de dólares) que había pedido la Fiscalía.
El Estado español recibirá la mayor parte de esa indemnización, 1.573 millones de euros: 931 de ellos por daño patrimonial, 279 por daño medioambiental y 363 por daño moral. El Gobierno regional de Galicia percibirá 1,8 millones de euros y Francia otros 61 millones.
La indemnización deberán pagarla el capitán del barco, Apostolos Mangouras, y la aseguradora, The London Steamship Owners Mutual Insurance Association. La decisión de la Audiencia provincial se puede recurrir ante el Tribunal Supremo.
Seis días a la deriva derramando 60 mil toneladas de crudo
Mangouras fue condenado en 2016 a dos años de cárcel por delito medioambiental pero no tuvo que entrar en prisión al no exceder la pena los dos años. Aun así, aquella condena abrió la vía para que el Estado español reclamase una indemnización por la marea negra a la armadora y la aseguradora.
El tribunal que juzgó el caso en 2013 exoneró de responsabilidad en la catástrofe a los tres acusados juzgados: el capitán, el jefe de máquinas y el entonces director general de la Marina Mercante. Esa falta de culpables hizo que España no pudiera reclamar entonces indemnización por lo sucedido.
Tras seis días a la deriva frente a la costa de Galicia (noroeste), el "Prestige", un buque monocasco que navegaba bajo bandera de conveniencia de Bahamas, se partió en dos y se hundió el 19 de noviembre de 2002.
Salieron unas 60.000 toneladas de fuel. Otras 13.000 se sacaron después del pecio hundido en una complicada operación. Se tiñeron de crudo 1.600 kilómetros de litoral, con su fauna y su flora.
JOV (dpa, lavanguardia)
Grandes derrames petroleros
Al cumplirse 25 años del hundimiento del Exxon Valdez y de la ulterior catástrofe ecológica, DW recuerda en imágenes algunos de los casos en los que la explotación petrolera se torna calamidad para el ecosistema.
Imagen: CHRIS WILKINS/AFP/Getty Images
Guerra del Golfo, 1991
Durante la Guerra del Golfo se produjo el mayor derrame de petróleo de la historia. Más de 1.360.000 toneladas fueron derramadas como resultado de las medidas adoptadas por el Ejército iraquí durante el conflicto. Según los expertos, la marea negra alcanzó un tamaño de 4.242 kilómetros cuadrados y 12 centímetros de espesor, afectando de forma irreversible a la fauna del Golfo Pérsico.
Imagen: AP
Torrey Canyon, 1967
El Torrey Canyon fue uno de los primeros superpetroleros capaces de transportar 120.000 toneladas de fuel. Durante un viaje entre Kuwait e Inglaterra, el buque de bandera liberiana encalló y se hundió en las Islas Sorlingas, al sur de Gran Bretaña, provocando el primer gran vertido de crudo de la historia. Se calcula que unas 15.000 aves marinas murieron como consecuencia del accidente.
Imagen: AP
Amoco Cadiz, 1978
Propiedad de la estadounidense Amoco Oil Corporation, el Amoco Cadiz era un petrolero español con bandera liberiana que encalló en las costas de la Bretaña francesa el 16 de marzo de 1978. Después de partirse en tres, arrojó al mar un vertido de 223.000 toneladas de petróleo, entre crudo y fuel oil, el combustible más pesado usado en calderas, hornos y otras plantas energéticas.
Imagen: picture alliance / dpa
Ixtoc I, 1979
Ixtoc I fue una plataforma mexicana que sufrió un accidente mientras perforaba un pozo petrolífero a 965 kilómetros al sur de Texas. Tras una explosión de alta presión, la plataforma se incendió y colapsó. Cerca de 530.300 toneladas fueron vertidas al mar. Según informes de Pemex, el 50 por ciento del vertido se quemó, un 16% se evaporó, un 28% quedó disperso y sólo un 5,4% fue recolectado.
Imagen: AP
Atlantic Empress-Aegean Captain, 1979
19 de julio de 1979. El superpetrolero Atlantic Empress y el buque Aegean Captain se ven atrapados por una severa tormenta tropical en la isla caribeña de Tobago, frente a las costas venezolanas. Tras colisonar entre ellos, se produce una gran explosión de consecuencias medioambientales terribles: 287.000 toneladas (cerca de 2,2 millones de barriles de crudo) son derramadas al mar Caribe.
Imagen: picture-alliance/dpa
Braer, 1993
Enero de 1993. Un petrolero con bandera liberiana encalla y se hunde en las costas de las escocesas Islas Shetland, vertiendo al mar 85.000 toneladas de crudo noruego. A pesar de la magnitud del desastre, las características del fuel Gullfaks -más ligero y biodegradable que otros petróleos del Mar del Norte- hicieron que las consecuencias ecológicas no fuesen tan devastadoras como se preveía.
Imagen: dpa - Bildarchiv
Prestige, 2002
El Prestige era un petrolero monocasco liberiano que, operando bajo bandera de Bahamas, se hundió frente a las costas de Galicia (España) el 18 de noviembre de 2002. Tras sufrir una vía de agua provocada por un fuerte temporal, el buque se partió en dos, derramando 77.000 toneladas de crudo al Océano Atlántico y provocando una marea negra de irreparables consecuencias para el litoral español.
Imagen: picture-alliance/dpa
Deepwater Horizon, 2010
El 22 de abril de 2010 se hundía la plataforma petrolífera semisumergible Deepwater Horizon, propiedad de Transocean y explotada por BP. Esto, después de haber sufrido una explosión dos días antes en el Golfo de México. Como resultado, un desastre natural de consecuencias incalculables: 779.000 toneladas de crudo vertidas al mar siguen afectando al delta del Mississipi, Luisiana, Florida y Cuba.
Imagen: Reuters
Exxon Valdez, 1989
"Ni todo el dinero del mundo puede arreglar el daño de un derrame", asegura el experto en desastres ecológicos Rick Steiner, cuando se cumplen 25 años del desastre. Ocurrió el 24 de marzo de 1989 en la Bahía del Príncipe Guillermo, Alaska. Tras encallar frente a la costa, el petrolero estadounidense Exxon Valdez vertió 37.000 toneladas de hidrocarburo, provocando un desastre natural irreversible.