Mike Pompeo, en una rueda de prensa desde Tokio, afirma que se los progresos conseguidos no justifican ninguna concesión y resta importancia a las críticas vertidas desde Pyongyang tras su visita.
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El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, restó importancia a las acusaciones por parte de Corea del Norte de comportarse como un "gángster" durante las negociaciones para la desnuclearización de la península coreana. Pompeo ofreció una rueda de prensa en Tokio junto a sus homólogos japonés y surcoreana en la que sostuvo que su tercera visita a Pyongyan había producido resultados y que el régimen "reafirmó su compromiso con la desnuclearización", pero aseguró que las sanciones permanecerán hasta que se verifique que Corea del Norte cumple completamente con la promesa de su líder supremo, Kim Jong-un, de eliminar sus armas nucleares.
"Si esas exigencias son como de un 'gángster', el mundo es un gángster", dijo Pompeo, que añadió que "si hiciera caso a la prensa, me volvería loco". Sus maratonianas conversaciones del viernes y sábado con el general Kim Yong-chol, figura de peso de la inteligencia norcoreana, fueron "muy productivas" y se desarrollaron con "buena fe", dijo en rueda de prensa Pompeo.
Sin embargo, Yong-chol no valoró del mismo modo las reuniones: "Esperábamos que el lado estadounidense ofreciera medidas constructivas que ayudaran a generar confianza siguiendo el espíritu de la cumbre de nuestros líderes", dijo. "También pensábamos alcanzar medidas recíprocas", añadió. "Sin embargo, la actitud y la postura que mostraron los Estados Unidos en la primera reunión de alto nivel fue sin duda lamentable. Nuestras expectativas y esperanzas eran tan ingenuas que podrían calificarse de tontas", sentenció Chol.
"El camino que queda por delante será difícil y un reto", declaró Pompeo, a quien el ministro nipón de Exteriores, Taro Kono, y la surcoreana, Kang Kyung-wha, elogiaron por la "responsabilidad" que ha asumido en las negociaciones. Kang mostró admiración y gratitud por los "esfuerzos incansables (de Pompeo) para avanzar en el proceso" desnuclearizador, y dijo que su país está dispuesto a "prestar cualquier asistencia necesaria para que le diálogo siga adelante".
Por su parte, Kono destacó el papel "muy significativo" que ha asumido el diplomático estadounidense, y habló del deseo de Japón de "iniciar un nuevo comienzo en la relaciones con Corea del Norte". Pese al tono conciliador, los cancilleres también dijeron que las sanciones impuestas sobre el país comunista seguirán vigentes hasta que se cumpla su "objetivo común", la total desnuclearización. "El simple avance del proceso (hacia el desarme) no es suficiente para levantar las sanciones", insistió Pompeo, que partirá hoy a Hanoi (Vietnam), donde permanecerá hasta el lunes, y posteriormente volará a Abu Dabi y Bruselas antes de regresar a Estados Unidos.
LGC (AP/EFE)
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El encuentro de Trump y Kim en imágenes
Esto es lo que estaba esperando el mundo: por primera vez, un presidente estadounidense se reúne con un dictador norcoreano. La reunión entre Trump y Kim es histórica, pero también es un hecho atípico.
Imagen: Reuters/The Straits Times/K. Lim
Un negociador se encuentra con un dictador
Por un lado, un jefe de Estado, odiado por muchos, que se jacta de su ejército y su arsenal nuclear y, por supuesto, sigue con su retórica ofensiva. Por el otro, el dictador norcoreano que hace pasar hambre a su pueblo y asusta al mundo continuamente con sus ensayos nucleares. Como lo indican la mayoría de los observadores, esta reunión es atípica.
Imagen: Reuters/J. Ernst
“Pequeño hombre cohete” y “viejo lunático”
No hace mucho, Donald Trump y Kim Jong-un se insultaban en los medios. Trump llamaba a Kim “pequeño hombre cohete” y Kim llamaba a Trump “viejo lunático”. Pero esto quedó en el pasado. Hoy se elogian por todo lo alto. Después de todo, lo que está en juego es la paz mundial.
Imagen: Reuters/The Straits Times/K. Lim
Prohibido empujar
Los ojos del mundo están puestos en Trump y Kim. Para esta reunión se acreditaron alrededor de 5.000 periodistas de todo el mundo. A raíz de sus cortes de pelo y peinados se han hecho muchas bromas, pero hoy se ven perfectos.
Imagen: Reuters/J. Ernst
Apretón de manos
Conociendo a Trump y a Kim el mundo esperaba que algo saliera mal, que se insultaran o que llegaran tarde. Sin embargo, en esta oportunidad todo salió a la perfección. Se dieron la mano cordialmente y se hablaron respetuosamente.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/E. Vucci
El Mercedes Clase S de Kim
El vehículo oficial del dictador de Corea del Norte es un Mercedes Clase S, con ventanas oscuras, banderas coloridas y sin patente. Las calles están cerradas para la circulación normal de los autos. De ese modo, la limusina recién pulida fue el foco de atención.
¿El auto de Trump es más grande que el de Kim? Las banderas que flamean son más grandes, más llamativas y el automóvil de Trump tiene más tecnología. Se trata de una limusina blindada a prueba de balas de nueve toneladas. Puede circular por las calles de Singapur, pero Trump no quiere que se la vea en Nueva York.
Imagen: picture-alliance/ZUMAPRESS.com
Los automóviles en primer plano
En este día histórico, los automóviles no fueron una cuestión menor. Trump le mostró a Kim su coche, y este echó un vistazo al interior. Solo faltaba que dieran un paseo juntos. A Kim le podría interesar este vehículo, ya que es antibombas y él tiene miedo a los ataques.
Imagen: Reuters/Host Broadcaster
Pagar con el (buen) nombre
Kim Jong-un tiene un avión, pero no lo llevó a Singapur, por lo cual ordenó un avión chino. ¿Y quién paga el costoso alojamiento de Kim? Singapur estuvo de acuerdo con afrontar los gastos. Es su contribución a este encuentro histórico, y, también, a la paz mundial. Un dictador no necesita dinero.
Imagen: picture-alliance/dpa/Ministry of Communications and Information of Singapore/T. Tan
Una selfie con el dictador
La noche anterior al encuentro con Trump, Kim visitó algunos lugares, incluso el espectacular hotel Marina Bay Sands. El ministro de Asuntos Exteriores de Singapur, Vivian Balakrishnan, se tomó una selfie con Kim Jong-un. Ayer era un dictador brutal, y hoy es aclamado como una estrella pop.