Esperanza y escepticismo: 500 días de Milei en el poder
22 de abril de 2025
Un breve paseo por el barrio de Boedo en la capital argentina, Buenos Aires, muestra los dos estados de ánimo en el país: optimismo y escepticismo, aprobación y rechazo. Mientras en los almacenes se puede leer "prohibido el paso” al presidente Javier Milei y a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en las inmediaciones, la construcción, los martillazos y trabajos de albañilería vuelven a estar en pleno apogeo: se construye un nuevo edificio de viviendas y se invierte en el futuro.
Javier Milei se apresta a cumplir 500 días en el poder en Argentina y casi ningún otro jefe de Gobierno ha atraído tanta atención en todo el mundo. A veces recibe el odio frontal de la izquierda por su rumbo económico liberal, mientras que la mayoría de los economistas lo ven como el libertador de un país encadenado por la burocracia y las regulaciones.
Abolición de las restricciones monetarias
El último golpe de Milei es el fin del llamado cepo. El "cepo cambiario” fue un instrumento repetidamente utilizado por diversos gobiernos argentinos desde 2003 para restringir la compra de dólares estadounidense en la lucha contra la inflación.
"Contrariamente a las previsiones alarmistas de muchos economistas, el tipo de cambio no se ha disparado”, afirma Aldo Abram, del think tank económico liberal Fundación Libertad y Progreso de Buenos Aires, en entrevista con DW. "Al contrario, el tipo de cambio se estabilizó. Se normalizó sin crisis, sin corrida y sin devaluación".
Milei da esperanzas y pide paciencia
"Después de más de 100 años de déficit presupuestario crónico, hoy somos uno de los cinco países del mundo que sólo gasta lo que ingresa y ni un peso más", dijo Milei en un discurso televisivo de hace unos días.
Milei anunció el fin de las restricciones monetarias y prometió a sus compatriotas un futuro venturoso: "Argentina será el país con mayor crecimiento económico en los próximos 30 años”. Esto no ocurrirá de la noche a la mañana, continuó Milei. Pero sucederá gradualmente y con la certeza de que "hemos hecho los deberes tanto en el frente interno como en el externo para minimizar cualquier volatilidad”.
En el lado positivo, según la autoridad estadística INDEC, la pobreza se ha reducido al 38,1 por ciento, cifra ligeramente inferior a la que Milei heredó del Gobierno anterior. Según el INDEC, la inflación también se redujo en 2024.
Las huellas de las motosierras
Svenja Blanke, de la Fundación Friedrich Ebert de Buenos Aires, allegada al partido socialdemócrata alemán (SPD), tiene una visión mucho más escéptica del desarrollo económico y critica que el Gobierno "utilice el tipo de cambio como una especie de ‘apoyo' para frenar la inflación”.
Como resultado, el peso se ha fortalecido, con el resultado de que un "Big Mac” en Argentina cuesta aproximadamente lo mismo que en Alemania, 5,48 euros, pero el salario mínimo por hora de 1,06 euros está muy por debajo del salario mínimo alemán de 12,82 euros por hora. "Así que hay una especie de masacre social con motosierra, que afecta a los ingresos, a la política educativa, a la investigación, a la cultura, a las infraestructuras públicas y a la política conmemorativa", dice Blanke a DW.
El acuerdo UE-Mercosur como oportunidad
Hans-Dieter Holtzmann, de la Fundación Friedrich Naumann de Buenos Aires, de tendencia liberal, se muestra más confiado: "Con la supresión de los controles de capital y la flexibilización del tipo de cambio se han eliminado importantes obstáculos para la recuperación económica de Argentina", afirma a DW.
"A pesar de los incentivos fiscales, los inversionistas internacionales se han mostrado hasta ahora reacios a asumir compromisos concretos en Argentina, aunque el país cuenta con atractivos recursos en el sector energético (gas, hidrógeno) y en materias primas (litio, cobre)”, agrega Holtzmann. De ahí la importancia de ratificar cuanto antes el acuerdo UE-Mercosur para que Argentina y Alemania puedan aprovechar plenamente las oportunidades de comercio e inversión.
En Buenos Aires se pueden ver al mismo tiempo restaurantes y cafés abarrotados de clientes y a los pensionados manifestándose cada semana, desmintiendo las promesas de Milei de que sólo las élites pagarán las reformas.
(mn/ers)