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Animales son considerados seres sintientes en España

Judit Alonso
14 de enero de 2022

Los animales en España han dejado de ser cosas para ser considerados como seres sintientes, tras la entrada en vigor de una nueva normativa. En América Latina ya se ha avanzado en materia de derecho animal.

PETA Latino I Truthahn Vegan
Activistas de PETA Latino en una acción en Bogotá el pasado mes de diciembre para reclamar una Navidad sin el consumo de productos animales.Imagen: PETA

“Hace ya siete años, desde el Observatorio Justicia y Defensa Animal, planteamos la necesidad de iniciar la campaña #AnimalesNOsonCosas para que los animales dejasen de ser, legalmente, considerados cosas en España; se consiguió un consenso político histórico y el respaldo social de casi medio millón de ciudadanos en Change.org”, explicó a DW Nuria Menéndez de Llano Rodríguez, abogada y Directora de esta organización española.

El pasado 5 de enero esa petición se convirtió en realidad con la entrada en vigor de una normativa sobre el régimen jurídico de los animales, que pasan a considerarse seres sintientes.Por este motivo, los animales domésticos no podrán ser hipotecados ni embargados. Asimismo, la normativa establece regímenes de custodia en separaciones familiares y protección de los animales en caso de violencia vicaria, entre otras aplicaciones prácticas.

“Supone uno de los grandes hitos y avances para el Derecho Animal, ya que la sintiencia animal es condición necesaria para sentar las bases del progresivo desarrollo normativo de los animales no humanos como otros sujetos de derecho e individuos con intereses propios”, recalcó.

Con esta iniciativa, “España se une al grupo de países europeos del movimiento descosificador de los animales en el que también se encuentran Austria, Alemania, Francia o Portugal”, agregó la directiva española.

Acción de la organización que lidera Hernández en Colombia donde existe la prohibición de los vehículos de tracción animal.Imagen: AnimaNaturalis

Colombia, a la vanguardia

Aunque la iniciativa es pionera en España, en Colombia existe desde hace años. “En el año 2016 se sancionó la Ley 1774 que modificó el Código Civil colombiano con el fin de considerar a los animales como seres sintientes”, explicó a DW Carlos Andrés Contreras López, abogado colombiano.

A ello se añade otro hito previo. “La sentencia C-666 de 2010 de la Corte Constitucional colombiana otorgó, por primera vez, a la fauna, compuesta por animales domésticos, silvestres y en general por toda clase de animales, la calidad de seres sintientes. La Corte adoptó el término a partir de una interpretación amplia del concepto de medio ambiente en la Constitución de Colombia”, agregó el también Doctor en Derecho Animal. 

Para Caterin Hernández, directora de AnimaNaturalis Internacional en Colombia, “una de las grandes ventajas que tuvimos fue la articulación del activismo con la política”.  “Los continuos casos demaltrato animal llevaron al activismo a tomarse los espacios políticos para la transformación de las leyes y exigir a los políticos, normativas que protegieran a los animales”, dijo a DW.

Se trata de una tendencia registrada también en otros países de la región, que ha permitido el avance de los derechos de los animales. “Casos como el de la orangutana Sandra en Argentina han sido un rompe aguas en cuanto a los derechos de los animales; Sandra fue declarada persona no humana y se le pudo enviar a un santuario”, recordó a DW Gabriel Ochoa, gerente de comunicaciones de la organización PETA Latino.

“En 2017, Guatemala declaró a los animales como seres sintientes. Perú reconoce en su Ley de Bienestar Animal a los animales como seres sensibles. También metrópolis como la Ciudad de México han declarado en sus constituciones a los animales como seres sintientes”, agregó Ochoa.

Contreras López apuntó también a otros factores que han ayudado a avanzar en el tema, entre ellos el hecho que hay especies animales cuya supervivencia está vinculada a la preservación del medio ambiente y de la biodiversidad.  “Este último grupo de animales ha motivado avances jurisprudenciales y legales importantes en Latinoamérica”, recalcó.

"Ecuador no ha modificado su Código Civil para sacar a los animales de la clasificación de las cosas, pero es el único país en el mundo en el que se reconoce a la naturaleza como sujeto de derechos en la Constitución", recordó el abogado colombiano.Imagen: AP

Retos pendientes

A pesar de dichos avances, aún queda trabajo por hacer. “México prohibió los circos con animales hace muchos años. Sin embargo, no tiene una ley federal de protección de los animales. Por otro lado, Argentina prohibió las carreras de galgos hace unos años, pero es el único, y Colombia prohibió los experimentos en animales para probar cosméticos”, detalló Ochoa.

En España, por ejemplo, los toros han quedado al margen de la nueva normativa. “La taurimaquia se considera un elemento cultural por nuestro ordenamiento jurídico y está bajo esa protección cultural. Esta reforma no regula espectáculos públicos ni hechos culturales, por ello no afecta a la tauromaquia”, puntualizó Nuria Menéndez.

“Solo 8 países en el mundo permiten torturar y asesinar a un toro en un ruedo. Sin embargo, dentro de estos países se ha logrado que, en algunos lugares, como los estados mexicanos de Quintana Roo, Coahuila, Sonora y Guerrero se hayan prohibido, o se implementen legislaciones que las hagan imposibles en ciudades como en Bogotá, Colombia”, recalcó Ochoa.

En este sentido, la especialista colombiana Caterin Hernández agregó que “son muchas las alcaldías que se han sumado al rechazo de esta actividad. También cabe resaltar que las plazas de toros ya no tienen suficiente aforo, esta es una actividad que está muriendo por sí sola y mantenerla viva ya no es un negocio”.

Por este motivo, el representante de PETA Latino lanzó un llamado: “No asistamos a eventos que utilicen animales”. Además enumeró una serie de acciones para lograr alcanzar el bienestar animal en la región: “Dejemos de consumir productos derivados de la explotación y el maltrato de animales. No compremos animales, prendas hechas con la piel o el pelaje de un animal, no comamos sus cuerpos y no consumamos productos probados en animales”.

(er)