EE. UU. sopesa admitir reclamos por expropiaciones en Cuba
17 de enero de 2019
El secretario de Estado, Mike Pompeo, evalúa revisar la ley Helms-Burton para que los ciudadanos estadounidenses puedan reclamar ante la Justicia a las empresas que se beneficien de las que fueron sus propiedades.
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Mike Pompeo anunció este miércoles (16.01.2019) que está evaluando activar una provisión legal que permitiría a los cubano-estadounidenses reclamar ante los juzgados de Estados Unidos propiedades que les fueron expropiadas tras la Revolución Cubana liderada por Fidel Castro. El secretario de Estado estadounidense se dio un plazo de un mes y medio para decidir sobre el tema. En un comunicado, Pompeo dijo que su Gobierno revisará el título III de la ley Helms-Burton de 1996, que dejaría que los estadounidenses, incluidos cubanos naturalizados, demanden ante la Justicia de Estados Unidos a las compañías que se están beneficiando de propiedades en Cuba que eran suyas antes de la Revolución.
El título III de la ley Helms-Burton, que endureció el embargo a la isla, ha sido suspendido periódicamente cada seis meses desde su creación en 1996 por todos los Gobiernos de Estados Unidos, desde el encabezado por el presidente demócrata Bill Clinton (1993-2001) hasta el actual, liderado por el republicano Donald Trump. Mañana se cumple el plazo que tenía el Ejecutivo de Trump para notificar al Congreso sobre si mantenía o no la suspensión de esa provisión legal.
Pompeo, encargado de tomar esa decisión, explicó hoy que mantendrá la suspensión solo durante 45 días, en vez del periodo usual de 6 meses, porque el Gobierno de Trump desea hacer "una revisión cuidadosa" del título III teniendo en cuenta los "intereses nacionales" de Estados Unidos y el comportamiento del Gobierno cubano. En concreto, para decidir si activa el título III, Pompeo tendrá en cuenta los "esfuerzos" de EE.UU. "para acelerar la transición a la democracia en Cuba" y valorará "factores como la brutal opresión del régimen cubano a los derechos humanos y las libertades fundamentales".
"Pedimos a la comunidad internacional que intensifique los esfuerzos para que el gobierno cubano rinda cuentas por los 60 años de represión contra su pueblo", dice Pompeo en su comunicado, en el que también afirma que examinará el apoyo de Cuba a "los regímenes cada vez más autoritarios y corruptos en Venezuela y Nicaragua". Además, animó "a todo aquel que haga negocios en Cuba a reconsiderar si no estará traficando con propiedades confiscadas y siendo cómplice de esta dictadura".
La decisión de Pompeo generó alarma en el Consejo Comercial y Económico EE.UU.-Cuba, que reúne a compañías estadounidenses interesadas en aumentar el comercio con la isla, puesto que la activación del título III podría afectar al intercambio comercial. En un comunicado, el presidente de ese organismo, John Kavulich, acusó a Pompeo de estar creando "incertidumbre" y "ansiedad". Desde el Gobierno cubano tampoco se hizo esperar la respuesta: apenas dos horas después del anuncio, el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrila calificó la posible medida como "un chantaje político".
lgc (efe/afp) Última actualización a las 2:55 CET con la respuesta del Gobierno cubano.
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Los problemas de La Habana, "Ciudad Maravilla"
La capital cubana se enfrenta a una serie compleja de asignaturas pendientes en lo que respecta a su rescate urbanístico.
Imagen: DW/A. Valle
Los problemas de la Ciudad Maravilla
Este 2016 La Habana recibió el título de “Ciudad Maravilla”, elegida por miles de personas entre las siete ciudades a visitar, en el tercer concurso anual que convoca la fundación suiza New7Wonders. ¿Razones?: Su “atractivo mítico, lo cálido y acogedor de su ambiente, y el carisma y jovialidad de sus habitantes”. Pero, ¿qué problemas ven los urbanistas y arquitectos en esa Ciudad Maravilla?
Imagen: DW/A. Valle
Primer problema: Grave situación del Fondo Habitacional
El último censo de la población y la vivienda reveló que apenas el 61% de ese fondo se encuentra en buen estado, y el resto estaba en regular o mala condición. A finales de 2015, La Habana tenía 33.900 familias (133.900 personas) que estaban albergadas o vivían en locales en estado crítico, o no tenían dónde vivir.
Imagen: DW/A. Valle
Segundo problema: Altos niveles de insalubridad
En La Habana, con 2,2 millones de habitantes y deficientes servicios básicos de abastecimiento de agua potable y recogida de desechos líquidos y sólidos, se multiplican los basureros, crece el número de salideros de aguas albañales y empeoran las condiciones sanitarias en las viviendas, ocasionando así sucesivas epidemias de dengue, cólera, rabia o leptospirosis.
Imagen: DW/A. Valle
Tercer problema: Pérdida de la tipicidad de los barrios
Desde su fundación, los barrios en La Habana eran arquitectónica y urbanísticamente
diferenciables. El deterioro por la cercanía al mar, paso de ciclones y extensas temporadas lluviosas, la falta de reparación y del control técnico en las nuevas edificaciones, provocan numerosos derrumbamientos que desfiguran los rostros múltiples de la ciudad.
Imagen: DW/A. Valle
Cuarto problema: Desaparición de los espacios verdes
Salvo en sitios específicos de algunos barrios, La Habana es una ciudad sin árboles.
Originalmente se alternaban espacios arbolados, ríos, parques verdes y estilos arquitectónicos distintos, pero la desatención y la necesidad de cubrir arbitrariamente el crecimiento de la población, han hecho desaparecer más del 60% del verde original habanero.
Imagen: DW/A. Valle
Quinto problema: Superpoblación
"El reto del futuro va a ser resolver el gigantesco problema de una ciudad con un tamaño físico para 1.400.000 habitantes, en la cual ahora viven 2.100.000", dijo hace unos años Nicolás Quintana, considerado el Patriarca de la Arquitectura y el
Urbanismo en Cuba. Hoy son 2,2 millones, y cerca de un millón de población flotante.
Imagen: DW/A. Valle
Sexto problema: Contaminación ambiental
Aunque no se llegue a la altura de otras capitales latinoamericanas, especialistas de la Academia de Ciencias alertan de los preocupantes niveles de la contaminación del aire. Las industrias y asentamientos urbanísticos, las tecnologías atrasadas del transporte y la producción, y la baja calidad del saneamiento básico contaminan cada vez más las aguas de ríos y bahías.
Imagen: DW/A. Valle
Séptimo problema: Rescate de la historia
El VII Congreso de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, en 2014, alertaba sobre la necesidad de rescatar los sitios históricos de la ciudad que se perdían por el deterioro, los derrumbes y la falta de conciencia histórica. En la foto, la esquina de Prado y Neptuno, inmortalizada en el famoso Cha-Cha-Chá "La Engañadora" de Enrique Jorrín.
Imagen: DW/A. Valle
Octavo problema: Infraestructura vial deteriorada
El deterioro de calles, avenidas y carreteras es cada vez más alarmante. Las únicas grandes reparaciones de algunas de las vías principales de la ciudad fueron en 1998 y 2012, con las respectivas visitas de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI. Por ello los habaneros se refieren a esas calles reparadas como "La Ruta de los Papas".
Imagen: DW/A. Valle
Noveno problema: Turismo versus "habanidad"
En 2002 el arquitecto Mario Coyula advertía que la permisibilidad oficial a empresas turísticas extranjeras o nacionales propiciara la pérdida de "lo habanero" y afectara las costumbres e historia del pueblo. En la foto, el edificio en la Plaza Vieja de los propietarios negados a ceder sus casas al proyecto de reconstrucción turística de La Habana Vieja.
Imagen: DW/A. Valle
Décimo problema: Canalización hidráulica antigua
Cuba y Kuwait firmaron en 2015 tres convenios para el financiamiento con 21 millones de dólares del Proyecto de Rehabilitación de las Redes de Acueducto y Alcantarillado de La Habana. Actualmente se pierde más del 30% de toda el agua que se destina a la ciudad, debido aldeterioro de esas redes (Acueducto de Albear) construidas en 1893.
Imagen: DW/A. Valle
No hundirse en sus ruinas
El "Plan Maestro para La Habana del Siglo XXI", idea del arquitecto y urbanista Julio César Pérez Hernández propone encauzar proyectos y propuestas para cada barrio, zona o lugar, como vía segura de lograr una urbe contemporánea que honre su condición histórica, exprese su devenir y arribe a un futuro glorioso donde hoy la ciudad empobrecida no se hunda nunca más en sus ruinas.