En declaraciones desde Bruselas, reproducidas por la radio española, De Guindos explicó que el gobierno español actuó así "en función de una situación que España considera que no es justa, que es su representación en las instituciones comunitarias". No obstante, consideró a Dijsselbloem "una persona correcta" y aseguró que una vez elegido, España "va a cooperar de forma próxima y absoluta" con él.

Dijsselbloem, ministro de Finanzas holandés, fue designado el lunes oficialmente como sucesor del luxemburgués Jean-Claude Juncker al frente del grupo de ministros de los 17 países de la moneda única.

El mismo Juncker había asegurado al final de la sesión que España había sido el único país que no apoyó el nombramiento de Dijsselbloem, único candidato para el puesto, pero instó al mismo tiempo a no sobrevalorar el hecho y se mostró convencido de que no tendrá "consecuencias dramáticas".

Antecedentes de la molestia española

España ya había negado el año pasado su apoyo al nombramiento del luxemburgués Yves Mersch como nuevo miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), cargo en el que sustituyó al español José Manuel González-Páramo. Con ello, después de 14 años, España perdió su presencia en la cúpula del banco.

El pasado verano, los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE) decidieron además confiar la dirección general del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) al alemán Klaus Regling, quien se impuso frente a la candidatura de la española Belén Romana.

De Guindos se mostró convencido de que la situación "se irá corrigiendo y de que España, tendrá, y va a ir teniendo, la representación que le corresponde a su peso y al esfuerzo y a las contribuciones que realiza" dentro de la UE.

Dijsselbloem, un político laborista de 46 años, quedará al frente del Eurogrupo durante los próximos dos años y medio. Es el segundo presidente fijo del Eurogrupo, después de que Juncker decidiera abandonar el cargo voluntariamente tras ocho años al frente.

el/er (dpa, ep)