El espionaje económico tiene muchas caras y claro está que estas deben pasar lo más inadvertidas que se pueda. Se puede tratar, por ejemplo, de un practicante muy motivado al que le gusta quedarse en la oficina, luego de terminar su horario de trabajo. O de un amable socio de negocios, que en la visita a una empresa lleva una cámara discretamente colocada en el cinturón. O un "troyano", que se cuela inadvertido a través de un archivo adjunto de correo electrónico en el sistema informático. Todo esto puede tener consecuencias muy graves para empresas que compiten a nivel mundial. La defensa de los ataques a la economía alemana también ocupa al organismo alemán de inteligencia, que en su último informe anual hizo hincapié en el espionaje económico fomentado estatalmente por Rusia y China. El Ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière, destacó en este contexto el peligro de ser espiado por piratas informáticos.

La alta tecnología como objetivo de espionaje

El objetivo de los espías apunta en primer lugar a la tecnología y al know-how, que representan el mayor capital de la economía alemana. Eso tiene serias consecuencias: según Berthold Stoppelkamp, de la Asociación para la Seguridad Económica, las pérdidas anuales causadas por el espionaje industrial giran en torno a los 20 mil millones de euros. Otras estimaciones parten incluso de 50 mil millones de euros, ya que muchos casos no se llegan a detectar, según explica Burkhard Even, jefe de contra-espionaje, en el servicio alemán de inteligencia. Sin embargo, aclara Even, “hay también muchas empresas que prefieren no comunicar si han sido víctimas de espionaje, ya que temen un deterioro de su imagen pública”.

El “método aspiradora"

El consultor de seguridad muniqués Christian Schaaf estudia desde hace mucho tiempo los peligros del espionaje económico. Según Schaaf, los chinos actúan muchas veces siguiendo el “método aspiradora”: "Intentan generar gran cantidad de información, para luego evaluar en qué área les podría ser útil. En cambio, otros servicios de inteligencia apuntan muy claramente a ciertos ramos de la industria o a determinadas empresas, de interés para esos países".

Es por esto que Michael Hange, de la Oficina federal de seguridad en la tecnología de información, exige que las empresas tomen mayor conciencia del peligro al cual se ven expuestas. “Se necesita una gestión de la seguridad informática, una cultura de seguridad informática”, explica Hange. Pero sobre todo, hay que definir dónde se encuentran las informaciones que tienen la mayor necesidad de protección. Allí habría que trabajar, por ejemplo, con codificaciones. Aunque sería mejor aún que estas informaciones estuvieran por completo desconectadas de Internet.

Según el consultor de seguridad Christian Schaaf, una vez que las empresas se interiorizan en el tema, llegan a tomar medidas drásticas: es así que una serie de empresas se retiraría, por ejemplo, del mercado chino debido al alto riesgo de espionaje. Y el experto añade que “en China el espionaje económico es un cometido estatal de los servicios de inteligencia”. Si bien no hay ningún lugar donde se pueda gozar de seguridad absoluta, en países como China o Rusia es mucho mayor el riesgo de ser espiado.

Autor: Joscha Weber / Valeria Risi

Editora: Emilia Rojas-Sasse