El EI asume la autoría del ataque contra el Ejército afgano
29 de enero de 2018
Al menos once soldados afganos y cuatro insurgentes murieron, y 16 militares resultaron heridos en un ataque suicida, del cual la organización terrorista autodenominada Estado Islámico se atribuyó la autoría.
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El grupo terrorista Daésh, autodenominado Estado Islámico (EI), asumió este lunes (29.01.2018) la autoría del ataque contra las instalaciones de una unidad del Ejército en Kabul.
El número de muertos en el ataque ha aumentado a 15, entre ellos 11 soldados y 4 insurgentes, y el de heridos a 16, informó una fuente oficial.
"Ahora confirmamos que 11 soldados del Ejército han muerto y hay 16 heridos", dijo el portavoz del Ministerio de Defensa afgano, Dawlat Waziri, que culpó del asalto a la red Haqqani, vinculada a los talibanes y que presuntamente tiene su base en Pakistán.
En un breve comunicado cuya veracidad no ha podido ser confirmada, la agencia Amaq, afín al EI, aseguró que "un ataque de combatientes del Estado Islámico ha tenido como objetivo una academia militar en Kabul".
El asalto tuvo como objetivo las instalaciones de un batallón del Ejército afgano situado cerca de la Academia Militar Marshal Fahim en el área de Oargha, en el oeste de Kabul.
Comenzó hacia las 5.00 hora local (0.30 GMT) y se prolongó durante cinco horas, afirmó el portavoz del Ministerio de Defensa, Dawlat Waziri.
La agencia Amaq calificó el ataque de "inguimasi", un término utilizado por el EI habitualmente para referirse a los asaltos en los que sus combatientes primero utilizan sus armas de fuego y posteriormente se suicidan activando los cinturones explosivos que llevan adosados al cuerpo.
El ataque suicida de hoy se produce después de que el pasado sábado un atentado en Kabul con una ambulancia cargada de explosivos causara 103 muertos y más de 200 heridos.
Afganistán atraviesa una de sus etapas más sangrientas tras el final al inicio de 2015 de la misión militar de la OTAN, que continúa en el país en tareas de adiestramiento y capacitación de las fuerzas afganas.
Estados Unidos decidió en septiembre del año pasado aumentar su dotación en 3.000 efectivos hasta los 14.000 soldados, mientras que la OTAN ha incrementado sus efectivos en una cantidad similar.
CP (efe, dpa)
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Deportaciones de Alemania a Afganistán
En diciembre de 2016 tuvo lugar la primera deportación colectiva de 34 afganos a los que les había sido denegado el asilo en tierras germanas. Alemania suspendió los vuelos en mayo de 2017, pero resolvió reanudarlos.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Balk
Vuelos polémicos
El 12 de septiembre de 2017, un avión despegó del aeropuerto de Düsseldorf con rumbo a Afganistán, llevando a bordo a 15 personas cuyas solicitudes de asilo habían sido rechazadas. Fue la primera deportación colectiva a ese país desde la explosión de un coche-bomba cerca de la embajada alemana en Kabul, en mayo. Los Verdes y La Izquierda calificaron la reanudación de las deportaciones de "cínica".
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Roessler
Luchando por una oportunidad
En marzo de 2017, estudiantes de secundaria de Cottbus provocaron titulares con una campaña para salvar a tres compañeros afganos de la deportación. Hicieron manifestaciones, recolectaron firmas y dinero para contratar a un abogado que apelara contra la denegación del asilo. Sabían que sus amigos, entre ellos Wali (foto), no podían ser deportados mientras hubiera un proceso en curso.
Imagen: DW/S.Petersmann
"Kabul no es seguro"
"Viaje hacia el peligro mortal", dice este cartel que levanta un manifestante en el aeropuerto de Múnich, en febrero. En los aeropuertos alemanes suele haber protestas cuando se llevan a cabo deportaciones. Los manifestantes consideran que Afganistán es demasido peligroso como para que los refugiados regresen allí.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Balk
De Wuerzburgo a Kabul
Badam Haidari pasó siete años en Alemania antes de ser deportado a Afganistán, en enero de 2017. Previamente había trabajado para USAID en Afganistán y huyó de los talibanes, a los que sigue temiendo. Todavía alberga la esperanza de poder regresar a Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa/C.F. Röhrs
Minorías perseguidas
En enero de este mismo año, el afgano hindú Samir Narang fue deportado desde Hamburgo, donde había vivido cuatro años con su familia. El joven señaló en una entrevista radial que Afganistán "no es seguro". Afirmó que los miembros de minorías que regresan son blanco de presecución religiosa en ese país musulmán. La deportación de Samir "pone en peligro su vida", según change.org.
Imagen: picture-alliance/dpa/H. Wiedl
Ayuda a los retornados
Los solicitantes de asilo rechazados en Alemania y deportados a Kabul pueden dirigirse a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en busca de asistencia. También una organización de especialistas en materia psicosocial asesora a los retornados.