Tras sus primeros cien días en el cargo, el primer ministro de Italia, Enrico Letta, ordenó dar una bocanada de oxígeno al sector cultural, que se halla asfixiado por la crisis financiera nacional y los consecuentes recortes del gasto público. El Gobierno ha impulsado un proyecto de ley titulado Valore Cultura, que contempla la inversión de 150 millones de euros en la conservación de Pompeya y la galería Uffizi de Florencia, pero también en el fomento de nuevas generaciones de artistas y activistas culturales. Se crearán 500 puestos de formación para graduados universitarios con miras a que se conviertan en expertos en la administración de instituciones culturales estatales, en la digitalización y en el inventario. Además, prevé el apoyo a jóvenes músicos y compositores en sus primeras obras. El aire fresco que llega después de los recortes alcanzará también a la sufrida industria del cine, que recibe nuevamente ayudas por 90 millones de euros. Con los 75 millones de euros para las óperas se hará frente a la crisis financiera que sufren teatros como el Carlo Felice en Génova o el Lirico de Cagliari. No obstante, el apoyo estatal pone como condición que las instituciones presenten un plan de saneamiento y reduzcan su planta de trabajadores. (dpa)