Hace nueve meses Estado Islámico perdió su último bastión en Libia. Ahora los yihadistas pasaron nuevamente a la ofensiva. Según el experto en Oriente Cercano Guido Steinberg, el vacío de poder juega a su favor.
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DW: Cada vez más políticos, como Emmanuel Macron o Boris Johnson, intentan mediar entre los dos gobiernos libios: el de Fayez Al Sarraj y el del general Jalifa Haftar. Ahora Estado Islámico (EI) resurge en Libia y vuelve a cometer atentados. ¿Acaso Estado Islámico eligió este momento para torpedear el acercamiento entre ambos gobiernos?
Guido Steinberg: No creo que, de momento, Estado Islámico sea capaz de perseguir grandes objetivos políticos en Libia. Desde la pérdida de la ciudad de Sirte, la organización lucha por la supervivencia. No solo contra diversas milicias y ambos gobiernos, sino también contra grupos cercanos a Al Qaeda. La organización está reconstruyendo sus estructuras, pero actualmente sus metas son menos ambiciosas.
¿EI jamás abandonó Libia?
El nunca se fue de Libia. En diciembre de 2016 perdió su bastión, Sirte. La organización había sido derrotada en la ciudad, pero estaba claro que seguía teniendo seguidores en las zonas rurales. También estaba claro que resurgiría tras reorganizarse, en caso de que el Estado libio no lograse volverse más estable y tener fuerzas de seguridad más efectivas. Al respecto casi no ha habido avances.
La organización yihadista ya no cuenta con estructuras de tipo estatal, sino que se ha convertido más bien en una clásica organización terrorista en la clandestinidad, pero con conexiones con Irak y Siria.
¿Qué tan grande es el potencial de radicalización hoy día en Libia?
En los últimos años hemos constatado que los yihadistas están presentes ahí donde los Estados son débiles o no existen. El factor más importante es el vacío de poder en el país y los conflictos entre todos los actores. El potencial no es mayor en Libia que en otros países árabes. Sin embargo, sí hay un mayor margen de maniobra para actores violentos de todo tipo. De ello se benefician tanto EI como otras milicias.
¿Acaso uno de los dos gobiernos incluso se beneficia del hecho de que Estado Islámico haya resurgido en Libia?
Sí, por lo menos sirve como argumento. En toda la región el terrorismo, ya sea real o imaginario, es un argumento importante para aquellos que buscan presentarse como hombres fuertes. Este es el caso de Al Asad en Siria, de Al Sisi en Egipto o de Haftar en Libia. Él se beneficia del hecho de que muchos libios se pregunten cómo el gobierno de transición pretende asegurar su poder. Haftar tiene buenas cartas debido a su carrera militar y su imagen de hombre fuerte.
¿Qué tan fuerte puede volver a ser EI?
En el período 2015-2016 Estado Islámico contó con más de 5.000 miembros en Libia. Si bien la organización puede volver, no le será fácil conquistar ciudades, debido a que muchos actores están conscientes del peligro. En el momento en que intente conquistar territorio reaccionarán las tropas de Haftar, los estadounidenses y los franceses. También el gobierno de transición ejerce influencia sobre algunas milicias anti-EI. Lo interesante de Libia es que, pese a su fuerza, EI no ha sido capaz de imponerse a los grupos cercanos a Al Qaeda. Al fin y al cabo eso es un mayor problema para los yihadistas que las medidas de otras fuerzas que los combaten. El mercado yihadista es limitado, y Estado Islámico compite por él contra grupos cercanos a Al Qaeda.
Guido Steinberg es experto en terrorismo y Oriente Cercano en la Fundación de Ciencia y Política (SWP, por sus siglas en alemán). De 2002 a 2005 fue asesor en temas relacionados al terrorismo internacional en la Cancillería en Berlín.
Autor: Diana Hodali (VT/ERS)
Al Raqa: la lucha por su liberación y la victoria de las fuerzas kurdas
Milicias kurdas y árabes, apoyadas por la coalición contra el EI, lucharon ferozmente por recuperar la ciudad de Al Raqa. Esta ha sido una de las batallas más sangrientas de la guerra en Siria.
Imagen: Getty Images/AFP/B. Kilic
Victoria de Fuerzas de Siria Democrática (FSD) sobre el Estado Islámico
La agrupación antiyihadista FSD anunció este 17 de octubre la toma del control total de la ciudad, pero todavía no la ha declarado libre de yihadistas, ante la posibilidad de que queden células durmientes en la urbe. Las FSD habían iniciado el 6 de junio pasado una ofensiva por la recuperación de Al Raqa, "capital del califato" proclamado por el EI en 2014.
Imagen: Reuters/E. de Castro
El precio de la liberación: muertos por miles y destrucción total
Unas 3.273 personas han muerto, 1.287 civiles, durante los más de cuatro meses que ha durado la ofensiva contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) en la ciudad siria de Al Raqa (noreste), según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Imagen: Reuters/E. de Castro
Los kurdos han defendido ferozmente su territorio
El terrorista Estado Islámico, por su parte, ha sufrido 1.353 bajas en combates contra las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada encabezada por milicias kurdas y respaldada por la coalición. Las FSD han perdido a 633 de sus combatientes durante los enfrentamientos contra los yihadistas y los atentados con artefactos.
Imagen: Reuters/E. de Castro
Ataques aéreos
Estados Unidos apoyó a los rebeldes, lanzando ataques contra posiciones del Estado Islámico. La liberación de Al Raqa avanzó con mucho esfuerzo. Parte de la ciudad está destruida y esto no permitió avances rápidos.
Imagen: Reuters/Z. Bensemra
Milicianas contra el Estado Islámico
Dos milicianas de las unidades de defensa femenina kurdas (en la foto) tienen a terroristas del Estado Islámico en la mira. No llevan pañuelo islámico ni ninguna otra prenda impuesta por los fundamentalistas a las mujeres durante su dominio en Al Raqa.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Umnaber
Guerreros de dios
En las cercanías de Al Raqa, una de las oficinas del Estado Islámico. Sus milicianos trataron de imponer brutalmente en la ciudad su concepción extremista del islam.
Imagen: Getty Images/D.Souleiman
"No hay más dios que Alá"
En las afueras de la ciudad, los terroristas del Estado Islámico marcaron su territorio con sus emblemas y leyendas. A principios de junio, la milicia terrorista se vio obligada a abandonar sus primeras posiciones, dejando atrás su propaganda.
Imagen: Getty Images/D.Souleiman
Huida de los radicales
Muchos habitantes consiguieron huir de Al Raqa y encontraron protección en campos de refugiados. Pero hubo parte de la población que no pudo o no quiso huir, y quedó atrapada entre los milicianos del Estado Islámico y quienes los combaten.
Imagen: DW/A. Alojayli
Lucha casa por casa
La lucha contra los terroristas del Estado Islámico se libró, en el centro de la ciudad, a veces casa por casa. En la foto, un combatiente se abre paso por medio de un agujero excavado de una habitación a otra en una vivienda.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Umnaber
Los restos de Al Raqa
Gran parte de la ciudad está destruida. Los ataques aéreos de los estadounidnses y la ira destructora de los milicianos del Estado Islámico la han dejado devastada. Cuando tenían ocasión de retirarse a tiempo, los terroristas arrasaban todo lo posible, destruyendo patrimonio histórico.
Imagen: Reuters/Z. Bensemra
Combate en las calles
Se pelea por cada casa y por cada barrio. En la imagen, combatientes kurdos avanzan varios metros para hacerse con el control de una calle. La posición y los gestos de estos hombres permiten hacerse una idea de lo arriesgado de esta empresa.
Imagen: Reuters/G. Tomasevic
El precio de la libertad
La lucha tiene un precio. En la imagen, un combatiente de las Fuerzas Democráticas de Siria, baleado por un terrorista del Estado Islámico.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Umnaber
Bajo las ruinas
Las bombas causan daños aún peores que los rifles. Los ataques aéreos derribaron casas enteras. Bajo los escombros puede haber supervivientes civiles y milicianos del Estado Islámico. Eso hace la búsqueda doblemente peligrosa.