EE. UU. envía un buque anfibio y misiles al golfo Pérsico
11 de mayo de 2019
El Pentágono refuerza su presencia en Oriente Medio como medida de presión a Irán, que califica el anuncio de "fanfarronada" dentro de la "guerra psicológica" que achaca de Washington en la región.
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El Departamento de Defensa Estados Unidos anunció este viernes (10.05.2019) que reforzará sus tropas desplegadas en Oriente Medio con un buque de asalto anfibio y misiles Patriot, como parte de su estrategia para hacer frente a la creciente tensión con Irán. "Estos elementos se unirán al Grupo de Ataque del portaaviones USS Abraham Lincoln y una fuerza de bombarderos en la región de Oriente Medio en respuesta a indicios de una mayor disposición de Irán a realizar operaciones ofensivas contra fuerzas estadounidenses y nuestros intereses", dijo el Pentágono en un comunicado.
La maniobra contempla el envío del buque de asalto anfibio USS Arlington, que se incorporará al contingente del Mando Central de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos (CentCom), que son las que operan en esta región, y el envío de baterías de misiles interceptores Patriot. "EE.UU. no busca un conflicto con Irán, pero estamos preparados y listos para defender a las fuerzas e intereses estadounidenses en la región", señaló el Pentágono en un comunicado.
Según han explicado fuentes castrenses, el despliegue del USS Arlington, que actualmente se encuentra navegando las aguas del Mediterráneo, ya estaba previsto desde hace tiempo, pero el alto mando ha decidido adelantar su incorporación al CentCom ante la creciente tensión con Irán. El pasado lunes, la cartera de Defensa estadounidense dijo que existían indicios de que Irán se prepara para "llevar a cabo operaciones ofensivas contra fuerzas e intereses estadounidenses en la región".
Tanto el USS Arlington como los misiles fueron solicitados por las tropas desplegadas en Oriente Medio a principios de semana, como parte de la misma operación que ha llevado a Washington a mandar al golfo Pérsico al portaaviones USS Abraham Lincoln, que junto a su flota de combate, atravesó el canal de Suez este jueves. El Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán ha restado importancia al reciente despliegue militar estadounidense y lo ha calificado de "fanfarronada" dentro de la "guerra psicológica" de Washington contra Teherán.
lgc (efe/afp)
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Historia de la Revolución Islámica (02.2018)
A comienzos de 1979 fue derrocado el último shá de Persia, Mohammad Reza Pahlevi. Los invitamos a recordar ese suceso en esta galería de imágenes.
Imagen: akairan.com
Regreso a Teherán
El 1º de febrero de 1979, el Ayatolá Jomeini volvió de su exilio parisino hacia Teherán y fue recibido con júbilo por la gente. Durante años, criticó al sha de Persia y a su élite política debido, según el Ayatolá, a la represión de personas que pensaban diferente, por la fuerte “occidentalización” de Irán y por su estilo de vida lujoso y decadente.
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Esperando al líder religioso
Cerca de cuatro millones de iraníes celebraron la llegada de Jomeini en las calles de Teherán. Las manifestaciones masivas en contra del sha de Persia ya llevaban cerca de un año. Desde agosto de 1978, las huelgas generales de la oposición paralizaban la economía del país.
Imagen: Getty Images/Afp/Gabriel Duval
El sha abandona Persia
Ya el 16 de enero de 1979, el sha Reza Pahlevi había abandonado Irán. Poco antes, en la conferencia de Guadalupe, había perdido el apoyo de los gobiernos occidentales, que estaban a favor de un diálogo con Jomeini. El presidente estadounidense Jimmy Carter le ofreció al sha permanecer en EE. UU., lo que este aceptó.
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El fracaso del primer ministro
El sha había nombrado a Schapur Bachtiar, uno de los líderes del opositor Frente Nacional (FN), como primer ministro interino para tranquilizar a sus rivales, pero sin éxito. Bachtiar fue excluido de su partido porque aceptó el cargo. Los otros miembros del FN ya habían acordado trabajar solo con Jomeini.
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Discurso en el cementerio
Jomeini dijo a su llegada a Teherán que no reconocía el gobierno de Bachtiar. Desde el aeropuerto viajó al cementerio central de la capital iraní, donde pronunció un discurso ante cientos de miles de personas. Le quitó legitimidad a la monarquía y al Parlamento, y anunció que tomaría el Gobierno de Irán en sus manos.
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Disturbios en todo el país
En Teherán y otras ciudades de Irán se produjeron violentos enfrentamientos entre los revolucionarios y los adeptos al sha de Persia. Los disturbios eran graves y el Ejército declaró un toque de queda, pero casi ningún iraní hizo caso.
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Primer ministro de la transición
El 5 de febrero de 1979, Jomeini nombró a Mehdi Bazargan, del Frente Nacional, como primer ministro de la transición. Parecía que el clero iba a cooperar con la oposición, de corte liberal. Sin embargo, pronto se produjeron conflictos entre ambas partes y Bazargan renunció el 5 de noviembre de 1979 como respuesta a la toma de rehenes en la embajada de EE. UU. en Teherán, tolerada por Jomeini.
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El pueblo iraní festeja
Luego del nombramiento de Barzagan, miles de personas salieron a la calle para apoyar al gobierno de transición. El Ejército anunció que no se inmiscuiría en la lucha por el poder, con lo cual Schapur Bachtiar perdió todo el respaldo. Tuvo que huír de su casa, perseguido por adeptos de Jomeini que estaban armados. En abril de 1979 se exilió en Francia.
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Saludo militar
Una unidad de élite de la Fuerza Aérea iraní saluda al ayatolá Jomeini. La Fuerza Aérea iraní tuvo un rol central en la victoria de la revolución porque dio acceso a los ciudadanos a sus depósitos de armas. El 9 de febrero se produjo un último levantamiento de la Guardia Imperial, que atacó una base del Ejército.
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Derrocamiento de la monarquía
Las luchas armadas entre la Guardia Imperial y la población iraní aumentaron y el 11 de febrero de 1979 el caos reinaba en todo Irán. Los revolucionarios ocuparon el Parlamento, el Senado, el canal estatal de televisión y otros organismos estatales. Poco después se dio a conocer que la monarquía había sido derrocada. En Irán se festeja el 11 de febrero como el “Día de la Revolución Islámica”.