España y Senegal: pacto para combatir la inmigración ilegal
Marc Drugge
28 de febrero de 2017
España ha servido de ejemplo, al disminuir a cero el número de senegaleses que arribaban a las Islas Canarias por medio de su fuerte cooperación con Senegal. ¿Puede ser este un modelo para Europa?
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En el puerto de Dakar, el capitán Antonio Quevedo observa a la patrulla costera de la Guardia Civil española aproximándose. En ella se encuentran un policía senegalés y uno español. Según Quevedo, la patrulla revisa diariamente entre ocho y diez botes para ver si hay inmigrantes escondidos en ellos. Si existe la sospecha de que algún buque se dirige a las islas Canarias, este es prontamente retornado a la costa. "Es inútil hoy en día tratar de llegar a las Canarias por la vía marítima, hemos recogido del mar gente de Mauritania o Senegal que ha pagado mucho dinero y viajado desde muy lejos, y simplemente han tenido que retornar”.
Ciertamente, en el pasado año no logró ingresar ni un senegalés por vía marítima a las Islas Canarias. La ruta entre Senegal y las Canarias quedó en el olvido. En el 2006 más de 30 mil inmigrantes lograron arribar, lo que instó al gobierno español a buscar soluciones.
Pacto de cooperación
Los líderes europeos coinciden en que no se puede resolver el problema sin la cooperación de los países de origen. El acuerdo entre España y Senegal tiene como objetivo prevenir los viajes marítimos hacia las Islas Canarias. Alberto Virella, actual Embajador de España en Senegal, explica que la receta para el éxito es trabajar en conjunto con los países de origen en varias formas: ayudar a combatir la pobreza, fortalecer las relaciones económicas y de comercio, y profundizar los vínculos culturales. "Para que la Unión Europea pueda controlar la inmigración, los países de origen deben recibir algo por su cooperación” agregó el diplomático.
Dakar apoyó la intención de los españoles y se abrió a la cooperación. El analista de inmigración senegalés Aly Tandian indica que Senegal recibió unos 20 millones de euros de ayuda monetaria de España para combatir la inmigración ilegal, pero agrega que "esto ocurrió justo antes de las elecciones presidenciales y habiendo dinero sobre la mesa, este fue usado para otros propósitos”. Uno de esos propósitos, asegura el analista, fue la campaña electoral.
Aunque hay evidencia de que algunos fondos fueron destinados a otros usos, el comisionado de la policía senegalesa encargado de la inmigración ilegal, Mamadou Ndiaye Case, afirma que la ayuda sí se destinó al control portuario. Los fondos de la policía aumentaron de 78 mil euros en 2006 a 1.9 millones en 2007. "España le ha dado a Senegal las posibilidades técnicas para operar, en el puerto ahora tenemos botes que patrullan con regularidad, tenemos un helicóptero del ejército que vuela sobre las costas para buscar a botes de migrantes, y la policía fronteriza ha creado un departamento para investigar las redes de tráfico de inmigrantes” indicó Ndiaye Case.
Cambio de rutas
A pesar de estos esfuerzos, los traficantes de inmigrantes ilegales continúan activos en la zona y ahora la responsabilidad ha recaído en los países vecinos. Esteban Beltrán, representante de la organización Amnistía Internacional, cuestiona la efectividad el pacto de cooperación, indicando que "ahora los migrantes que quieran ir a España han cambiado de ruta, por Marruecos o Libia. Si antes iban por Senegal, ahora es por Mali.”
Diez años después del pacto de cooperación, no ha disminuido la emigración de Senegal. Cabe destacar también que entre los migrantes que actualmente tratan de llegar a Europa, los senegaleses aún son numerosos.
El año de los refugiados
Nunca antes hubo tantos refugiados como en 2015. Muchos han llegado a Alemania. "Es un desafío histórico", señaló la canciller Angela Merkel. Una mirada retrospectiva a un año estremecedor.
Imagen: Reuters/O. Teofilovski
Grecia: una puerta hacia la UE
Estos jóvenes procedentes de Siria superaron una peligrosa etapa de su viaje. Llegaron a Grecia y, por ende, a la Unión Europea. Pero con ello no alcanzaron todavía su meta. Quieren seguir rumbo al norte, hacia otros países de la UE. La mayor parte huyó en 2015 a Alemania y Suecia.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Peligro en el Mediterráneo
El camino que han recorrido encierra peligros mortales. Reiteradamente zozobraron embarcaciones no aptas para la travesía. Estos niños sirios y su padre tuvieron suerte. Fueron rescatados en el Mediterráneo por pescadores griegos de la isla Lesbos.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
La imagen que conmovió al mundo
Aylan Kurdi, de tres años de edad, no sobrevivió. A comienzos de septiembre se ahogó con su hermano y su madre en el Egeo, cuando intentaban llegar a la isla de Kos. La foto de este niño sirio muerto dio la vuelta al mundo, conmoviendo a miles de personas.
Imagen: Reuters/Stringer
Contrastes a la vista
Kos, a menos de cinco kilómetros de Turquía, es la meta de muchos refugiados. Llegan a las playas donde solo solía haber turistas. Este grupo de refugiados paquistaníes logró arribar con un bote inflable.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Caos total
Muchos refugiados quedan varados en Kos, porque solo pueden continuar viaje a tierra continental tras haberse registrado. En el verano, la tensión escaló cuando las autoridades hicieron esperar a los refugiados en un estadio para hacer ese trámite, a pleno sol y sin agua.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Un transbordador para refugiados
Debido a la insostenible situación imperante en la isla se produjeron disturbios. Para reducir la tensión, las autoridades griegas arrendaron un barco en el que se habilitaron posibilidades de alojamiento para 2.500 refugiados y una oficina de registro.
Imagen: Reuters/A. Konstantinidis
El dilema de Europa
Por la misma época, más al norte, en la frontera greco-macedonia, policías fronterizos impiden el paso a la gente. En el tumulto hay niños que lloran, separados de sus padres. "Pura desesperación" se llama la foto tomada por Georgi Licovski. La Unicef la distinguió como la foto del año, ya que plasma "el dilema de Europa y su responsabilidad".
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Un símbolo negativo
A fines del verano, Budapest se convirtió en un símbolo del fracaso de las autoridades y de la xenofobia. Miles de refugiados acampaban en los alrededores de una estación ferroviaria de capital húngara. El gobierno les prohibió continuar su viaje. En consecuencia, muchos siguieron su camino a pie, rumbo a Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Roessler
Se abre el paso
El 5 de septiembre se despejó el camino para los refugiados. La canciller alemana, Angela Merkel, tomó con su par austríaco, Werner Feymann, la decisión de permitir a la gente continuar el viaje. Varios trenes especiales y buses se dirigieron por esos días a Viena y Múnich.
Imagen: picture alliance/landov/A. Zavallis
Bienvenidos, refugiados
El primer fin de semana llegaron a Múnich cerca de 20.000 refugiados. En la estación central de la ciudad se reunieron innumerables voluntarios para atender a los refugiados y proporcionarles alimentos y vestimenta.
Imagen: Getty Images/AFP/P. Stollarz
"Lo lograremos"
Mientras Merkel era aclamada por los refugiados y los partidarios de darles asilo, en otros sectores de Alemania surgía el descontento. En una conferencia de prensa, Merkel respondió a las críticas con estas palabras: "Si tenemos que disculparnos por mostrar un rostro gentil en una situación de emergencia, este no es mi país". Otra frase se convirtió en su mantra: "Lo lograremos".
Imagen: Reuters/F. Bensch
Historias en el equipaje
A fines de septiembre, la policía publicó una imagen conmovedora. Una niña refugiada hizo este dibujo y se lo regaló a un policía de Passau. Muestra el horror que vivieron muchos refugiados y su gran alegría de estar por fin a salvo.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bundespolizei
El drama continúa
A fines de octubre habían llegado a Alemania más de 750.000 refugiados. Pero el flujo no cesaba. Los países de la denominada "ruta de los Balcanes" se veían superados y cerraron sus fronteras. Solo se siguió permitiendo el paso a sirios, afganos e iraquíes. Como una forma de protesta, algunos refugiados de otros países se cosieron los labios.
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Sin final a la vista
"¡Ayúdanos, Alemania!", dicen los carteles de los manifestantes en la frontera con Macedonia. En Europa se acerca el invierno y miles de personas, incluyendo niños, se encuentran atrapadas en tierra de nadie. Entretanto, incluso Suecia, considerado un país abierto a los refugiados, estableció transitoriamente controles fronterizos. La UE cuenta para 2016 con otros tres millones de refugiados.